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jueves, 30 de septiembre de 2021

Evangelio del día

 

Lucas 10:1-12
El Señor designó a otros setenta y dos y los envió


El Señor designó a otros setenta y dos y los envió delante de él, de dos en dos, a todas las ciudades y lugares que él mismo iba a visitar. Les dijo: "La mies es abundante, pero los obreros son pocos; por eso pedid al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. Empezad ahora, pero recordad que os envío como corderos entre lobos. No llevéis bolso, ni alforja, ni sandalias. No saluden a nadie en el camino. En cualquier casa que entréis, que vuestras primeras palabras sean: "¡Paz a esta casa!" Y si allí vive un hombre de paz, tu paz irá a descansar en él; si no, volverá a ti. Quédate en la misma casa, tomando lo que te ofrezcan de comer y beber, pues el trabajador merece su salario; no te muevas de casa en casa. Siempre que vayas a un pueblo donde te den la bienvenida, come lo que te pongan delante. Cura a los que estén enfermos en ella y di: "El reino de Dios está muy cerca de ti". Pero cuando entréis en una ciudad y no os hagan la bienvenida, salid a sus calles y decid: "Limpiamos el mismo polvo de vuestra ciudad que se pega a nuestros pies, y lo dejamos con vosotros". Pero estad seguros de esto: el reino de Dios está muy cerca". Os digo que ese día no será tan duro con Sodoma como con esa ciudad".
 



Comentario

Bulle

San Ambrosio (c. 340-397)
obispo de Milán y doctor de la Iglesia
Comentario al evangelio de Lucas, 7, 45.49


“Yo los envío como a ovejas en medio de lobos”

Cuando Jesús mandó a los discípulos ir a su mies, que había sido bien sembrada por el Verbo del Padre, pero que necesitaba ser trabajada, cultivada, cuidada con solicitud para que los pájaros no saquearan la simiente, les dijo: «Mirad que os mando como corderos en medio de lobos»... El Buen Pastor no podía temer a los lobos para su rebaño; sus discípulos no fueron enviados para ser una presa, sino para difundir la gracia. La solicitud del Buen Pastor hace que los lobos no puedan emprender nada contra los corderos que envía; les envía para que se cumpla la profecía de Isaías: «Llegará el día en que lobos y corderos pacerán juntos» (Is 65,25)... Por otra parte ¿no han sido enviados los discípulos con la orden de no llevar ni tan siquiera un bastón en la mano?...
Lo que el humilde Señor les ha mandado, sus discípulo los cumplen por la práctica de la humildad. Porque les envía a sembrar la fe no por obligación sino por la enseñanza; no haciendo servir la fuerza de su poder, sino exaltando la doctrina de la humildad. Y juzgó necesario unir la paciencia a la humildad, y de ahí el testimonio de Pedro en favor de Cristo: «Cuando lo insultaban no devolvía el insulto; cuando lo golpeaban, no devolvía los golpes» (1P 2,23).
Todo eso quiere decir: «Sed mis imitadores: abandonad el gusto por la venganza, a los golpes arrogantes responded devolviendo el mal a través de una paciencia que perdona. Que nadie imite por su propia cuenta lo que reprende de otro; la suavidad es la mejor respuesta a los insolentes». (EDD)I

Oración

Señor, me has llamado a ser. Incluso en mi pequeñez y en mi pecado; me elegiste para cantar el canto de tu amor, el himno de tu misericordia, el himno de tu justicia. Guía mi camino, Señor. Envíame entre las personas que has creado, ya sea en todo el mundo o al otro lado de la calle.




























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