Entradas populares

martes, 20 de julio de 2021

He aprendido a conocer a Dios siendo papá

 


Reza con más fervor, el mundo lo necesita

“…oren unos por otros, para que sean sanados”

Santiago 5

Abre cualquier diario que tengas a mano, no importa el país donde vivas. Ahora lee la primera plana. Estoy seguro que inmediatamente te vas a percatar que las cosas no andan bien en el mundo, pues hacen mucha falta la bondad, el amor, presencia de Dios que todo lo cambia y tus oraciones que todos necesitamos y Él escucha con atención.

A Dios le agrada nuestra oración, se siente feliz cuando pasamos ratos a solas con Él, en su presencia amorosa, contándole nuestras inquietudes y triunfos, pidiéndole una gracia particular por alguna persona necesitada.

Para mí rezar es ponernos en su presencia amorosa, decirle: “Aquí estoy, Señor, para ti y por ti”.

Conocer a Dios

El conocimiento de Dios es algo a lo que siempre he aspirado, pero humanamente soy consciente de que somos muy limitados. Es imposible conocerlo a plenitud mientras vivamos en este mundo.

He aprendido a conocerlo de muchas maneras para poder amarlo más. Una de ellas es siendo papá. Tengo 4 hijos y una nieta.

Nada me hacía más feliz que llegar a casa y ver a mis pequeños correr hacia mí que aún no cruzaba la puerta de entrada con gritos de júbilo: “Llegó papito, llegó papito”.

Recuerdo que pensaba:

“Dios es Padre, nuestro padre del cielo y nosotros sus hijos. Si estos recibimientos me entusiasman y me dan felicidad, cómo se sentirá Dios cuando acudimos a Él con amor, sin pedirle nada, solo para que sepa que lo amamos y estamos contentos de que sea nuestro Padre del cielo”.

Con la oración podemos hacer eso, justamente: decirle que lo amamos y confiamos y pensamos en Él. Y la oración perfecta es el Padrenuestro.

No dejes de orar

La oración siempre será tu refugio, en ella encontrarás a Dios y te dirá que te ama. No temas, no te inquietes por nada, y, sobre todo, no abandones tu apostolado. Dios te pide que seas su boca, sus manos, sus pies, su corazón.

No descuides la oración.

A mí me encantan los salmos y rezo a menudo con ellos. Haz una prueba. Reza con este salmo:

Quiero dejarte este otro salmo (37) que me encanta:

«Confía en el Señor y haz el bien,
habita en tu tierra y come tranquilo.
Pon tu alegría en el Señor,
él te dará lo que ansió tu corazón.
Encomienda al Señor tus empresas,
confía en él que lo hará bien.”
Hará brillar tus méritos como la luz
y tus derechos como el sol del mediodía»

Reza a diario y ponte siempre en las manos amorosas de Dios. Tu vida cambiará. Te lo garantizo.

Comparte tus experiencias con Dios. Escríbeme. Te dejo mi email personal:
cv2decastro@hotmail.com

¡Dios te bendiga!

Claudio de Castro, Aleteia 

Vea también    Catequesis sobre el Padrenuestro en el espíritu de San Agustín





No hay comentarios:

Publicar un comentario