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lunes, 22 de agosto de 2016

El banco dominical o cómo evitar préstamos abusivos

La unidad crediticia de una parroquia de EE.UU.: créditos de poco monto y una tasa de interés de 8 por ciento anual.


El banco dominical o cómo evitar préstamos abusivos

Jaime Septién, aleteia
Muchas iniciativas, inspiradas en el pensamiento social de la Iglesia católica, surgieron y siguen surgiendo en Estados Unidos, sin que obtengan el beneficio de aparecer en los grandes medios de comunicación, concentrados en el sensacionalismo y la noticia “que sangra”. Pero eso no obsta para que existan y puedan ser reproducidas.

Tal es el caso de la parroquia de Santa Ana, en Arlington (Virginia, Estados Unidos), que está decidida, desde 1949, a apoyar a los fieles en sus necesidades de crédito.

Una de cada cinco familias católicas en Estados Unidos admite haber tomado un crédito comercial abusivo. Ante ese hecho, la Unión Federal de Crédito de Santa Ana ha dicho “basta”.

La unidad crediticia funciona con un pequeño grupo de voluntarios y dos empleados de tiempo parcial. Con una salvedad: también trabaja los domingos, después de las misas de la mañana y del mediodía.
El aval de los créditos no son propiedades o un historial crediticio limpio, sino la fidelidad a la parroquia.

Los feligreses son los dueños del organismo financiero cuya única misión es proveer de una alternativa a los fieles de la parroquia frente a los altos intereses cobrados por las tarjetas de crédito o de los prestamistas usureros.

En general, los créditos son de poco monto y con una tasa de interés de 8 por ciento anual.

La Unión de Crédito sigue todas las regulaciones federales en la materia, a la manera de las grandes uniones como USAA o Navy Federal, pero con personal mayormente voluntario.

Situada en el salón de calderas de la Iglesia, tiene 300.000 dólares en activos, no ofrece tarjetas de crédito o débito ni cuentas de cheques.

Actualmente tiene 180 miembros, todos parroquianos de Santa Ana, quienes obtienen un dividendo competitivo (cerca del uno por ciento mensual) en cuentas de ahorros aseguradas federalmente.

Pero el corazón de la misión es otorgar préstamos personales dirigidos a personas que, de lo contrario, podrían convertirse en víctimas de prestamistas con intereses de 100 y hasta 500 por ciento.

Santa Ana podría parecer la única en su tipo en Estados Unidos, pero no es así. Influidas por la EncíclicaRerum Novarum del Papa León XIII, muchas parroquias en la Unión Americana han abierto sus propias opciones de crédito y ahorro.

De hecho, la primera Unión de Crédito fue el Banco de Santa María, fundada en 1908 por Pierre Hevey, un sacerdote franco-canadiense en Manchester, New Hampshire.

En la actualidad, solamente quedan 100 uniones de crédito en las parroquias de Estados Unidos, aunque llegaron a ser 1.224 en 1960.

La de Santa Ana no es la mayor, pero indudablemente es un modelo que toda parroquia podría seguir, para sacar del agujero creditico en el que muchos depredadores, institucionales o no, meten a los fieles en dificultades.

Con información de The Catholic Herald (Arlington, VA)

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