Saint Paul Street Evangelization nació en EEUU
pero ya está llegando a otros países
Darren Pereira, de Saint Paul Street Evangelization,
con su equipo de evangelización callejera católica
Un chocolate caliente, un rosario y un buen tema de conversación. Con eso se lanzan a evangelizar por las calles los miembros de Saint Paul Street Evangelization .
Se trata de una organización que pronto cumplirá 10 años en EEUU y ya empieza a extenderse por otros países: Australia, Reino Unido, Canadá, y está desembarcando en Países Bajos y Nigeria.
Algunos equipos salen todas las semanas, pero lo más frecuente es que grupos formados por tres personas salgan una vez al mes.
A nivel de EEUU cuentan con una administración y dirección de 16 personas. Cuentan con la asesoría del cardenal Raymond Burke y con el aval de los cardenales Tobin y Arinze.
La clave de este apostolado es el trato personal: cosas como la mirada, las conversaciones y el trato amistoso... Pero también hay unos elementos específicos de este ministerio evangelizador:
- orar
- escuchar
- trabajar la amistad
- organizarse
Darren Pereira, la experiencia de un novato
Darren Pereira, de 26 años, cuenta al Catholic Courier que tras licenciarse en y obtener un máster en 2020, Darren sintió que era el momento de crecer. Meses de encierro durante la pandemia generaron en él “una ausencia real de vías para la evangelización”.
Orando “sentía esa necesidad de que la vocación misionera creciera en mi vida espiritual y tuviese una salida. Sentí que el Señor me estaba diciendo que comenzando en el proyecto estaba cumpliendo un deseo de mi corazón”, explica.
El grupo de St. Paul Street Evangelization en Ithaca (Nueva York), con su párroco, Agustín Chumo “recibieron la iniciativa con los brazos abiertos, a pesar de que yo era un completo desconocido”, relata.
El Hermano Andre, del grupo de Detroit, explica que una mujer les pidió oración; era protestante, pero les dejó hablar sobre su fe católica y ellos le dieron una Medalla Milagrosa y la invitaron a su parroquia
Evangelización callejera implica escuchar
Cuentan los organizadores en su página web que “la evangelización callejera no consiste en gritar a la gente con un megáfono, sermonear o decirles que irán al infierno”.
“Se trata de ofrecer un oído atento, compartir una conversación sobre Jesús, llamar al arrepentimiento y rezar por quienes lo desean”.
“Nuestro objetivo”, continúan, “es estar disponibles y hacer que el mensaje de Jesucristo sea accesible para todos”. Y para ello, es fundamental seguir unos sencillos pasos “para acercar a la gente a la fe: escuchar, hacerse amigo, proclamar e invitar”.
Más allá del primer contacto en la calle, la evangelización callejera ya da paso a la “evangelización relacional”, es decir, mediante la relación personal.
“Cuando Dios nos ayuda a establecer una nueva amistad en la evangelización directa, no abandonamos a nuestro nuevo amigo", añaden. "Seguimos caminando con él y lo ayudamos”.
Folletos para repartir visualmente cuidados
Un aspecto especialmente cuidado por la organización es la elaboración del material visual y folletos que reparten a los viandantes con quienes hablan.
La idea, según relató el apologeta católico y editor ocasional de la publicidad de St. Paul, Dave Armstrong, es “que sean breves y atractivos. Que puedan ayudar a iniciar una conversación. Es válida cualquier cosa que haga que la gente se pare y pregunte”.
No hace falta ser teólogo ni tener mucha formación
Darren explica que para participar en un equipo “no es necesario estar profundamente versado en la fe católica”.
“Todos estamos `equipados´ y llamados a ello por naturaleza desde nuestro bautismo”, comenta el joven, antes de añadir los recursos, materiales y formación previamente proporcionada por los organizadores.
“La iglesia tiene una identidad misionera, un llamado universal a la misión”, añadió el joven estudiante. “Si tienes la buena noticia, la mejor noticia, que es el Evangelio, ¿cómo no vas a querer compartirlo con los demás?”, plantea.
Así es el día a día de los grupos de evangelización callejera de Saint Paul.
Una experiencia enriquecedora para todos
Darren ya ha vivido la experiencia de entablar conversaciones amistosas sobre la fe mientras ofrece a los viandantes rosarios, medallas y folletos sobre la Iglesia Católica.
“Creo que está siendo muy positivo y fructífero, por lo general”, comenta el joven. “No encontramos conflictos, oposición o problemas de ningún tipo”.
En algunas ocasiones, tras un primer intercambio de palabras, Darren reza con quienes viven profundos conflictos personales.
“He visto crecer en confianza [a los miembros de mi equipo]”, afirma orgulloso. “También en su capacidad para tener este tipo de conversaciones en un espacio público. Y eso es algo muy bonito de ver”, concluye.
En Saint Paul Street Evangelization no hay confrontaciones; sólo entablan una conversación, inician lazos cordiales y tratan de ayudar
ReL
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