Aquí podemos ofrecerle sólo unos cuantos aspoctos
de las mil maravillas de la Santa Misa
Comenzáis ahora a recibir lo que habéis empezado a ser. |
Comenzáis ahora a recibir lo que habéis empezado a ser, si no lo recibiereis indignamente, pues esto sería comer y beber vuestra condenación; porque está escrito: Quienquiera que comiere este pan y bebiere el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Examínese, pues, el hombre a sí mismo antes de comer de este pan y beber de este cáliz, porque el que come y bebe indignamente, come y bebe su misma condenación 1 Cor 10,17. San Agustín |
La Santa Misa es la oración perfecta. |
¡La Santa Misa es la manera más perfecta de hacer oración! Beato Pablo VI La Santa Misa es la oración perfecta y no puede ser sustituida. Toda otra oración encuentra su origen y cima en la Santa Misa. Padre Jordi Rivero |
Vivir la Eucaristía es el secreto. |
¿Cómo podrán nuestros católicos de domingo tener fuerza para transformar el mundo materialista de hoy? Vivir la Eucaristía es el secreto para dar el Señor al mundo, para llevar el mundo hacia el Señor. Siervo de Dios Cardenal F. X. Nguyen van Thuan |
Nos da la posibilidad de llegar al manantial mismo de la gracia. |
La Eucaristía es un tesoro inestimable; no sólo su celebración, sino también estar ante ella fuera de la Santa Misa, nos da la posibilidad de llegar al manantial mismo de la gracia. San Juan Pablo II |
Por todos los medios nos une consigo mismo. |
¿Qué pastor apacienta sus ovejas con sus propios miembros? Y ¿qué digo pastor? Madres hay muchas veces que, después de los dolores del parto, dan sus hijos a otras que los críen. Mas él no lo consintió, sino que él nos alimenta con su propia sangre, y por todos los medios nos une consigo mismo. Míralo bien: nació de nuestra propia substancia. Pero eso no pertenece a todos, dirás. Sí, por cierto; a todos. Porque si vino a tomar nuestra naturaleza, es evidente que vino a todos. Y si a todos, también a cada uno. San Juan Crisóstomo |
En realidad nos hace su propio cuerpo. |
No se contentó con haberse hecho hombre, con haber sido abofeteado y crucificado, sino que además se une y mezcla con nosotros, y no sólo por la fe, sino en realidad nos hace su propio cuerpo. San Juan Crisóstomo |
Nadie estará en él, sino aquel en quien él esté. |
Cristo mismo dice lo natural que es en nosotros esta unidad: El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí y yo en él Jn 6,57. Porque nadie estará en él, sino aquel en quien él esté; es decir, solamente poseerá asumida la carne de aquel que haya tomado la suya. San Hilario de Poiters |
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