Aquí sólo podemos ofrecerle unos pocos aspectos
de las mil maravillas de la Santa Misa
Confesemos que la Eucaristía es la Carne de Cristo. |
Observad aquéllos que sostienen doctrinas contrarias sobre la gracia de Jesucristo... Se abstienen de la Eucaristía y de la oración porque no confiesan que la Eucaristía es la carne de nuestro Salvador Jesucristo. San Ignacio de Antioquía |
La Santa Misa es como acercarse al Monte Calvario. |
Acercarse al Altar para la celebración de la Santa Misa es como acercarse al Monte Calvario: allá arriba, el Sacrificio fue un acto cruento de adoración y redención de la humanidad; aquí, en el Altar, el sacrificio es incruento, es decir, sin derramamiento de sangre, pero con igual valor salvífico. San Juan Pablo II |
La Eucaristía produce una transformación progresiva. |
La Eucaristía produce una transformación progresiva en el cristiano. Es el Sol de las familias y de las Comunidades. Santo Tomás de Aquino |
Dominada por el amor infinito de Dios. |
¡Que cosa más rica es para el alma que ama pasar la vida junto al Sagrario! Después que comulgo me siento en el cielo, y dominada por el amor infinito de Dios. Santa Teresa de los Andes |
La Misa dominical, centro de la vida cristiana. |
La participación en la Misa dominical es distintivo característico del cristiano y una exigencia para alimentar la propia fe y para dar fuerza al testimonio cristiano. Sin la Misa del domingo y de los demás días festivos, faltaría el corazón mismo de la vida cristiana. Comisión Pontificia para América Latina |
No suele Su Majestad pagar mal la posada. |
Pues, si cuando andaba en el mundo, de sólo tocar sus ropas sanaba los enfermos, ¿qué hay que dudar que hará milagros estando tan dentro de mí, si tenemos fe, y nos dará lo que le pidiéremos, pues está en nuestra casa? Y no suele Su Majestad pagar mal la posada, si le hacen buen hospedaje. Santa Teresa de Jesús |
"¡Quédate con Nosotros Señor!" | |
Todas las atenciones maternas que la Virgen ejerce con sus fieles servidores se concentran en el hecho que les da a comer el Pan de Vida que Ella misma ha formado. San Luis María Grignion de Montfort | |
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