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lunes, 12 de julio de 2021

Cinco obstáculos a salvar para alcanzar la pureza de corazón en una cultura cada vez más hostil

La mejor forma de obtener esta gracia es conocer los peligros existentes


La pureza de corazón es una gracia que hay que pedir
 y que el demonio quiere arrebatar

La pureza del corazón es quizás la virtud más alta para contemplar la belleza de Dios. El mismo Jesús habló de ella en el Sermón de la Montaña. “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”, dijo Cristo tal y como recoge San Mateo en su Evangelio.

Sin embargo, son muchos los peligros y obstáculos a los que se enfrenta el hombre de hoy para poder adquirir esta virtud. Y no hay nada mejor que conocer los peligros, trampas y tentaciones que abundan en la sociedad actual para poder luchar de manera efectiva por este gran objetivo final de la pureza.

Como ya es habitual en él, el padre Ed Broom, oblato de María Inmaculada y experto en temas de evangelización y divulgación, ofrece en Catholic Exchange una lista con 5 puntos con varios consejos para alcanzar la pureza de corazón sorteando todos los problemas que hay hasta ella:

1. Los obstáculos principales

Todo ser humano tiene que luchar contra los tres obstáculos principales para la vida espiritual, la santificación y la salvación eterna: el diablo, la carne, y el mundo.

El padre Ed Broom

El padre Broom, oblato de María Inmaculada, es un sacerdote experto en evangelización a través de internet

Dios permite que el diablo presente en ocasiones en la imaginación de las personas imágenes impuras. Lo que corresponde hacer es rechazarlas de inmediato. El mundo se esfuerza por presentar el glamour, la falta de modestia, la impureza y el libertinaje sexual como algo totalmente normal y aceptable.

Como resultado del pecado original los hombres nacen con concupiscencia, un término que simplemente significa que la tendencia innata hacia el pecado. Entre ellos se encuentra el del pecado capital de la lujuria, que se puede definir de manera concisa como: “un deseo desordenado de placer sexual".

“Buenas noticias: ¡con la gracia de Dios todo es posible! Como nos recuerda San Pablo, en Cristo todos somos vencedores”, recuerda el padre Broom.

2. La falta de pudor

La Virgen de Fátima afirmó en sus apariciones a los pastorcitos que la mayoría de las almas se pierden para toda la eternidad en los fuegos del infierno debido a la violación del sexto y noveno mandamiento. Ambos se refieren a la virtud de la pureza, a la importancia de vivir la castidad.

El sacerdote oblato recuerda que Nuestra Señora dijo que en el mundo habría muchas modas donde no habría pudor y que ofenderían gravemente a Dios. El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que la modestia es la guardiana de la virtud de la castidad. Por lo tanto, la inmodestia en todas sus formas es la puerta por la cual, lamentablemente, se cometen muchos pecados de impureza.

3. Teléfonos, redes sociales e internet

Todos ellos pueden usarse para el honor y la gloria de Dios, para predicar la Buena Nueva del Evangelio y como herramientas eficaces para la evangelización. Sin embargo, las redes sociales son un arma de doble filo. Puede servir para un bien inmenso, pero también para causar un mal incalculable.

San Ignacio enseña en Principio y Fundamento  que estamos llamados a usar la creación para el honor y la gloria de Dios y no como un medio de nuestra perdición y destrucción eterna.

4. Pornografía

Una consecuencia obvia del asunto de Internet, el teléfono y las redes sociales es la presencia y el uso omnipresentes de la pornografía. Muchos han llamado a la pornografía la droga moderna. Con mucho, es el vicio y la adicción más generalizada, influyente y dominante, especialmente para los hombres, aunque también está aumentando su uso entre las mujeres. Su influencia es devastadora.

¿Cuáles son entonces los efectos comunes del uso de la pornografía?

a) Las personas se convierten en objetos. La persona ya no es vista en su dignidad, sino como un objeto para ser visto, usado y descartado. El Papa Francisco menciona el concepto de “sociedad del descarte”.

b) Mente contaminada. La mente, que debería ser el asiento y el centro para absorber la verdad se convierte eventualmente en un pozo negro de aguas residuales morales. En lugar de mirar al cielo, el individuo enfoca sus ojos y atención en lo sórdido que pronto inunda todo su ser.

Hombre con teléfono en la mano

c) Escalada. Con frecuencia sucede con respecto a la pornografía que cuanto más se ve, más se desea verla y en dosis más grandes.

d) Desensibilización. El consumidor de pornografía se vuelve cada vez más insensible a lo que es puro, noble, bueno y digno de alabanza. Su mente, corazón y emociones se van endureciendo.

e) Adicción. Considerada como la droga moderna, la pornografía puede convertirse fácilmente en una adicción rápida y entre personas cada vez más jóvenes. Los estudios han demostrado que puede ser más poderoso que la adicción a ciertas drogas.

f) Del pecado al pecado. Aún más, la adicción a la pornografía puede conducir fácilmente a pecados reales contra la pureza: masturbación, fornicación, prostitución, adulterio, incesto, actos homosexuales, etc. Estas acciones también pueden volverse altamente adictivas.

g) Ruptura de las familias. Una consecuencia muy grave de la entrada masiva de la pornografía es que muchas familias se han roto en pedazos debido a su consumo. Jesús dijo en el Sermón de la Montaña: “Habéis oído que se dijo: No cometerás adulterio. Pero yo les digo que todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón”.

Lo que Jesús realmente está diciendo es que un hombre casado que está viendo pornografía intencionalmente está cometiendo un acto de infidelidad, un acto de adulterio mental y emocional contra su esposa.

h) Odio a Dios. Santo Tomás de Aquino afirmó que a menudo sucede que quienes se han entregado totalmente al pecado de la lujuria y la impureza terminan odiando a Dios. ¿Será que muchos jóvenes de hoy han rechazado la Iglesia, los sacramentos y una vida de oración debido a la esclavitud y la adicción a algún pecado sexual con la pornografía como motor?

i) Tristeza. El padre Broom relata cómo a menudo sucede que hay padres que miran una foto de sus hijos cuando hicieron su Primera Comunión y el niño irradiaba inocencia, pureza y alegría en todo su ser. Ahora que han pasado los años y su inocencia ha sido destruida debido a la exposición y el uso de la pornografía, esa alegría ha desaparecido y una tristeza lúgubre llena su semblante. ¿El culpable? Para este religioso está claro: ¡la Pornografía!

j) Peligro de condenación eterna. Lo más grave y serio es que una vez que una persona se ha abandonado totalmente al vicio de la pornografía y la impureza, si muere en este estado sin signos de arrepentimiento, existe la posibilidad real de perder la Presencia y Visión de Dios para toda la eternidad. ¡Nuestra Señora de Fátima advirtió al mundo hace 100 años que los pecados de la carne son la razón principal de la pérdida de almas en la eternidad!

5. La cultura de las relaciones sexuales y los noviazgos prematuros

Para terminar, este sacerdote indica que la sociedad moderna que promueve los noviazgos tempranos, prematuros e inmaduros milita fácilmente contra la virtud de la pureza. La Biblia enseña que hay un tiempo para todo. Esto incluye un momento y un lugar para que las personas establezcan un noviazgo que conduzca al matrimonio. También significa que el tiempo y el uso adecuado de la sexualidad tienen lugar solo en el contexto del Sacramento del Santo Matrimonio.

Es triste decirlo, toda la idea de vivir juntos, la convivencia en el mismo hogar es realmente una grave epidemia que está invadiendo a toda la sociedad. La sexualidad tiene su lugar propio sólo entre un hombre y una mujer casados ​​sacramentalmente en la Iglesia en la que ambos se entregan como un don de amor y con la apertura a la vida, es decir, la apertura a la procreación, a tener hijos como un verdadero regalo de Dios.

El padre Broom llega a la conclusión tras analizar todos estos puntos que “con nuestra conciencia y conocimiento de estas posibles trampas y escollos, como valientes soldados de Jesús y María, podemos estar vigilantes, orantes y enérgicos, y eventualmente ganar la batalla de vivir la Beatitud: ‘Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios’. Entonces nuestra recompensa será contemplar la visión beatífica del rostro de Dios para siempre en el cielo. ¡Que el Corazón puro e Inmaculado de María sea nuestro refugio seguro en el tiempo y para siempre!”.

ReL

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