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jueves, 10 de junio de 2021

Evangelio del día

 

ChristianArt  
 
Mateo 5:20-26   Quien se enoja con su hermano responderá por él
 
 

Rising Anger, escultura de Neil Grant, esculpida en 2018, bronce © Neil Grant Art

Jesús dijo a sus discípulos 'Si vuestra virtud no es más profunda que la de los escribas y fariseos, nunca entraréis en el Reino de los Cielos.

Habéis aprendido cómo se dijo a nuestros antepasados: No debéis matar; y si alguno mata, debe responder de ello ante el tribunal. Pero yo os digo esto: quien se enoja con su hermano responderá de ello ante el tribunal; si un hombre llama a su hermano "Necio", responderá de ello ante el Sanedrín; y si un hombre le llama "Renegado", responderá de ello en el fuego del infierno. Así pues, si estás llevando tu ofrenda al altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí, ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano primero, y luego vuelve y presenta tu ofrenda. Llega a un acuerdo con tu adversario a tiempo, mientras aún estás de camino al tribunal con él, o él puede entregarte al juez y el juez al oficial, y serás arrojado a la cárcel. Os digo solemnemente que no saldréis hasta que hayáis pagado el último céntimo".

 Comentario


Bulle

Doroteo de Gaza (c. 500 -?)
monje en Palestina
Conferencias I (SC 92 ; Œuvres spirituelles, Cerf, 1963), trad. sc©evangelizo.org


El fuego de la cólera

El rencor se diferencia de la cólera, que se distingue a su vez de la irritación y se distingue de la turbación. He aquí un ejemplo para que comprendan. Para alumbrar un fuego, tenemos para comenzar sólo un pequeño carbón. Él representa la palabra de un hermano que te ofende. Todavía es sólo un pequeño carbón ya que es nada más que una simple palabra de un hermano. Si la soportas, apagas el carbón. Si al contrario te pones a pensar: “¿Por qué me dice eso? ¡Tendría para responderle!”. (…) La turbación es como si alguien alumbrara un fuego, tú tiras ramitas y provocas humo. (…)
Soportando la pequeña palabra de tu hermano, podías apagar el carbón antes que aparezca la turbación. Sin embargo, mismo esa turbación, la puedes apaciguar fácilmente con el silencio, con la oración, con un único movimiento del corazón. Si al contrario continúas a producir humo, es decir, a exaltar y excitar tu corazón pensando “¿Por qué me dice eso? ¡Tendría para responderle!”, trabajan entonces el flujo y el impacto de los pensamientos. Los calientan y provocan la llama de la irritación. (…) Así llega la irritación. (…)
Si quieres, puedes todavía apagar la irritación antes que se convierta en cólera. Pero si continúas turbándote y turbando a otros, haces como alguien que tira leña en la fogata y atiza el fuego: se forman entonces bellas brasas. Es la cólera. (…) Lo mismo que las brasas puestas de lado subsisten largo tiempo encendidas, mismo si se hecha agua encima, la cólera que se prolonga se transforma en rencor. (…)
¿Ven cómo de una sola palabra se llega a un gran mal? Si desde el comienzo hubiéramos soportado pacientemente la palabra del hermano, sin rendirle mal por mal (Rom 12,17), hubiéramos podido escapar a todos esos males.(EDD)

 Oración

 A ti, Señor, que eres la luz verdadera y la fuente misma de toda luz, te pedimos humildemente que meditando fielmente tu palabra vivamos siempre en la claridad de tu luz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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