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jueves, 2 de septiembre de 2021

Evangelio del día


 Evangelio según San Lucas 5,1-11.

En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret.
Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes.
Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega mar adentro, y echen las redes".
Simón le respondió: "Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes".
Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse.
Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador".
El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido;
y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres".
Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Bulle

San Patricio (c. 385-c. 461)
monje misionero, obispo
Confesión, 38-40


“No temáis, desde ahora os haré pescadores de hombre”

Estoy enormemente agradecido a Dios que me ha concedido una gracia tan grande que, por mi medio, como intermediario, “pueblos numerosos” han renacido para Dios...: “Te hago luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra”... Es así que quiero esperar lo que ha prometido, aquel que no falta nunca a su palabra, tal como nos lo asegura en el Evangelio: “Vendrán muchos de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob”. Así confiamos que los creyentes vendrán de todas partes del mundo.
Por eso es importante consagrarse a la pesca como es debido y vigilantes, según la exhortación y la enseñanza del Señor que dice: “Venid y seguidme y os haré pescadores de hombres”. Y dice también por los profetas: He aquí que envío pescadores y cazadores en gran número”. Por eso era importante lanzar nuestras redes, a fin de que “una gran multitud [de peces]”, que “una multitud” sea cogida por Dios y que, para bautizar y exhortar al pueblo, por todas partes haya presbíteros, según la palabra del Señor: “Id y haced discípulos de todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándolos a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”.
(Referencias bíblicas: Ez 38,6; Is 49,6; Hch 1,4; Mt 8,11; Mt 4, 19; Jr 16,16; Lc 5,6; Lc 6,17; Mt 28,19)       


Himno para meditar si, en verdad, has escuchado SU llamado

Señor, tú me llamaste
para ser instrumento de tu gracia,
para anunciar la buena nueva,
para sanar las almas.

Instrumento de paz y de justicia,
pregonero de todas tus palabras,
agua para calmar la sed hiriente,
mano que bendice y que ama.

Señor, tú me llamaste
para curar los corazones heridos,
para gritar, en medio de las plazas,
que el Amor está vivo,
para sacar del sueño a los que duermen
y liberar al cautivo.
Soy cera blanda entre tus dedos,
haz lo que quieras conmigo.

Señor, tú me llamaste
para salvar al mundo ya cansado,
para amar a los hombres
que tú, Padre, me diste como hermanos.
Señor, me quieres para abolir las guerras,
y aliviar la miseria y el pecado;
hacer temblar las piedras
y ahuyentar a los lobos del rebaño. Amén.



























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