El Rosario es una oración tradicional católica que busca honrar a la Virgen. En un inicio constaba de quince «misterios» que recordaban momentos (gozosos, dolorosos y gloriosos) de la vida de Jesús y de María. En el año 2002 san Juan Pablo II añadió los misterios luminosos que permiten meditar sobre la vida pública de Jesús. También se llama «rosario» al objeto formado de cuentas que se utiliza para recitar esta oración.
El Rosario suele constituir parte fundamental del plan de vida espiritual. Proclamó la Virgen en el Magníficat que «Todas las generaciones me llamarán bienaventurada». En efecto, desde los tiempos más antiguos, se venera a la Santísima Virgen con el título de «Madre de Dios», bajo cuya protección se acogen los fieles suplicantes en todos sus peligros y necesidades.
Durante muchos siglos las familias cristianas se sentaban todas las noches a practicar esta piadosa devoción, que les servía para acudir a nuestra Señora y pedir por la unidad de la familia.
Nuestra Madre y el Santo Rosario
La devoción a María encuentra su expresión en las fiestas litúrgicas dedicadas a la Madre de Dios y en la oración mariana, como el Santo Rosario, que en palabras de Pablo VI es: «Síntesis de todo el Evangelio». Es decir, el Rosario es una oración que concreta esa devoción especial que la Virgen recibe en la Iglesia.
Escribió San Josemaría que como en otros días, «ha de ser hoy el Rosario arma poderosa para vencer en nuestra lucha interior, y para ayudar a todas las almas. Ensalza con tu lengua a Santa María: reparación te pide el Señor, y alabanzas de tu boca. Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana y con tu caridad vigilante».
El mes de octubre tradicionalmente está dedicado a la Virgen María, en su advocación de nuestra Señora del Rosario. Y para no engañarnos, recuerda que una triste excusa para no rezar el Rosario es dejarlo siempre para última hora. Sobretodo evitar la rutina, que ahoga la verdadera piedad, la única piedad.
A nuestra Madre le gustan las demostraciones de cariño, por eso al rezarlo hazlo con mucha fe. Mientras lo rezas puedes incluir peticiones personales, por la familia, el Estado, la Iglesia, la humanidad etc. Así, de una manera muy natural, esta plegaria se compenetra con la vida diaria.
¿Cómo se reza el Rosario?
Es bueno comenzar el Rosario haciendo la señal de la Cruz. Luego se anuncian cada uno de los cinco misterios que se contemplan ese día. Los lunes y sábados se contemplan los misterios gozosos, los martes y viernes, los dolorosos, los jueves, los luminosos y los miércoles y domingos, los gloriosos.
Cada misterio se compone de un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria. Cuando se han rezado los cinco misterios, se rezan las letanías de la Virgen, oraciones de alabanza a nuestra Madre. Según las tradiciones de distintos lugares, a esta estructura básica para rezar el Rosario se añaden algunas jaculatorias y oraciones que expresan la riqueza de la piedad popular. Te recomiendo leer el artículo «Cómo rezar el Rosario», para que puedas hacerlo paso a paso.
Si quieres profundizar, te dejamos un audio con la meditación de 10 minutos sobre el Santo Rosario. Este artículo es parte de la serie plan de vida de 10 Min con Jesús América Latina. Para ver más material sobre la serie puedes seguirnos en Instagram o Facebook.
P. Juan Carlos Vásquonez, catholic.-link
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