La Santa Misa es la oración suprema del cristiano.
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¿Qué es, por tanto, la Eucaristía? El amor de Cristo hasta el extremo, para ti, para mí, durante toda la vida. Porque la Eucaristía significa poner a tu disposición toda la omnipotencia, toda la bondad, todo el amor y la misericordia de Dios, todos los días, todas las horas, de tu vida. Y así, en cada Sagrario del mundo, en cada Misa, se está, por así decir, creando un incendio, una hoguera de amor; pero, ¿quién se calienta?, ¿quién se quema?, el que se acerca. La Santa Misa es la oración suprema del cristiano.
P Mariano de Blas |
Asistir a la Santa Misa es unirse a Jesucristo.
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Asistir a la Santa Misa es unirse a Jesucristo; es, por tanto, para nosotros el acto más saludable.
En ella recibimos las gracias del arrepentimiento y de la justificación, así como ayuda para evitar las recaídas. San Pedro Julián Eymard |
Nuestra existencia: una Santa Misa prolongada.
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La Eucaristía es el centro vital del universo, capaz de saciar el hambre de vida y felicidad. "El que me coma vivirá por mí" Jn 6,57. En este banquete feliz participamos de la Vida Eterna y así nuestra existencia cotidiana se convierte en una Santa Misa prolongada.
Documento de Aparecida 354 |
¿Por qué el Verbo se hizo carne?
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El Verbo se encarnó para hacernos "partícipes de la naturaleza divina" (2 P 1, 4): "Porque tal es la razón por la que el Verbo se hizo hombre, y el Hijo de Dios, Hijo del hombre: para que el hombre al entrar en comunión con el Verbo y al recibir así la filiación divina, se convirtiera en hijo de Dios" San Ireneo de Lyon. "Porque el Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios" San Atanasio de Alejandría "El Hijo Unigénito de Dios, queriendo hacernos partícipes de su divinidad, asumió nuestra naturaleza, para que, habiéndose hecho hombre, hiciera dioses a los hombres". Santo Tomás de Aquino
Catecismo de la Iglesia Católica No. 460 |
Nos transformarnos en Quién recibimos.
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Nuestra participación en el cuerpo y en la sangre de Cristo no tiene otro objetivo que el de transformarnos en Aquél a quien recibimos: a hacernos revestir, en todo, en el cuerpo, en el alma, de aquél en el cual morimos, somos sepultados y resucitamos.
San León Magno |
Esforcémonos por ir diariamente a la Santa Misa.
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Si supiéramos el valor del Santo Sacrificio de la Misa, qué esfuerzo tan grande haríamos por asistir a ella.
Santo Cura de Ars |
Frecuentemos la Santa Misa, vayamos todos los días.
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La Iglesia obliga a los fieles "a participar los domingos y días de fiesta en la divina liturgia" (cf. OE 15) y a recibir al menos una vez al año la Eucaristía, si es posible en tiempo pascual (cf. CIC can. 920), preparados por el sacramento de la Reconciliación. Pero la Iglesia recomienda vivamente a los fieles recibir la santa Eucaristía los domingos y los días de fiesta, o con más frecuencia aún, incluso todos los días.
Catecismo de la Iglesia Católica, n.1389 | |
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