He aquí en video un librito de 22 páginas para que pueden oírlo leído.
Sí ha leído bien: una persona lee en voz alta esta guía.
Sí ha leído bien: una persona lee en voz alta esta guía.
Esta Breve Guía del Examen va principalmente destinada a todas aquellas personas que desde varios años vienen practicando el examen diario de conciencia, y experimentan las tentaciones de cansancio, tedio, desconfianza y ganas de abandonarlo, porque creen que no lo saben hacer, ni sacan de él fruto alguno, ni les sirve de nada porque se encuentran siempre iguales.
Autor Eudaldo Serra Buixó, Pbro
Para ver el texto de la guía
Varias maneras de hacer examen de conciencia
INTRODUCCIÓN
No se puede negar que el examen diario de conciencia, para muchos de los que lo practican, probablemente para la mayoría, resulta un ejercicio pesado y de poco aliciente. Por una parte, un examen de conciencia siempre es una cosa seria que reclama atención y recogimiento de espíritu, y esto exige un esfuerzo que nosotros hemos de poner.
. Por otra parte, la
recomendación insistente de la Iglesia, nos obliga a practicarlo como elemento
imprescindible para la perfección en la vida espiritual, aunque nos cueste.
Pero la dificultad mayor proviene de nosotros mismos: ponemos demasiado la
fuerza del examen en la letra,
y olvidamos en exceso el espíritu.
Tomamos el examen como medicina infalible para quitarnos toda clase de faltas
en un término de tiempo más o menos largo, pero seguro, y no viendo este
resultado en la práctica, llega el desengaño, el desaliento, y lo abandonamos
por inútil o no apto para nosotros. No atinamos a ver qué nos sirve de
incentivo y renovación diarios de nuestro amor y de nuestra segura confianza en
Dios.
El P. W. Faber señala este mal o defecto de poner
equivocadamente la confianza en les medios o prácticas de devoción, en lugar de
ponerla sólo en Dios. “Tomemos otro ejemplo— dice en sus “Conferencias
espirituales”—: Queremos formarnos en ciertos hábitos de devoción; supongamos
el examen particular. Antes de haberlo ensayado, nadie es capaz de adivinar
cuánta violencia y enojo interminables hay en este ejercicio del examen
particular. Es necesaria una cierta dosis de mortificación para perseverar en
él, de buen grado o de mal grado. El resultado es que abandonamos nuestra
resolución como si fuera un compromiso indiscreto. Y abandonándolo, nos
perdemos innumerables gracias, simplemente por falta de confianza en Dios.” Si
acertamos, pues, el camino de la confianza y del amor para practicar el examen
diario de conciencia, habremos hallado la solución de este problema un tanto
enojoso, y gustaremos la dulzura del trato humilde y confiado con Jesús, estrechando cada día más los lazos de amor que
a Él nos unen, a pesar de nuestras diarias faltas y miserias.
En otro libro anteriormente publicado sobre el examen
diario de conciencia[1],
se explica la teoría y la práctica según la enseñanza tradicional del Santo
Fundador de la Compañía de Jesús y de sus hijos. A quien quiera aprenderlo y
estudiarlo le remitimos a las explicaciones allí escritas.
Esta Breve Guía del Examen va principalmente destinada a todas aquellas personas
que desde varios años vienen practicando el examen diario de conciencia, y
experimentan las tentaciones de cansancio, tedio, desconfianza y ganas de
abandonarlo, porque creen que no lo saben hacer, ni sacan de él fruto alguno,
ni les sirve de nada porque se encuentran siempre iguales.
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