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Evangelio según San Juan 3,1-8.
Había entre los fariseos un hombre llamado Nicodemo, que era uno de los notables entre los judíos. |
Fue de noche a ver a Jesús y le dijo: "Maestro, sabemos que tú has venido de parte de Dios para enseñar, porque nadie puede realizar los signos que tú haces, si Dios no está con él". |
Jesús le respondió: "Te aseguro que el que no renace de lo alto no puede ver el Reino de Dios. " |
Nicodemo le preguntó: "¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?". |
Jesús le respondió: "Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. |
Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. |
No te extrañes de que te haya dicho: 'Ustedes tienen que renacer de lo alto'. |
El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu". |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
Misal Romano |
Un pueblo renace del agua y del Espíritu.
Dios santo, Padre de los creyentes |
en el reparto de la gracia de adopción, |
tú multiplicas sobre toda la tierra |
los hijos de tu promesa; |
por el misterio pascual, tú haces de tu siervo Abraham, |
como lo habías prometido, |
el padre de todas las naciones (Génesis 12:3). |
Recuerda a tu pueblo |
cómo responder a esa llamada. |
Por Jesucristo nuestro Señor. |
Ahora de nuevo, Señor, |
vemos brillar tus maravillas como en otro tiempo: |
Mientras que antiguamente manifestabas tu poder |
liberando un solo pueblo de la persecución de los Egipcios, |
tu aseguras en lo sucesivo la salvación de todas las naciones |
y los haces renacer a través de las aguas bautismales. |
Haz que los hombres del mundo entero |
lleguen a ser hijos de Abraham |
y alcancen la dignidad de tus hijos. |
Por Jesucristo nuestro Señor. |
Dios que no cesas de engrandecer a tu Iglesia |
llamando a hombres que están lejos de ti, |
dígnate guardar bajo tu protección |
a aquellos que tu purificas en las aguas del bautismo. |
Por Jesucristo nuestro Señor. |
Señor Dios nuestro, |
poder inalterable y luz sin ocaso, |
mira con bondad |
el sacramento maravilloso de la Iglesia entera. |
Como lo has previsto desde toda la eternidad, |
mantén en la paz |
la obra de salvación de los hombres. |
Que el mundo entero reconozca la maravilla: |
aquello que fue abatido ha resucitado |
aquello que se quedó antiguo se ha renovado, |
y todo recobra su primera integridad |
en Aquel que es el principio de todo, |
Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro. |
Él que reina por los siglos de los siglos. (EDD) |
ORACION
Dios todopoderoso y eterno, a quien confiadamente invocamos con el nombre de Padre, intensifica en nosotros el espíritu de hijos adoptivos tuyos, para que merezcamos entrar en posesión de la herencia que nos tienes prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén (Misal Romano)
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