Una pequeña selección de entre las muchas posibles. Despiertan nuestra fe cuando está dormida.
Javier Ordovás, aleteia
CARLOS DE FOUCAULD – Francés. Nace en 1858 en el seno de una familia rica y cristiana; huérfano a los 6 años; a los 16 pierde la fe y vive sin control hasta los 20.
Después de su conversión vivió en suma pobreza con los habitantes del desierto de Sahara.
“Apenas creí que había Dios, y que solo podría encontrarlo en la Iglesia Católica, comprendí que solo podía vivir para Él; desde ese momento estaba decidida mi vocación religiosa. ¡Hay tanta diferencia entre Dios y todo lo que no es Él!”
ALEC GUINNESS – 1914 + 2000. Un gigante del cine y del teatro inglés; cuatro Óscars y sesenta años de actuación. Es anglicano, pero se siente atraído por la Iglesia Católica; espera que ocho días de clausura con los monjes de un convento le quiten esos deseos, sucede lo contrario:“cuando los monjes celebraran la Misa, había como un sentimiento reverencial de Dios expandiéndose, como si llenara cada rincón del templo y de todo el mundo”
El 24 de marzo de 1956 entraba en la Iglesia Católica:
“Como incontables conversos, antes y después que yo, me pareció que volvía a casa, al hogar que me esperaba”.
SIGRID UNDSET – 1882 +1949 – Noruega, Luterana. Premio Nobel de Literatura en 1928. La investigación medieval para sus novelas le lleva a descubrir el Catolicismo:
“Y ya no dudé de que la Iglesia Católica era la que Cristo fundó; siempre consideré que la reforma protestante, aunque tuviera buenas intenciones, fue una rebelión contra el Cristianismo.
En el catolicismo descubrí el verdadero sentido y misterio de la vida, el aprecio de la valoración católica de la familia, la maternidad y el protagonismo cristiano y mariano en la dignificación de la mujer. (“Yo que había sido liberal, socialista y feminista, comprendí que todo eso fracasaría, por empeñarse en no considerar al ser humano tal como es”). “Es difícil expresar lo que Dios me ha dado al entrar en la Iglesia Católica”.
DOUGLAS HYDE – Inglés – 1911 – 1981. Gran periodista, seminarista metodista, pierde la fe, se hace comunista y llega a ser el redactor estrella del Dayly Worker, órgano del partido comunista de Inglaterra.
“Un día entré a un iglesia católica; permanecí un ahora en silencio; no sabía rezar. Otro día hice lo que una sirvienta, que se había arrodillado delante de una estatua de la Virgen María: encendí una vela, y quise rezarle; no sabiendo cómo, me acordé de una canción de la calle y le dije: ¡Oh dulce y encantadora Señora, sed buena! Oh Señora sed buena conmigo… Buscando en otras concepciones la solución de los problemas que me angustiaban, llegué a la fe en la Iglesia Católica, que posee los antiguos valores morales y la caridad cristiana, y es capaz de dar solución a las aspiraciones sociales, y espirituales de la humanidad”.
En 1948, su mujer y sus hijos entraron en la Iglesia Católica.
ROBERT F. WAGNER. Norteamericano. Uno de los alcaldes más queridos y famosos de Nueva York. Primero luterano, después metodista y después nada.
Se casó con una católica y casi todos sus colaboradores eran católicos. Los admiraba por su fe, pero nunca quiso hacerse católico, hasta que un día, 35 años más tarde, estando en un hospital, se sintió impulsado a entrar en la Iglesia Católica, de la que decía que la admiraba, pero que había cosas que le parecían extrañas.
Cuando entró en la Iglesia Católica le preguntó un sacerdote: ¿Y ahora qué le parece extraño? “Ahora, respondió Robert Wagner, ahora lo que me parece extraño, es que no sea todo el mundo católico”. “He comprendido que sólo la Iglesia Católica puede asegurar a los hombres la verdadera paz, basada en la justicia y la caridad cristiana”.
G.K.CHESTERTON – Inglés de familia anglicana sin convicciones. “A la edad de 12 años era un poco pagano; a los 16, agnóstico – ser ateo era un prestigio.
Entra en un templo católico por curiosidad. La genuflexión bien hecha ante el Santísimo por un sacerdote en una iglesia vacía, le intriga y se interesa por el Catolicismo.
A partir de ahí su vida estará dedicada a la defensa del Catolicismo; escribió casi 100 libros, y llegó a ser uno de los mejores literatos de lengua inglesa en el siglo XX. “No quiero una religión que tenga razón cuando yo también la tenga. Quiero una religión que tenga razón cuando yo esté en el error”. “Mi Primera Comunión ha sido la hora más feliz de mi vida. Me deja absorto la presencia real de Cristo sobre el altar”.
Aludiendo a un amigo converso: “Los dos no tenemos ni sombra de dudas de que la acción más inteligente de nuestras vidas, fue entrar en la Iglesia Católica”. “Cuando se deja de creer en Dios, enseguida se cree en cualquier cosa”. “Los que hablan contra la familia, no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen”.
KARL STERN. Judío alemán fervoroso, después ateo. Famoso en el campo de la psicología. Después de tres décadas de resistencia, entra en la Iglesia Católica en 1943.
“Me costó tiempo y trabajo descubrir el inmenso tesoro escondido de santidad anónima que hay en la Iglesia Católica; el poder espiritual que fluye de millones de almas desconocidas; los ríos de sacrificios que hacen por motivos sobrenaturales multitudes de humildes obreros, comunidades religiosas, sacerdotes y laicos”. “No olvidaré jamás la mañana de mi Bautismo y Primera Comunión”.
KENNETH GUINDON. Norteamericano. Católico en la adolescencia, después testigo de Jehová y Bautista.
El 10 de Septiembre de 1983, después de una larga búsqueda, entra en la Iglesia Católica: “Así pues Jesús, junto con su Madre y todos los Santos, recibieron a mi familia dentro, de su Iglesia visible. Al fin estábamos en el hogar…”
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