Durante las últimas semanas, el régimen sandinista de Daniel Ortega, en Nicaragua, ha desatado diversas medidas de represión y persecución sobre la Iglesia. Junto con la expulsión de las Misioneras de la Caridad del país o el cierre de multitud de emisoras diocesanas, hace ya más de siete días que el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, permanece retenido en el Palacio Episcopal junto con otras diez personas, sacerdotes, seminaristas y laicos.
El pasado 11 de agosto, a una semana de la retención por fuerzas policiales que mantienen rodeada la residencia del obispo, Álvarez ha celebrado una Misa en la capilla de la curia, en la que, gracias a las redes sociales, se pudo emitir como un mensaje de esperanza cristiano, especialmente con su forma de vivir y enfocar la persecución.
Uno de los primeros mensajes que transmitió en la predicación fue la enseñanza cristiana de que hay que perdonar siempre en lugar de guardar rencor, "venciendo el mal con la fuerza y el poder del bien". "Nos encontramos en el octavo día retenidos, nuestras vidas están en las manos del Señor".
El obispo destacó que él y sus acompañantes están pudiendo vivir estos tiempos de retención y privación de libertad "con fuerza interior, con paz y serenidad en el corazón” que “solo puede proceder de Dios".
"Estamos experimentando un retiro en la presencia del Señor. Todo concurre para el bien de los que aman al Señor, dice el apóstol San Pablo, y nosotros estamos convencidos totalmente que todo ocurre para nuestro bien, porque Dios nos ama y porque nosotros le amamos", alentó.
Asimismo, recordó el carácter redentor de las obras y cruces ofrecidas a Dios para la propia salvación: "Las experiencias dolorosas no caen en balde, no caen en el vacío. Estas experiencias se ofrecen al Señor y Dios las retorna en bendiciones para nosotros".
Perseguidos a nivel personal e institucional por un gobierno hostil a la fe, el obispo de Matagalpa llamó a no albergar odio en el corazón ni el rencor hacia los perseguidores, pues eso "quiere decir que el demonio ha logrado penetrar tu corazón e infectarlo. Eso no hay que permitirlo. Al mal se le vence a fuerza de bien. El bien es siempre más poderoso, es tremendamente poderoso".
"El mal, dentro de su naturaleza demoniaca, siempre trata de confundir haciendo pensar que es el que vence y que es mayor que el bien, pero esa es una tentación de Satanás para desesperarnos, para desesperar al hombre y a la mujer de buena voluntad", advirtió.
Junto con el odio, la desesperanza es "otra de las tentaciones" que enfrentan los nicaragüenses, pues "Un pueblo sin esperanza es un pueblo autosepultado".
"Es la esperanza del grano de trigo que muere y que solo así logra producir mucho fruto. Cristo siempre vence a las tempestades. No tengan la más mínima duda de que el Señor os está bendiciendo, porque está aceptando diariamente nuestro ofrecimiento por vosotros, y vosotros seguís ofreciendo vuestras oraciones por nosotros", concluyó al advertir de la importancia de tener un corazón "lleno de perdón y de misericordia de Dios".
ReL
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