Abimael Guzmán Reynoso, uno de los máximos líderes y fundador del grupo terrorista Sendero Luminoso, falleció el pasado 11 de septiembre en prisión, “debido a complicaciones en su estado de salud” a los 86 años, según informó el Centro de Reclusión de Máxima Seguridad de la Base Naval del Callao en Perú.
Desde su detención en 1990, Reynoso permanecía interno en el centro cumpliendo cadena perpetua condenado por terrorismo. Ha muerto tras 31 años en prisión.
Responsable de más de 31.000 muertes
Según la Comisión Verdad y Reconciliación, Reynoso es responsable del 54% de las víctimas mortales y desaparecidos relacionados con el conflicto civil en Perú entre los años 1980 y 2000. De las 69.000 víctimas del conflicto, 31.331 están directamente relacionadas con el difunto Guzmán, según la Comisión.
“Guzmán, fue fundador de la banda asesina, terrorista y comunista de Sendero Luminoso, causante en los años 90 de la masacres de comunidades enteras de humildes pobladores de nuestros Andes y Selva, así como de personas en las ciudades, incluidos ancianos, mujeres gestantes y niños, quienes fueron cruelmente asesinados”, declaró a Aciprensa el arzobispo metropolitano de Piura, José Antonio Eguren.
Declaración del deceso de Abimael Guzmán del Centro de Reclusión del Callao, donde cumplía condena.
El primer asesinato deliberado de una monja, ahora mártir
Además de la población civil, cuerpos de seguridad, autoridades estatales, población campesina y policías, el “odio totalitario” de Reynoso también se extendió sobre la Iglesia católica.
El 27 de septiembre de 1990, terroristas de la banda armada asesinaron a la misionera religiosa María Agustina Rivas López, conocida como “Aguchita”, mientras servía al pueblo ashaninka en la selva central del Perú.
Con sus hermanas de comunidad religiosa, ofrecía asistencia en salud, educación, alimentos, alfabetizaba a mujeres y las capacitaba en tareas productivas, organizaba clubes juveniles y catequesis familiar en las comunidades rurales. Su asesinato fue considerada la primera vez que un grupo armado asesinaba deliberada y conscientemente a una religiosa en Perú.
La congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, comunidad de la religiosa María Agustina Rivas, "Aguchita", destaca la devoción de la religiosa a San José.
Trabajar con los ashaninkas, “hablar de paz y no hacer nada”, “distraer a las niñas con caramelos”, “distribuir alimentos” y trabajar con los pobres fueron los motivos que llevaron a la anciana religiosa hasta el martirio.
Aguchita intentó juntar las manos y arrodillarse para morir en oración pero le fallaron las piernas: recibió 5 balazos. Recientemente, el Papa Francisco firmó el decreto que eleva a la hermana a la categoría de mártir.
Tres religiosos martirizados: dos franciscanos polacos y un sacerdote italiano
Poco después, el 9 de agosto de 1991, los franciscanos de Cracovia Michael Tomaszek, de 30 años, y Zbigniew Strzalkowski, de 32, fueron asesinados por cerca de 20 terroristas peruanos en la localidad andina de Pariacoto del departamento de Ancash.
Los terroristas dejaron junto a los cadáveres un pedazo de cartón en el que habían escrito “así mueren los que hablan de la paz y los que lamen el imperialismo”. Fueron beatificados en 2015.
El sacerdote italiano Sandro Dordi, de sesenta años, fue asesinado dos semanas después en el trayecto de Vinzos a Santa, en la misma región de Ancash, muy lejos de su natal Bérgamo.
“Aquel 25 de agosto de 1991, acolitamos la última misa que celebró el padre Sandro a las 8 de la mañana en su parroquia Señor Crucificado de Santa", cuenta el amigo y acólito del padre Sandro Dordi, Giovanni Sabogal. "Lo vimos cabizbajo, melancólico y durante la misa se vio que derramó algunas lágrimas, porque ya había sido amenazado. Él dijo: el tercero soy yo".
Así vivió Perú el asesinato y velatorio de los dos sacerdotes polacos, víctimas de Sendero Luminoso.
“Hoy, en que vemos con estupor que personas con un historial oscuro de vinculación a Sendero Luminoso ocupan cargos en el gobierno y en el congreso, no podemos olvidar lo que esta ideología, intrínsecamente perversa, significa y el sufrimiento que ha causado en la historia reciente del Perú”, expresó Eguren.
“El Señor Jesús nos ha pedido amar a nuestros enemigos y en la cruz nos ha dado ejemplo de ello” destacó el obispo peruano. “Roguemos a Dios que tenga misericordia de su alma”.
El arzobispo de Lima, agradecido públicamente con los captores de Guzmán
Este 12 de septiembre, como cada año, se organizó una misa conmemorando el aniversario de la captura de la cúpula de Sendero Luminoso.
Durante la celebración, el arzobispo de Lima, Carlos Castillo, se dirigió a los policías en activo y retirados que pertenecieron al Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) de la Policía Nacional, encargado de la detención de Guzmán y otros dirigentes.
"Dios les bendiga siempre a ustedes, semilla de esperanza por el país", afirmó Castillo, que agradeció a sus integrantes "por su entrega generosa".
"Ahora tenemos la posibilidad de una democracia, con sus problemas, pero los tenemos esperanzadamente porque ustedes pusieron esa semilla, ustedes son el fruto notorio para caminar ese camino de esperanza".
Rel
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