Entradas populares

domingo, 20 de junio de 2021

Especialmente para los que NO suelen ir a Misa los Domingo: Vean lo que están perdiendo

Aquí sólo podemos ofrecer unos pocos aspectos de las mil maravillas de la Santa Misa

Importancia de la disposición de oblación total de sí mismo. 1

Toda Comunión supone el sacrificio del altar, y, por consiguiente, el de la Cruz. En la ofrenda de la Santa Misa, Cristo nos asocia a su cualidad de pontífice; en la Comunión nos hace partícipes de su condición de víctima.

El Santo Sacrificio supone la oblación interior y plena que Jesús hizo de sí mismo a la voluntad de su Padre al entrar en el mundo, oblación que renovó a menudo durante su vida y a la que dio remate con su muerte cruenta en el Calvario...

Beato Dom Columba Marmión
Jesucristo, vida del alma

Importancia de la disposición de oblación total de sí mismo. 2

...Cristo se da a nosotros, pero sólo después de haber muerto por nosotros; se entrega como manjar, pero después de haberse ofrecido como víctima. Y en la Eucaristía -sacrificio y sacramento-, los caracteres de víctima y alimento son inseparables.

Por eso es tan importante esta disposición habitual de oblación total de sí mismo. Cristo se nos da en la medida con que nosotros nos damos a Él, a su Padre, a nuestros prójimos, que son los miembros de su cuerpo místico; esta disposición fundamental nos hace semejantes a Cristo, pero a Cristo víctima; es el lazo de unión entre Él y nosotros.

Beato Dom Columba Marmión
Jesucristo, vida del alma




Redescubrir la importancia de la Eucaristía.

Queridos hermanos y hermanas, pidamos al Señor que nos ayude a redescubrir la importancia de alimentarnos no sólo de pan, sino de verdad, de amor, de Cristo, del Cuerpo de Cristo, participando fielmente y con gran conciencia en la Eucaristía, para estar cada vez más íntimamente unidos a él.

S.S. Benedicto XVI
Ángelus, 29 de julio de 2012

La falta de disposición impide nuestra transformación.

Cuando el Señor halla un alma así dispuesta, entregada del todo y sin reserva a su divino querer, se manifiesta en ella con aquella virtud divina que por no encontrar obstáculo ninguno, obra maravillas de santidad.

La carencia de esa disposición requerida para que la unión sea más íntima es la razón de que muchas almas adelanten tan poco en la perfección, aunque comulguen a menudo.

Cristo no encuentra la docilidad sobrenatural que reclama para obrar libremente en ellas; sus afectos están divididos y repartidos entre Dios y las criaturas, por el apego voluntario que conservan a su vanidad, a su amor propio, a su susceptibilidad, a su egoísmo, a sus celos, a su sensualidad, cosas todas que impiden que la unión entre ellas y Cristo se realice con esa intensidad, esa plenitud mediante la cual se realiza de un modo total y perfecto la transformación del alma.

Beato Dom Columba Marmión
Jesucristo, vida del alma

Vivía en total recogimiento la Santa Misa.

Sor Crecencia (una hna. de Congregación) dijo: La hna. Santa Faustina Kowalska vivía la Santa Misa en total recogimiento sin ver nada de cuanto estaba a su alrededor. Tenía una devoción inmensa por el Santísimo Sacramento. Cuando estaba ante la Eucaristía oraba con profundo fervor y con la mirada fija y ardiente en Jesús. En todos los momentos libres corría a visitar a Jesús Sacramentado.


La Eucaristía es el secreto de los Santos.

La santidad es fruto de la Eucaristía porque ésta es su fuente. Sólo quien está en comunión con la vid, Jesús Eucarístico, puede ser un sarmiento fecundo. Veamos la vida de los santos, testigos elocuentes de esta verdad: La Eucaristía es el secreto de los santos. Es la escuela en donde se forjan las grandes almas.

San Juan Pablo II


Carne de mi carne y Sangre de mi sangre.

La Carne y la Sangre de Jesús son la carne y la sangre maternal de María Santísima.

Si Adán pudo llamar a Eva al ser ella sacada de su costilla: "hueso de mis huesos y carne de mi carne" Gen 2, 23, no puede la Virgen María aun con mayor derecho llamar a Jesús: "¿Carne de mi carne y Sangre de mi sangre?". Tomado de la "Virgen intacta", la Carne de Jesús es la carne maternal de María; la Sangre de Jesús es la sangre maternal de María. Así pues, no será nunca posible el separar a Jesús de María Santísima.

Santo Tomás de Aquino
Doctor de la Iglesia

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario