Aprender a ordenar también es aprender a no desperdiciar
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¿Tropiezas constantemente con los juguetes de tus hijos, la ropa está en el suelo y las cosas de todos están en todas partes? Se acabó. Alto. ¡Utiliza esta pequeña guía de almacenamiento y pon a tu familia en orden!
Invite a tu familia a mirar la casa con una nueva mirada. Te aseguro que tiene más capacidad y espacio de almacenamiento del que todos creen. Sin embargo, el desorden o los imperativos de la vida cotidiana no facilitan las cosas…
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- Empieza por recordar a tu tribu que el almacenamiento vacío siempre es efectivo.
- Asegúrate de que los objetos de uso habitual están al alcance de la mano.
- Coloca más alto, lo que se use de forma excepcional y en el suelo los objetos más pesados.
- Si faltan espacios de almacenamiento, mira hacia arriba: las paredes vacías y los rincones pueden permitir la colocación de estantes. Tres tablas y unos pocos soportes no cuestan nada, y multiplican las posibilidades de almacenamiento (recuerde ocupar el máximo de anchura y de altura).
- No tes olvide de la parte de abajo de las camas y la parte de detrás de los muebles. Estos espacios se pueden optimizar gracias a los diferentes accesorios de almacenamiento.
- Las cajas de madera apiladas, los cofres, las cajas de cartón cerradas, los compartimentos de cajones, etc., proporcionan unos servicios valiosos. Permiten organizar y dividir el espacio, facilitar la clasificación y mantener el orden. Las cajas de plástico, por ejemplo, tienen la ventaja de ser resistentes al tiempo, a los golpes y al polvo.
Organiza el ropero (o armario) y di “no” a las cosas mal guardadas
En cuanto a la ropa, ¿estás segura de que todos los miembros de la familia usan todo lo que hay en sus armarios? Pruébales la ropa, elimina lo que está desgastado, rasgado y deja a un lado lo que es demasiado pequeño o demasiado grande, porque, tal vez otro hijo lo necesite más adelante. Deja a un lado aquello que no te gusta, simplemente. Seguramente a otra persona le guste y se lo puedas regalar.
- Guárdalos en una bolsa, maleta o caja de cartón que se pueda identificar fácilmente. No dude en mencionar el contenido en una etiqueta, esto le evitará tener que buscarlos cuando los necesite de nuevo. Manten en los armarios solo lo que se usarás durante la próxima temporada.
- Sé racional en tu almacenamiento si quieres que tus hijos sean un poco más ordenados. Establece una lógica de almacenamiento que ellos entiendan.
- Ayuda a los niños más pequeños a respetar las pilas y a archivar con etiquetas de colores, dibujos pegados a tablas, cajas u otros accesorios.
- Considera la opción de colocar calcetines, medias, cinturones o bragas en el interior de las puertas y armarios.
- Para los más pequeños, los espacios de almacenamiento deben ser accesibles y, si es posible, divertidos: percheros divertidos, ganchos con la efigie de sus héroes, percheros personificados para pijamas….
¡Ordene los armarios y haga una buena acción!
- Aprender a ordenar también significa aprender a dar lo que hay de sobra, lo que no se utilizará durante los próximo años. Familias amigas, primos y organizaciones benéficas se alegrarán.
- Si recopilas en una caja grande aquello que no quieres, cada uno podrá escoger lo que quiera.
- ¿Por qué no crear una red entre las familias interesadas? Todo el mundo lo aprovecha y una vez que las cosas dejan de ser útil, se transmiten a los demás…
Ayuda a tus hijos que necesitan almacenamiento
Arregla el lugar de trabajo de sus hijos. En cada habitación, defina un área de trabajo y un área de juego que esté lejos de la primera: de esta manera se facilitará la concentración… Las habitaciones ocupadas por varios niños son más difíciles de organizar. Las literas permiten un verdadero ahorro de espacio.
Para los juegos y juguetes, no pidas a tus hijos que los guarden y los cuiden sin darles los medios para hacerlo.
“Debemos tener un amor ordenado por todo”, dijo Santa Teresa de los Andes. Procura que a tus hijos les guste mantener sus habitaciones limpias. Hasta los 10 o 12 años de edad, los niños necesitan ser acompañados y guiados para ser eficaces.
Cartones, estantes, cajas, identificados también, les ayudarán a ser más cuidadosos. Recurre a los colores, la transparencia o la forma de los envases para identificarlos.
Para que estas sesiones de almacenamiento no sean demasiado aburridas, subraya tu propósito: despejar el espacio para un despacho, para un nuevo estante, para dar a una familia o a una asociación que lo necesite…
Clasifica y recupera, antes de precipitarte a las tiendas. En el fondo de los armarios, ¿cuántos cuadernos sin terminar, bloques de hojas en blanco, bolígrafos utilizables? Cree una papelera familiar con lo que se recuperará. Aquí también, organízate: rotuladores en una maceta, lápices de colores en otra, cuadernos en una caja… ¡Aprender a ordenar también es aprender a no desperdiciar!
Una vez que este gran arreglo se haya completado, “asegúreta de mantener el orden y el orden la mantendrá”, San Bernardo de Clairveaux.
Bénédicte Drouin, Edifa
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