Juega en segunda división, y dejó un mensaje de confianza ante las adversidades de la vida
Wendell Lira es un jugador de fútbol casi desconocido y hasta hace unos meses estaba desempleado. El lunes 11 de enero ganó el premio al mejor gol del año 2015 en la gala de la FIFA y el mensaje de fe que pronunció en la ceremonia conmueve las redes.
Lira recibió el Premio Puskas gracias a la votación del público por un gol que marcó en la cuarta división del fútbol brasileño. Ganar parecía imposible. Sin embargo, recibió el 46,7% de los votos, superando a Lionel Messi con 33,3% y al italiano Alessandro Florenzi con 7,1%.
Gracias a Dios y a mi familiaSu increíble victoria fue aún más conmovedora por el mensaje de agradecimiento que pronunció.
"Quiero, primero, agradecer a Dios por este momento único en mi vida y poder estar aquí, conociendo grandes jugadores que son mis ídolos, que conocía solo en los videojuegos y hoy estoy aquí conociéndolos personalmente. Quiero agradecer mucho a mi familia, a la nación brasileña que votó por mí, a mi esposa y a mi hija, que son todo para mía. Mi hija Marcela está en casa ahora. Quiero dejar un pasaje bíblico. Cuando Goliat apareció, todo el mundo lo miraba y decía: ´Él es muy fuerte´. ´Él es muy grande, tú no tienes manera de ganarle´. Y David, cuando vio a Goliat, dijo: ´Él es muy grande, no hay forma de equivocarme´. Y así es como tenemos que lidiar con nuestros problemas diarios en nuestra vida. Así agradezco a todos. Muchas gracias".
Sin equipo hasta noviembre pasado
Lira ganó un premio como jugador revelación en un torneo juvenil en 2006, pero varias lesiones parecían acabar con su carrera deportiva. Dejó el fútbol y se dedicó a trabajar con su madre en una cafetería. Sin embargo, se dio una segunda oportunidad e ingresó al Goianesia, donde marcó el gol que le valió el Premio Puskas.
Se quedó sin equipo hasta noviembre pasado, cuando fue nominado al galardón de la FIFA y consiguió un nuevo contrato en el Vila Nova, un equipo de segunda división de la ciudad de Goiania, donde ahora juega.
"Cuando me dio la noticia, en el primer momento no me lo creí. Luego me llamó mi esposa llorando y me puse a llorar con ella, no me lo podía creer, fue muy emocionante", reveló Lira.
Viajar a Zurich, Suiza, para asistir a la gala de la FIFA fue otra aventura. Su esposa nunca había viajado en un avión y el jugador no tenía un traje para la ceremonia de premiación. Una tienda le obsequió el atuendo. Lira ya regresó a Brasil y volvió a trabajar en la cafetería junto a su madre. Su meta es comprar una casa para su familia.
Publicado en ACIPRENSA
"Quiero, primero, agradecer a Dios por este momento único en mi vida y poder estar aquí, conociendo grandes jugadores que son mis ídolos, que conocía solo en los videojuegos y hoy estoy aquí conociéndolos personalmente. Quiero agradecer mucho a mi familia, a la nación brasileña que votó por mí, a mi esposa y a mi hija, que son todo para mía. Mi hija Marcela está en casa ahora. Quiero dejar un pasaje bíblico. Cuando Goliat apareció, todo el mundo lo miraba y decía: ´Él es muy fuerte´. ´Él es muy grande, tú no tienes manera de ganarle´. Y David, cuando vio a Goliat, dijo: ´Él es muy grande, no hay forma de equivocarme´. Y así es como tenemos que lidiar con nuestros problemas diarios en nuestra vida. Así agradezco a todos. Muchas gracias".
Sin equipo hasta noviembre pasado
Lira ganó un premio como jugador revelación en un torneo juvenil en 2006, pero varias lesiones parecían acabar con su carrera deportiva. Dejó el fútbol y se dedicó a trabajar con su madre en una cafetería. Sin embargo, se dio una segunda oportunidad e ingresó al Goianesia, donde marcó el gol que le valió el Premio Puskas.
Se quedó sin equipo hasta noviembre pasado, cuando fue nominado al galardón de la FIFA y consiguió un nuevo contrato en el Vila Nova, un equipo de segunda división de la ciudad de Goiania, donde ahora juega.
"Cuando me dio la noticia, en el primer momento no me lo creí. Luego me llamó mi esposa llorando y me puse a llorar con ella, no me lo podía creer, fue muy emocionante", reveló Lira.
Viajar a Zurich, Suiza, para asistir a la gala de la FIFA fue otra aventura. Su esposa nunca había viajado en un avión y el jugador no tenía un traje para la ceremonia de premiación. Una tienda le obsequió el atuendo. Lira ya regresó a Brasil y volvió a trabajar en la cafetería junto a su madre. Su meta es comprar una casa para su familia.
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