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miércoles, 6 de noviembre de 2019

La estremecedora lucha de una joven contra un demonio y cómo la Iglesia la ayudó

“Coquetear con los espíritus del mal puede tener consecuencias muy graves”, asegura Rosa María a Aleteia. Un testimonio de cara al Primer Congreso Iberoamericano de la Pastoral del Exorcismo que se realizará en Paraguay

EXORCISM
Son las 03.00 de la madrugada en Asunción, Paraguay. Esta es la hora en que Rosa María acostumbra despertarse – desde hace un par de años – para rezar el Santo Rosario. La joven, quien tiene 35 años, aprovechó el momento de oración y paz para relatar a Aleteia la estremecedora batalla que lidió para liberarse de un demonio que la asechó durante años.
Rosa María nos pide reservar su apellido considerando que muchos familiares suyos están implicados en su historia. Ella fue asistida por integrantes de la Pastoral del Exorcismo, que fue instituida a finales del 2017 en Paraguay. Si bien su caso no requirió del rito tradicional del exorcismo, ella pasó por duras sesiones de liberación.
“Mi madre me llevó desde niña a sesiones de Umbanda y Kimbanda. Ya en mi adolescencia, por curiosidad, fui a algunas sesiones para acompañar a una compañera de colegio. Se abrieron puertas en mi vida y un emisario de satanás se me pegó”, relató.


PARAGUAY
Pastoral del Exorcismo Asunción


La joven explicó que durante una de las sesiones Umbanda ella vio por primera vez a un “emisario de Satanás”, un demonio con apariencia humana. Detalló que desde aquella ocasión, y por años, este ser estuvo presente en su vida.
“Este ser se me impregnó. No podría realizar mi vida en plenitud, me veía ahorcada, muerta, me daban ganas de suicidarme, no estaba a gusto ni conforme con mi vida. Tenía una visión donde veía a esta persona (demonio)”, mencionó.
Rosa María dijo que las manifestaciones extraordinarias del maligno eran visuales, sexuales y de diferentes maneras. “Este demonio me consideraba de su propiedad, es como si se enamoró de mi”, detalló.

Un ángel le indicó qué camino a seguir

La mujer explica que no sabía a quién acudir ya que su principal temor era que la consideren como una enferma mental. Ella se formó en una familia católica, pero varios de sus cercanos habían recurrido sectas. Su regreso a la Iglesia católica se dio luego de haber acudido a otras profesiones.
“Este ser se me presentó cara a cara durante uno de los encuentros Umbanda en el que los espíritus bajan y se dirigen a los participantes. Tuve mucho miedo, era una sensación horrible y pedí ayuda a Dios. En ese momento, a mi derecha apareció un ángel. De un lado estaba el emisario del mal y del otro lado estaba otro ser que me daba una paz increíble”, relató sin ocultar su emoción.
La experiencia con este “ángel de paz” condujo a Rosa María a acudir a un templo católico. Al día siguiente, tras años de alejamiento, ella fue hasta la Parroquia San Cristóbal de Asunción para participar de misa.
“Rompí en llanto y mientras lloraba con desconsuelo se me acercó una mujer y me dijo que la Virgen María me esperaba”, relató. Rosa María inició su retorno  a su fe católica desde aquel momento. Un camino que ella describió como “lleno de tentaciones y caídas”. El “emisario de Satanás” no se había marchado de su vida.

El rol de la Pastoral del Exorcismo

Durante un retiro espiritual de un grupo de adoradores de una parroquia asuncena la joven decidió contarle a un seminarista y psicólogo, Ricardo Moreno, sobre lo que le estaba pasando. Según describe, ella se sintió comprendida y éste lo contactó con el padre Francisco Silva, actual coordinador de la Pastoral del Exorcismo de la Diócesis de Asunción.
Tras un seguimiento integral donde conversó con profesionales de la psicología y se sometió a estudios médicos, acompañada por un diácono y dos sacerdotes, inició su dura batalla por la liberación.
“Tuve la gracia de Dios de que ellos pudieron discernir correctamente lo que me estaba sucediendo. En el proceso me enfrenté con mi pasado. Durante este camino yo me estaba preparando para mi Confirmación y ellos me dijeron que ese día terminaría mi batalla. La pastoral se manejó conmigo con mucha paciencia”, describió.

Una liberación sobrenatural

Rosa María comentó que su proceso de liberación duró más de dos meses. La preparación incluyo 40 días de ayuno, renuncias, reconciliación y misa. “Antes de irse, este demonio me causó mucho daño. Durante 40 días tuve llagas en todo el cuerpo. Los médicos no supieron explicar las causas”, explicó.
Tras dos sesiones de liberación, Rosa María sintió que estaba ganando la batalla a este ser diabólico. “El sacramento de la Confirmación me devolvió la vida. Me costó mucho llegar viva  a mis 35 años”, aseguró.
“Lo que vi y escuché durante las sesiones de liberación fue algo imposible de explicar. Vi ángeles cantando a mi rededor, sentía que algo me quemaba. Me emociona mucho recordar esto. Llegué a vomitar alimentos enteros, lo que era increíble porque yo venía de varios días de ayunar”, describió.
Rosa María comentó que el día de su liberación este ser diabólico que se obsesionó con ella se le puso frente a la puerta de su casa. “No quería dejarme pasar. Me aferré a mi rosario y mi biblia y cerrando los ojos lo atravesé”, relató.
“Es increíble el poder que tiene la Virgen María, el Santo Rosario fue mi aliado en esta lucha. Esta mujer (María) es única, nunca me dejó sola. A través de ella, Dios me hizo sentir su presencia”, dijo.

La gracia también se derramó sobre su familia

La joven explicó que sus padres están separados desde hace 25 años. “Mi madre ahora se está acercando a la Iglesia católica. Ella estuvo por años en temas oscuros. Le estoy acompañando en su proceso, aunque su caso es mucho más complicado. Ella está postrada en cama pero los médicos dicen que está sana”, explicó.
Para Rosa María, Dios actúa también sobre su familia. Detalló que tras más de dos décadas de no dirigirse la palabra, ahora sus padres llevan una relación cordial. “El sacramento del matrimonio es algo único”, dijo. “Ambos se hicieron mucho daño. Mi papá se salvó de milagro de un cáncer”, agregó.
La joven, quien durante años luchó contra las manifestaciones extraordinarias del maligno, insta a las personas a que no abran puertas a la oscuridad.
“Coquetear con los espíritus del mal puede tener consecuencias muy graves. No sabemos a lo que nos exponemos. Sin las fuerzas de Dios estas batallas no se pueden ganar”, subrayó.

Un servicio de amor y misericordia

El presbítero Francisco Silva Isasi, coordinador de la Pastoral del Exorcismo de la Diócesis de Asunción, explicó a Aleteia que este servicio surgió como una acción organizada de la Iglesia católica para dar respuestas y acompañar a aquellas personas que consideran tener influencias de acciones extraordinarias del maligno.
“Los casos en los que se llega al exorcismo son muy raros. Esto se realiza cuando se confirma que la persona esta poseída. Los casos son extraordinarios, no son muchos. La mayoría de las veces las personas creen tener influencias pero no es así”, detalló el sacerdote especializado en exorcismo.


PARAGUAY
Pastoral del Exorcismo Asunción


El padre Silva informó que en Paraguay abundan experiencias de personas, que siendo católicos, recurren al curanderismo, hechicería y rituales que van contra la identidad de la Iglesia Católica.
“La mayor parte del servicio es escuchar a la gente y acompañar. Es un servicio de amor y misericordia. En muchos casos somos vistos como último recurso.  Este es un camino donde las personas se enfrentan a su propia historia. Muchas veces, por ignorancia o superstición uno puede ser presa de una experiencia así”, puntualizó.
El padre Francisco Silva explicó que el foco principal de la Pastoral del Exorcismo es “la conversión de las personas”. “Apuntamos a que la persona se encuentre con Jesucristo vivo. Este es un gesto de amor. Queremos ayudar a que la persona sea feliz”, expresó.
Para la Iglesia católica las acciones ordinarias del maligno se manifiestan a través de los pecados. Por su parte, las acciones extraordinarias pueden ser las presiones, infestaciones de objetos, la vejación, la obsesión y la posesión diabólica.

Rodrigo Houdin/Aleteia Paraguay


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