Mientras meditaba acerca de la escalera de Jacob de Génesis 28,
Guigo comenzó a pensar en la oración monástica como en una escalera de cuatro
peldaños, donde comienzas con los pies plantados firmemente en el suelo, y
tomando cada peldaño en orden, ascenderás al cielo. Más tarde ese año, antes de
la muerte de San Bernardo de Claraval, Guigo publicó su obra más famosa sobre
la oración, Scala Claustralium/Escalera de los Monjes, que describe la lectio divina, un método de
oración que tiene igual valor para el laico católico como para el claustro de
los monjes de la Grande Chartreuse.
A pesar de que pueda provocar una sacudida intimidante al principio, la lectio divina es una forma simple y efectiva de orar que ha sido parte de la práctica de la fe católica durante casi un milenio. Un elemento básico de la tradición monástica desde que fue introducido por Guigo el Cartujo en Scala Claustralium, la lectio divina es una práctica contemplativa que casi cualquiera puede asumir y hacer parte de su vida diaria de oración.
Esta escalera de oración se sube como cualquier escalera, un
peldaño a la vez, en orden y desde cero. A diferencia de cualquier escalera que
pueda encontrarse en su ferretería local, esta escalera se extiende hasta las
puertas del cielo.
Paso uno: Lectio
Tradicionalmente, 'la lectio divina', o lectura divina, se divide en cuatro pasos o peldaños. El primer renglón, lectio, es una lectura lenta "a paso de tortuga" de un texto de la Escritura hasta el momento que una palabra o frase en el texto te atrapa. Puedes comenzar con un pasaje familiar, tu libro bíblico favorito como los salmos o simplemente comenzar al comienzo del Génesis o los Evangelios. Pues, haces unas lecturas lentas de unos pocos versículos para que encuentres tu palabra. Una vez que algo te atrape, escríbelo. Este será el tema de tu oración.
Paso dos: Meditatio
Luego, en 'meditatio', como una vaca rumiante, reflexionas
sobre esa palabra o frase, meditando sobre ella, profundizándola y, como lo hacía Nuestra
Señora, guardándola en tu corazón. Este paso es una consideración activa ya que
estás explorando el tema de tu oración mental. Se pueden hacer preguntas como
"qué significa esta frase" o "en qué me hace pensar esta
palabra" o “qué es lo que quiere decirme el Señor con esto” o ¿"Esta palabra
o frase le recuerda algún episodio de tu vida?" Todo esto puede ser un estímulo
importante que te puede ayudar a llevarte al siguiente paso de la oración.
Paso tres: Oratio
Nuestro tercer peldaño es 'oratio'. Este es el paso donde la
mayoría de las personas intentan comenzar su oración mental, pero al hacerlo,
se están perdiendo los dos primeros peldaños vitales que establecen los postulados
de la oración. Pero después de haber pasado tanto por la lectio cuanto por la
meditación, será entonces que nos percatamos como nos habla de Dios en las
Escrituras y entonces podemos responder con oración. Este es un buen momento para explayarnos
en alabanzas, adoración, acción de gracias y petición, además de hablar con
Dios sobre el tema de nuestra meditación en los pasos anteriores. Si bien las
oraciones vocales que solemos recitar pueden ser muy formales, el Ave María,
los Actos de Fe, Esperanza y Amor, y el Padre Nuestro, y así vienen a la mente,
la oración mental suele ser mucho más informal. Es la oración de un niño
hablando con su padre o un amigo hablando con otro. Los dos modos de orar valen.
Paso cuatro: contemplación
El cuarto paso es la ‘contemplatio’ o contemplación. Aquí es
donde callamos nuestros corazones y esperamos a Dios. Puede hablarnos en
silencio, o puede usar este tiempo para ayudarnos a crecer en silencio. Esta
parte depende de la acción de Dios y simplemente estamos presentes en esta
etapa. Esta es la etapa en la que Dios está más activo y lo esperamos en
silencio. A veces hablará en voz alta. A veces escucharemos su voz suave y
apacible. A veces simplemente nos colma con su presencia en un profundo silencio.
Paso cinco no oficial: Decisión/Propósito
Tal vez estarás diciendo: "Pensé que sólo había cuatro
pasos". Y estarías en lo cierto. San Francisco de Sales, Doctor de la Iglesia, adiciona a los pasos de la
lectio divina con un quinto paso que originalmente no formaba parte de la Scala
de Guigo. Decisión/Propósito es donde concluimos nuestra oración con una propósito concreto que ayuda a guiar nuestro día y así continúa nuestro crecimiento
espiritual a través de nuestra oración. En su obra, Introducción a la Vida Devota, San Francisco de Sales aconseja a sus lectores que usen esta oración
para recolectar una especie de tesoro/recuerdo al que puedan regresar durante
todo el día, volviendo al tema de su oración.
Subiendo la escalera
Cada peldaño de la escalera de Guigo te llevará a
profundizar en la vida de oración que debes tener. Al incluir 15-20 minutos
diarios en tu tiempo de oración siguiendo estos pasos, puedes aprender a
subir la escalera de la oración. A medida que este método se te hace familiar,
te acercarás cada vez más a Dios en este tiempo que pases con él.
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por las almas del purgatorio, por los que se han alejado de la fe y por los que
más lo necesitan. Como el difunto p. Michael Sherliza diría, "la gracia
nunca se desperdicia".
Tim Mason, epicpew
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