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jueves, 17 de julio de 2025

Evangelio del día


Libro del Exodo 3,13-20.

Moisés dijo a Dios: "Si me presento ante los israelitas y les digo que el Dios de sus padres me envió a ellos, me preguntarán cuál es su nombre. Y entonces, ¿qué les responderé?".
Dios dijo a Moisés: "Yo soy el que soy". Luego añadió: "Tú hablarás así a los israelitas: "Yo soy" me envió a ustedes".
Y continuó diciendo a Moisés: "Tu hablarás así a los israelitas: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, es el que me envía. Este es mi nombre para siempre y así será invocado en todos los tiempos futuros.
Ve a reunir a los ancianos de Israel y diles: El Señor, el Dios de sus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: "Yo los he visitado y he visto cómo los maltrataban los egipcios.
Por eso decidí librarlos de la opresión que sufren en Egipto, para llevarlos al país de los cananeos, los hititas, los amorreos, los perizitas, los jivitas y los jebuseos, a una tierra que mana leche y miel".
Ellos te escucharán, y tú irás a presentarte ante el rey de Egipto, junto con los ancianos de Israel. Entonces le dirás: "El Señor, el Dios de los hebreos, vino a nuestro encuentro. Y ahora tenemos que realizar una marcha de tres días por el desierto, para ofrecer sacrificios al Señor, nuestro Dios".
Ya sé que el rey de Egipto no los dejará partir, si no es obligado por la fuerza.
Pero yo extenderé mi mano y castigaré a Egipto, realizando ante ellos toda clase de prodigios. Así él los dejará partir,


Salmo 105(104),1.5.8-9.24-25.26-27.

¡Den gracias al Señor, invoquen su Nombre,
hagan conocer entre los pueblos sus proezas;
recuerden las maravillas que él obró,
sus portentos y los juicios de su boca!

El se acuerda eternamente de su alianza,
de la palabra que dio por mil generaciones,
del pacto que selló con Abraham,
del juramento que hizo a Isaac.

El Señor hizo a su pueblo muy fecundo,
más fuerte que sus mismos opresores;
cambió el corazón de los egipcios,
para que sintieran odio por su pueblo

y trataran con perfidia a sus servidores.
Luego envió a Moisés, su servidor,
y a Aarón, que era su elegido;
por su intermedio realizó prodigios,

hizo portentos en la tierra de Cam:


Evangelio según San Mateo 11,28-30.

Jesús tomó la palabra y dijo:
"Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.
Porque mi yugo es suave y mi carga liviana."


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

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Bulle

Santa Catalina de Siena (1347-1380)
terciaria dominica, doctora de la Iglesia, copatrona de Europa
El Diálogo, El don de conformarse a Cristo (Le dialogue, Téqui, 1976), trad. sc©evangelizo.org


¡Que venga a mí!

[Santa Catalina escuchó a Dios decirle:] Todos ustedes fueron llamados, en general y personalmente, por mi Verdad, mi Hijo, cuando en la ansiedad de su deseo exclamó en el templo: “El que tiene sed, venga a mí y beba. Yo soy el Manantial de Agua Viva” (cf. Jn 7,37). No dijo que fuera al Padre y bebiera, sino “Que venga a Mi y beba”.
El sufrimiento no me llegó, a mí, el Padre, sino más bien a mi Hijo. También ustedes, que son pelegrinos y viajeros en esta vida mortal, no pueden avanzar sin encontrar la pena, porque el pecado hace que la tierra produzca espinas, como ya he dicho. Por eso mi Hijo exclamó “Venga a mí y beba”. Siguiendo su mensaje, sea por la observación de sus mandamientos o por el amor de los consejos, sea por la práctica verdadera y simultánea de preceptos y de consejos, cualquier camino que prendan, pueden ir hacia él. Es decir, con la caridad perfecta o la caridad común, les dará a beber y gustarán el fruto de su Sangre, con la unión de la naturaleza divina a la naturaleza humana.
Permaneciendo en él, permanecerán en mí, Océano de paz, porque soy uno con él, como él es uno conmigo. Y ustedes están invitados al Manantial de Agua Viva de la gracia. (EDD)

Reflexión sobre el cuadro

La lectura del Evangelio de hoy nos recuerda que es Jesús quien primero nos llama: Venid a mí todos los que estáis fatigados, y yo os aliviaré". La vida de fe se desarrolla siempre como un doble movimiento: nosotros invitar a al Señor en nuestras vidas, y nosotros responder a su invitación a acercarnos a Él. Nosotros invitamos y Él responde; y Él invita y nosotros respondemos, con la certeza de que su invitación llegó primero y siempre está ahí. Siempre es Dios quien da el primer paso. Su amor nos alcanza antes de que podamos empezar a buscarle. Nuestra fe es, en el fondo, siempre una respuesta a esta iniciativa divina.

En el Evangelio de hoy, Jesús nos hace una invitación muy personal: "Venid a mí". No dice "Venid a mis enseñanzas" o "Venid a mis seguidores", sino "Venid a mí". Es una llamada individual, íntima. Y esta llamada va acompañada de una promesa: "Os daré descanso". Pero, ¿de qué descanso se trata? Podemos pensar en el descanso como inactividad, pero en el sentido bíblico, significa algo mucho más rico. Es como el refrigerio de un viajero cansado que encuentra un oasis tras un viaje largo y agotador: un descanso que restaura, renueva y fortalece. Ese descanso no consiste en retirarse de la vida, sino en encontrar en Cristo el profundo manantial de paz que nos permite continuar el viaje con nuevas fuerzas y alegría.

Nuestro cuadro de Jean-Léon Gérôme representa el oasis de Medinet El-Fayoum. La ciudad, situada a unos 130 kilómetros al suroeste de El Cairo, nació hace siglos como un oasis donde las caravanas de viajeros buscaban descanso y agua, para luego proseguir su viaje fortalecidos y revigorizados. Con el tiempo, el oasis de El-Fayoum se convirtió en una ciudad más grande. Gérôme fue uno de los artistas franceses más célebres y de mayor éxito comercial de finales del siglo XIX. Sus escenas orientalistas, ricamente detalladas, se inspiraron en sus extensos viajes por Egipto, el norte de África, Siria, Asia Menor y Tierra Santa, plasmando los exóticos paisajes y culturas que encontró a lo largo de su carrera.

by Padre Patrick van der Vorst

Oración

Invitación a que venga Jesús a mi corazón

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