
Sillas de montaña, rutas inclusivas, voluntariado, sensibilización, formación e investigación son algunos de los recursos del nuevo Observatorio de Actividad Física Inclusiva en el Medio Natural de la Universidad Católica de Valencia (UCV).
En el reciente acto de presentación del Observatorio, su directora, Laura Jiménez, destacó el profundo impacto emocional de las salidas a la montaña con usuarios de la silla adaptada (Joëlette)
“Desde el principio supimos que esto era especial, algo que atrapaba”, afirmó en el acto, del que informó el arzobispado de Valencia.
“Aquí no se trata de salvar a nadie, sino de compartir -añadió-. Vamos juntos y si no subimos, nos quedamos abajo, esa es la verdadera inclusión”.
Coronar picos en Joëlette
Ya hace diez años que la Universidad Católica de Valencia trabaja en la inclusión de personas con discapacidad en el medio natural a través de la actividad física.
Su empeño hizo posible, por ejemplo, que tres jóvenes con discapacidad lograran su sueño de coronar el Penyagolosa, de mil 813 metros de altitud.
Una de ellas, Lidia Ramos, compartió su “transformadora” experiencia de subir al pico en la presentación del Observatorio.
“Fue increíble porque nunca había visto desde lo alto de la montaña un paisaje así -explicó-. Sentir esa sensación de vértigo pero a la vez de libertad no se me va a olvidar en la vida”.
“Conocí lo que es estar en el medio natural, conseguí romper barreras y me di cuenta de que la montaña de verdad puede ser para todos”, añadió.
Admirados y agradecidos

Entre los beneficios del senderismo inclusivo, Ramos destaca la mejora del bienestar emocional y de la empatía, la participación, el respeto a la diversidad, la ruptura de estereotipos y el refuerzo de la eficacia, la planificación y el trabajo en equipo.
Para Jiménez, lo mejor de la experiencia fue “ver los ojos cada una de las pasajeras al llegar a la cima, y el silencio interior de cada uno de los que allí estábamos admirados de haberlo hecho posible y agradecidos por haber podido formar parte de esta hazaña".
La silla Joëlette permite que personas con movilidad reducida puedan acceder a la montaña.
Pero a la vez, la universidad ha constatado que promueve la solidaridad porque se necesitan varias personas que la dirijan para superar los obstáculos.
Otro recurso que facilita a las personas con discapacidad (visual) el senderismo inclusivo es la barra direccional.
Se trata de un listón de unos tres metros de longitud que sirve de asidero y permite establecer un dinámico sistema de comunicación entre las tres personas que lo agarran.
Inclusión
El observatorio nace como un espacio de encuentro y reflexión, y con el reto de convertirse en un referente para hacer “un mundo más humano y más accesible donde juntos hagamos realidad esta soñada inclusión”.
Organizará cursos y talleres de formación de futuros profesionales en este ámbito, y actividades físicas inclusivas, de sensibilización, de voluntariado e investigación.
Por su parte, el vicerrector de Investigación de la UCV, José María Tormos, destacó en su presentación que “las universidades no son del Estado ni de las instituciones, son de los sitios y de las personas”.
Y este observatorio, añadió “es un reflejo de ese compromiso comunitario, un proyecto participativo, transformador y necesario”.
Patricia Navas, Aleteia
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