Las claves para ser constructores de “puentes”
en medio al paganismo y los ídolos de cada tiempo
El papa Francisco invitó a imitar la valentía del apóstol Pablo que evangelizó incluso en ciudades hostiles al cristianismo y paganas; metrópolis como Atenas que eran cuna de la cultura, pero también lugar de decadencia política y donde se adoraban varios ídolos. Lo hizo durante la audiencia general del miércoles 6 de noviembre de 2019 en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
1. Pablo se familiariza con la ciudad, la gente, la cultura…
Francisco insta a contemplar la actitud de Pablo, inspirado por el Espíritu Santo: “Conoce a todas las personas, no te rindas, ve y habla con todas las personas”, dijo Francisco. Pablo se familiariza con la ciudad, los lugares, las personas, incluso los líderes: Conoce a judíos, filósofos epicúreos y estoicos, y muchos otros. Participa de la vida de la ciudad, va al Areópago, símbolo de la vida política y cultural.
2. Pablo y su mirada contemplativa sobre la realidad y las personas
Tener una mirada contemplativa que descubre a “ese Dios que vive en sus casas, en sus calles y en sus plazas”. Ver a Dios en medio de las multitudes anónimas, dice el Papa. Pablo mira el mundo pagano sin hostilidad, mas bien con los ojos de la fe. Entonces, nada de desprecio o indiferencia.
3. Pablo practica la inculturación de la fe
Pablo elige la mirada que lo impulsa a abrir una brecha entre el Evangelio y el mundo pagano y practica la inculturación del mensaje de fe: anuncia a Jesucristo a los adoradores de ídolos, y no lo hace atacándolos, sino convirtiéndose en “pontífice, constructor de puentes”.
4. Pablo empatiza con la gente del lugar
Pablo comienza a empatizar con sus oyentes, proclama que Dios “vive entre los ciudadanos” y “no se esconde de aquellos que lo buscan con un corazón sincero”. Pablo recuerda que Dios está ahí, en medio y, por eso, reveló: “lo que ustedes adoran sin conocer, es lo que yo vengo a anunciarles” (Hechos 17:23).
5. Pablo invita a una vida más consciente y plena
Al apóstol Pablo no le importa recibir criticas y burlas cuando se expone al hablar de “la muerte y la resurrección”. Pablo invita a ir más allá de “los tiempos de la ignorancia” y a la conversión. Pablo llega así al kerygma (Hechos 17.31). Pablo no ocupa espacios, luego se aleja, abre un proceso: algunos adhieren a su palabra y se abren a la fe, otros no, pero, el apóstol sigue con devoción el Espíritu Santo sin perder el ánimo.
Ary Waldir Ramos Díaz, Aleteia
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