Aquí podemos ofrecerle sólo unos pocos aspectos de las mil maravillas de la Santa Misa
La Eucaristía es la principal y central razón de ser del sacramento del Sacerdocio. |
Si la Eucaristía es centro y cumbre de la vida de la Iglesia, también lo es del ministerio sacerdotal. Por eso, con ánimo agradecido a Jesucristo, nuestro Señor, reitero que la Eucaristía es la principal y central razón de ser del sacramento del Sacerdocio, nacido efectivamente en el momento de la institución de la Eucaristía y a la vez que ella. San Juan Pablo II |
Enseñar y hacer amar y venerar a la Sagrada Eucaristía. |
No hay actividad alguna que pueda anteponerse, ordinariamente, a ésta de enseñar y hacer amar y venerar a la Sagrada Eucaristía. San Josemaría Escrivá de Balaguer |
Mediante vuestro ministerio el sacrificio espiritual de los fieles se vuelve perfecto. |
Mediante vuestro ministerio el sacrificio espiritual de los fieles se vuelve perfecto, porque unido al sacrificio de Cristo que por vuestras manos y en nombre de toda la Iglesia se ofrece en modo incruento en el altar en la celebración de los santos misterios. S.S. Fransisco |
¡No hay peligro de exagerar! |
No hay peligro de exagerar en la consideración de este Misterio, porque "en este Sacramento se resume todo el misterio de nuestra salvación". San Juan Pablo II |
Reciban a menudo la Sagrada Comunión. |
Oh, cristianos, ¿desean ustedes probar su verdadero amor hacia sus seres queridos que se han ido? ¿Desean mandarles su más preciosa ayuda y la llave Dorada del Cielo? Reciban a menudo la Sagrada Comunión por el reposo de sus almas. San Buenaventura, Doctor de la Iglesia |
Debemos ser conscientes de la magnitud del don de la Eucaristía. |
Al dar a la Eucaristía todo el relieve que merece, y poniendo todo esmero en no infravalorar ninguna de sus dimensiones o exigencias, somos realmente conscientes de la magnitud de este don. San Juan Pablo II |
Dos corazones palpitando juntos. |
En cuanto desciendo en el corazón de quien vive en mi Voluntad, pronto consumo los accidentes de la hostia, porque sé que accidentes más nobles y a mí más queridos están listos para aprisionarme, para no hacerme salir de aquel corazón que me dará no sólo vida en él, sino vida por vida; no estaré solo, sino que estaré con mi más fiel compañía, seremos dos corazones palpitando juntos, amaremos unidos, nuestros deseos serán uno solo, así que Yo permanezco en ella y en ella hago vida, vivo y verdadero, como la hago en el Santísimo Sacramento. Jesús a la Sierva de Dios Luisa Piccarreta |
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