«Cualquier acto de desunión le afecta»

León XIV, ya Papa, con su secretario en Chiclayo, Jasson Sempertigue.
El sacerdote Jasson Sempertigue fue secretario de León XIV desde enero de 2016 hasta septiembre de 2019, dentro del periodo de ocho años en el que el Robert Prevost fue obispo de Chiclayo (Perú).
Él mismo le ordenó el 29 de agosto de 2015, le nombró y luego le envió a hacer la Licenciatura en Filosofía en la Universidad Gregoriana (Roma) en el periodo 2019-2021. Al culminar sus estudios, le envió en 2022 a realizar el doctorado en Filosofía en la Universidad San Dámaso (Madrid). Actualmente cursa la última etapa del doctorado, con la tesis Demostración metafísica del primer principio en el “Tractatus de primo principio” del Beato Juan Duns Escoto.
Al mismo tiempo, durante el curso de doctorado, Sempertigue ha colaborado en dos parroquias en Madrid: entre 2022 y 2023, en la parroquia San Eloy, y desde 2023 hasta el presente en la basílica menor de la Asunción de Nuestra Señora en Colmenar Viejo.
-¿Cómo conecta el Papa con las personas?
-El Papa León XIV es una persona de una vasta cultura y de una gran personalidad. La calidad de su formación académica y la inmensa variedad de lugares que ha conocido a lo largo del planeta le dan una visión muy amplia y armónica del mundo. Por eso, sabe conectar con gente tan variada de mucho modos: por la música, por el deporte, por el cine, por la lectura, por la tecnología, por la cultura en general, por la política mundial, por la capacidad que tiene para hablar nuevas lenguas, etc.
»Personalmente, he hablado con él de fútbol, de cine, de tecnología, de filosofía, entre otras cosas. Desde mi experiencia personal puedo decir que nunca he sentido que me mirara por encima del hombro. Su humildad y su sencillez me ha permitido sentirle como un padre y un amigo. Por eso, cuando dejé de ser su secretario personal continué escribiéndole mensajes y correos electrónicos y cada vez me ha respondido con la amistad y la sencillez de siempre. Después de su elección como sucesor de Pedro tuve la oportunidad de saludarle personalmente y, dentro de mi emoción y mis nervios, lo encontré con la humildad y la cercanía de un padre, un amigo y un hermano.

Una imagen ya célebre: el obispo Robert Prevost a caballo para llegar a los lugares de más difícil acceso en su diócesis de Chiclayo.
»Un detalle de mi visita al Santo Padre fue que le comenté que volví a hacer la misma peregrinación por las iglesias de Roma que él mismo me hizo hacer hace seis años. Aquella vez en 2019 visitamos en peregrinación un grupo de iglesias en el centro de Roma, esta vez repetí el mismo recorrido rezando por él; no podía contener las lágrimas. Se lo comenté y creo que le agradó.
»Creo que muchos sacerdotes de Chiclayo podrían contar muchas anécdotas parecidas.
-¿Cómo describiría la relación entre el Papa León XIV y los sacerdotes de la diócesis de Chiclayo?
-Ya he contado que él me enseñó a conducir, pero no es lo único que he aprendido de él.
»Recuerdo con mucha alegría la vez que, a los seis primeros diáconos que ordenó como sacerdotes, nos reunió para enseñarnos a celebrar la Santa Misa. Tuvimos una reunión para hablar de nuestras expectativas acerca del sacerdocio y de la pastoral. Recuerdo que nos decía: “Cuando celebréis, mirad de vez en cuando al frente, mirad al pueblo de Dios”.
También recuerdo una cosa que nos dijo y me viene mucho a la mente estos días: “Me agrada la parte de la Misa que dice: no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia”. Ahora, cuando celebro la Misa y llego a esa parte, me conmuevo un poco.
»Muchos sacerdotes en Chiclayo podrían contar mejores cosas que yo, pero creo que lo que describe con mayor claridad su relación con los sacerdotes es su capacidad de escuchar y de dejarse sorprender.
»Una vez me regalaron la película de San Felipe Neri, me puse a verla en la sala del obispado, él llegó y se unió a verla conmigo; así en muchas cosas.
»Algunos no olvidaremos la noche en que Perú clasificó al mundial de Rusia. Éramos un grupo de cinco sacerdotes viendo el partido con el obispo. Todos muy nerviosos porque era algo único para los peruanos. En un momento vi que el obispo no estaba, luego me di la vuelta y vi al obispo con los mismos nervios que todos detrás tapándose la cara y esperando el final del partido; luego celebramos el triunfo con un buen brindis.
»Tengo la tentación de contar una cosa más. Los últimos meses que fui su secretario empecé a vivir en una parroquia a veinte minutos de la ciudad. Llegó el día del cumpleaños del obispo y yo llegué tarde a la oficina. Cuando llegué ya estaba él en una reunión y, después, otra, hasta la tarde. En fin, que no le vi personalmente en todo el día. Solo estuvimos comunicándonos por el teléfono: “Ya llegó la siguiente visita” o cosas así. A las 11 de la noche me llama por teléfono y me dice: “¿Cómo estás?” Le respondo: "¡Muy bien!" Y luego añade: “Y conmigo ¿cómo estás?” Yo me quedo sorprendido y le contesto: "¡Muy bien, muy bien!" Me contesta: "¡Es que no me has saludado por mi cumpleaños!" En ese momento caí en la cuenta y le transmití todo mi cariño como pude.
»Esto lo cuento porque creo que refleja con claridad la necesidad que siente el Papa de estar siempre en comunión. Cualquier acto de desunión le afecta. Busca siempre la unidad, pero la unidad sincera, esa que brota de la amistad con Cristo.
-¿Cómo describiría la espiritualidad del Papa León XIV?
-Su espiritualidad es plenamente agustiniana. Su lema es agustiniano. Su devoción a Santa Rita le viene por la orden de San Agustín. Todo eso se orienta a un propósito muy bueno: la comunión. Tiene un corazón grande para acoger a todos de tal modo que nunca va haciendo prejuicios sobre quién es mejor que otro o sobre quién debe ser acogido antes que otro. Su espiritualidad centrada en la comunión busca la fraternidad verdadera en Cristo.

El obispo Prevost, durante las inundaciones por el ciclón Yaku, en marzo de 2023.
»Sobre esto puedo decir que me causaba gracia cada vez que me llamaba “hermano”. Siempre me llamaba por mi nombre, pero alguna vez sí que me decía: “Muy bien, hermano”. Me hacía gracia, pero es parte de su espiritualidad el hecho de sentirse hermano de todos.
»Podría contar más cosas. Es un hombre piadoso. Después de la comida íbamos a hacer la visita al Santísimo Sacramento. En Chiclayo tenemos la costumbre de que el sacerdote mayor dice al final una jaculatoria. Él siempre usaba la siguiente: "Te adoramos, ¡oh, Cristo! y te bendecimos porque por tu Santa Cruz has redimido al mundo". Esta jaculatoria, que también le viene por su espiritualidad agustiniana, creo que también la tiene muy presente por la fecha de su nacimiento.
»El hecho de que haya nacido el día de la Exaltación de la Santa Cruz no le es para nada indiferente. Creo que mira su propio camino espiritual desde la Cruz de Cristo y, sobre todo, desde la redención que brota del misterio del Crucificado.
-¿Qué significado tiene para usted el apoyo del Papa León XIV en su tesis doctoral?
-Pues no sabría cómo describirlo. En primer lugar, creo que ha sido un regalo de Dios. Me envió a estudiar a Roma la licenciatura en Filosofía en la Universidad Gregoriana. Luego, me envió a Madrid a hacer el doctorado en Filosofía en la Universidad San Dámaso. ¡En estos seis años que han pasado yo todavía no me he convertido en doctor, sin embargo, él ya es el Papa! Sin embargo, ahora que me queda muy poco para culminar el doctorado me parece que su apoyo ha sido muy importante. La tranquilidad que me ha dado en todo momento para no sentirme mal por demorarme más de la cuenta ha sido algo fundamental.
»Podría contrar muchas cosas acerca del apoyo que me ha dado. El día que me dijo que venía a hacer el doctorado a Madrid lo recuerdo muy bien. Habíamos quedado para que se llevara una gran parte de mis libros a Perú porque ya había finalizado la licenciatura y él quería ayudarme a aligerar mi equipaje. Yo le entregué unas cuantas maletas de libros. Cuando ya los tenía puestos en el auto para dirigirse al aeropuerto me dice: "¡Última oportunidad! ¿De verdad quieres hacer el doctorado?" Le respondo: "¡Sí!" Me dice: "¡Baja tus libros!"
»Recuerdo con alegría también las veces que me ha hecho favores. Le pedía en algunas ocasiones que me compara libros del beato Juan Duns Escoto, que es el autor en el que estoy trabajando mi tesis. Él los compraba en Roma y luego yo los recogía cuando pasaba por Barajas. Me ha comprado libros importantes. Ha sido un gran detalle de su parte.

Juan Duns Scoto (1265-1308), uno de los grandes filósofos y teólogos medievales, en un retrato de Justo de Gante (c. 1476).
»Como última cosa podría añadir que, en una conversación en la casa general de los agustinos, le comenté acerca de la poca profundidad de mi tesina de licenciatura. Le dije que sentía que mi trabajo acerca de la interpretación heideggeriana del nihilismo de Nietzsche era muy superficial. Me dijo: “La tesina es un trabajo importante, pero no es el trabajo de tu vida”. Creo que se ha cumplido en parte su profecía. La tesis que estoy tratando de culminar sobre el beato Juan Duns Escoto, después de tres años de una dura batalla con el Tractatus de primo principio, creo que sí será el trabajo de mi vida, al menos de los últimos cuatro largos años.
»Por cierto, la última vez que le vi le dije: “Ahora quizá el Papa pueda canonizar el beato Juan Duns Escoto”. Se rió mucho dando unas cuantas carcajadas. Él sabe por qué.
-¿Cómo ve la relación entre la fe y la razón en el ministerio del Papa León XIV?
-Hay que ir a sus discursos acerca del tema. Al menos ha pronunciado unos cuatro o cinco. Todos ellos en el marco de alguna ceremonia de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo de Chiclayo. Se podrían buscar y publicar porque tuve la suerte, como secretario, de leerlos y corregirlos. En ellos se ve claramente una continua referencia a Fides et Ratio y al Papa Benedicto XVI. Además, una continua alusión a San Agustín como el gran buscador de la Verdad.
»Al respecto puedo contar que, unos meses después de que él sea elegido prefecto del Dicasterio para los Obispos le pregunté si tenía tiempo para leer. Me dijo que por las noches siempre un momento. A partir de ahí, cada vez que le veía, al menos una o dos veces al año, le regalaba entre otras cosas un libro. Para él es importante que vayan de la mano tanto la piedad como la formación intelectual.
»Creo que en el fondo de la cuestión acerca de la relación entre la fe y la razón, él ve como fundamento una razón humilde que sabe reconocer tanto el misterio del hombre y del mundo como el misterio de Dios. Creo que su afán por afrontar los desafíos de la Inteligencia Artificial está en línea con su deseo de que no se pierda la actitud piadosa ante el misterio.
-¿Cómo cree que la experiencia del Papa León XIV en la diócesis de Chiclayo lo ha preparado para abordar los desafíos globales que enfrenta la Iglesia hoy en día?
-Creo que en Chiclayo encontró mucha generosidad. Durante la pandemia de covid emprendió muchas iniciativas para ayudar a los más necesitados, y siempre recibió el apoyo de la población. La ayuda que encontró en muchas personas e instituciones creo que le han permitido ser consciente de la cantidad de labor buena que se hace y se puede hacer cuando se trabaja en comunión.
»Los desafíos que ahora enfrenta son mucho más grandes, pero creo que en el fondo se trata de lo mismo. Él sabe que hay mucha gente dispuesta a colaborar, a trabajar por la justicia y la paz. Cuenta con ellos, sabe pedir ayuda a los que entienden mejor ciertos temas. Sabe acoger propuestas de solución. Estoy seguro de que más de uno ya se está sorprendiendo de la apertura del Papa para acoger todas las sugerencias cuando estas son las más adecuadas.
-¿Qué esperanzas y expectativas tiene para el futuro de la Iglesia bajo el liderazgo del Papa León XIV?
-Creo que ya las estamos viendo. Será el Papa de la unidad. In illo uno unum!
Luis Javier Moxó Soto, ReL
Vea también Oración por el Papa León XIV
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