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domingo, 30 de enero de 2022

Evangelio del día (No le parece mejor escucharlo con la familia proclamado en la Santa Misa presencial?)


 

Evangelio según San Lucas 4,21-30.

Entonces comenzó a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír".
Todos daban testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían: "¿No es este el hijo de José?".
Pero él les respondió: "Sin duda ustedes me citarán el refrán: 'Médico, cúrate a ti mismo'. Realiza también aquí, en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió en Cafarnaún".
Después agregó: "Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra.
Yo les aseguro que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país.
Sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de Sidón.
También había muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de ellos fue curado, sino Naamán, el sirio".
Al oír estas palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron
y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús, pasando en medio de ellos, continuó su camino.


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Bulle

San Cirilo de Alejandría (380-444)
obispo y doctor de la Iglesia
Sobre el profeta Isaías, 5,5; PG 70, 1352-1353


Para “renovar la faz de la tierra” (Sl 103,30)

Cristo ha querido atraer hacia él al mundo entero y conducir a Dios Padre a todos los habitantes de la tierra. Ha querido restablecer todas las cosas a un estado mejor y renovar, por decirlo de alguna manera, la faz de la tierra: Por eso, a pesar de ser el Señor del universo, «tomó la condición de esclavo» (Flp 2,7). Anunció la buena noticia a los pobres afirmando que él había sido enviado con este fin (Lc 4,18).
Los pobres, o mejor dicho, los que consideramos pobres, son los que se ven privados de todo bien, los que «en el mundo no tenían ni esperanza ni Dios» (Ef 2,12), como dice la Escritura. Nos parece que estos son los que, venidos del paganismo y enriquecidos con la fe de Cristo, se han beneficiado de este tesoro divino: la proclamación que trae la salvación. Por ella han llegado a participar del Reino de los cielos y ser compañeros de los santos, herederos de las realidades que el hombre no puede comprender ni expresar «lo que -siguiendo al apóstol Pablo- ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni el hombre puede pensar lo que Dios ha preparado para los que lo aman» (1C 2,9)...
También los descendientes de Israel tenían el corazón destrozado, eran pobres y, como los prisioneros, rodeados de tinieblas... Cristo vino a anunciar los beneficios de su venida, precisamente a los descendientes de Israel antes que a los demás, y al mismo tiempo proclamar el año de gracia del Señor (Lc 4,19) y el día de la recompensa. (EDD)

Oración

Señor, te pido valor y lucidez para afrontar todas mis dificultades, no dejes que mi ánimo decaiga. Tú eres mi fortaleza y mi roca fuerte, mi escudo protector ante la adversidad. Que nunca quedemos confundidos los que en Ti ponemos nuestra fe y nuestra esperanza.

Mi corazón quiere sentir en todo momento que se llena de tu confianza y con todas sus fuerzas quiere salir dispuesto a servir y a comprometerse con el logro de todos mis sueños.

Ayúdame a dar lo mejor de mí, a entregarme plenamente a la bondad y pureza de tu amor, a centrarme en tu Palabra que abriga, que sostiene, que impulsa y alienta a superar todo obstáculo y dificultad que se presente.

Ayúdame a explorar la profundidad de mi ser, a escudriñarme bien a fondo y encontrar todos esos talentos que has sembrado en mí, para conseguir el éxito y la felicidad en todas y cada una de las tareas que me toca realizar.

En tu Nombre, y con tu ayuda, sé que puedo vencer, porque nadie que ha confiado en Ti, en tu compasión y en tu misericordia, ha salido defraudado.

Amén

Ánimo, ¡ten fe! porque Dios actuará pronto en tu vida.

¡El Señor te bendiga!
publicado originalmente por Píldoras de fe



























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