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domingo, 25 de abril de 2021

Evangelio del día

 

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Juan 10, 11-18 Jesús dijo: 'Yo soy el buen pastor'
 
 

El Buen Pastor, ejecutado hacia el año 300 d.C., escultura romana de mármol blanco
© Museo Pio Cristiano, Ciudad del Vaticano

En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas.

Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.

El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Éste es el mandato que he recibido de mi Padre’’.

Comentario


Bulle

Basilio de Seleucia (¿-c. 468)
obispo
Oración 26; PG 44, 129


«Yo soy el buen pastor; conozco a mis ovejas y ellas me conocen»

Miremos a nuestro pastor, Cristo... Se regocija con las ovejas que están cercanas a él y va en busca de las extraviadas. No teme montes y bosques; recorre barrancos hasta llegar a la oveja perdida. Y aunque la encuentre en estado lastimoso, no se encoleriza, sino llevado por la compasión, la toma sobre sus hombros y, de su propio cansancio, cura la oveja cansada (Lc 15,4s)... Con razón Cristo proclama: "Yo soy el Buen Pastor, busco la oveja perdida, recupero a la extraviada, vendo a la que está herida, curo a la que está enferma» (Ez 34,16). He visto al rebaño de los hombres agobiado por la enfermedad; he visto a mis corderos descender al lugar de los demonios; he visto a mi rebaño despedazado por los lobos.
He visto esto y no lo he visto desde lo alto. Por eso tomé la mano desecada, atrapada por el mal, como por un lobo; desaté aquello que la fiebre había atado; hice ver a aquellos, cuyos ojos permanecieron cerrados desde el seno de su madre; saqué a Lázaro de la tumba, donde yacía desde hacía cuatro días (Mc 3,5; 1,31; Jn 9; 11). «Porque soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por sus ovejas "... Los profetas conocieron a este pastor, ya que antes de su Pasión, anunciaban lo que iba a venir: "Como cordero, llevado al matadero; como oveja ante el esquilador, no abría la boca" (Is 53,7). Como una oveja, el pastor ofreció su garganta por sus ovejas... Por su muerte, remedia a la muerte; por su tumba, vacía las tumbas...
Las tumbas son pesadas y la prisión está cerrada, mientras el pastor, desciende de la cruz, viene para llevar a sus ovejas apresadas la alegre noticia de su liberación. Lo vemos en los infiernos donde da la orden de liberación (1P 3,19); lo vemos llamar de nuevo a sus ovejas, llamarlas por su nombre y llevarlas de la estancia de los muertos a la vida. "El buen pastor da su vida por sus ovejas". Así es como se propone ganar el afecto de sus ovejas, y a las que saben oír su voz las ama Cristo. (EDD)


Oración

Oremos:

Señor, Dios nuestro, que enalteciste a tu evangelista san Marcos con el ministerio de la predicación evangélica; concédenos aprovechar de tal modo sus enseñanzas que sigamos siempre fielmente las huellas de Cristo. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.



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