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viernes, 18 de junio de 2021

Evangelio del día

 

ChristianArt 
 
Mateo 6:19-23 Las polillas y las carcomas destruyen los tesoros terrenales
 
 
Un ramito de grosellas rojas con insectos, Pintura de Jan van Kessel I (1626-1679),Pintado en 1657,
 Óleo sobre cobre © Sotheby's Londres, 3 de diciembre de 2014, lote 36 (uno de un par), vendido £542.000

Jesús dijo a sus discípulos: "No acumuléis tesoros en la tierra, donde las polillas y las carcomas los destruyen y los ladrones pueden entrar a robar. En cambio, acumulad tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la carcoma los destruyen y los ladrones no pueden entrar a robar. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

La lámpara del cuerpo es el ojo. Por eso, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si tu ojo está enfermo, todo tu cuerpo será oscuridad. Si entonces, la luz dentro de ti es oscuridad, ¡qué oscuridad será!'

Comentario

Bulle

Concilio Vaticano II
Papa Pablo VI, Mensaje a los gobernantes del Miércoles 8/12/1965  (Traducción distribuida por la Santa Sede)


«No acumuléis tesoros en la tierra»

En este instante solemne, nosotros, los Padres del XXI Concilio Ecuménico de la Iglesia católica...con plena conciencia de nuestra misión hacia la humanidad, nos dirigimos, con deferencia y confianza, a aquellos que tienen en sus manos los destinos de los hombres sobre esta tierra, a todos los depositarios del poder temporal.
Lo proclamamos en alto: honramos vuestra autoridad y vuestra soberanía, respetamos vuestras funciones, reconocemos vuestras leyes justas, estimamos los que las hacen y a los que las aplican. Pero tenemos una palabra sacrosanta y deciros: sólo Dios es grande. Sólo Dios es el principio y el fin. Sólo Dios es la fuente de vuestra autoridad y el fundamento de vuestras leyes.
A vosotros corresponde ser sobre la tierra los promotores del orden y de la paz entre los hombres. Pero no lo olvidéis: es Dios, el Dios vivo y verdadero, el que es Padre de los hombres, y es Cristo, su Hijo eterno, quien ha venido a decírnoslo y a enseñarnos que todos somos hermanos. El es el gran artesano del orden y la paz sobre la tierra, porque es Él quien conduce la historia humana y el único que puede inclinar los corazones a renunciar a las malas pasiones que engendran la guerra y la desgracia.
Es Él quien bendice el pan de la humanidad, el que santifica su trabajo y su sufrimiento, el que le da gozos que vosotros no le podéis dar, y la reconforta en sus dolores, que vosotros no podéis consolar. En vuestra ciudad terrestre y temporal construye su cuidado espiritual y eterna: su Iglesia. (EDD)


Oración

Ilumina, Señor, nuestros corazones y fortalece nuestras voluntades, para que sigamos siempre el camino de tus mandatos, reconociéndote como nuestro guía y maestro. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

















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