A Jefferson y Jobel no les quedó otro remedio que poner, como dice el refrán, al mal tiempo buena cara, y acudir de esta manera a su boda, el pasado sábado, en la iglesia del Santísimo Rosario en Hagonoy Town, una de las numerosas localidades filipinas inundadas al paso del tifón Yagi.
Dios nos ama tanto que hasta ha querido amarnos con un corazón humano traspasado.
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