Entradas populares

domingo, 15 de mayo de 2022

Evangelio del día


Evangelio según San Juan 13,31-33a.34-35.

Después que Judas salió, Jesús dijo: "Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él.
Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto.
Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: 'A donde yo voy, ustedes no pueden venir'.
Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.
En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros".

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Bulle

Santa Teresa de Calcuta (1910-1997)
fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad
Un camino simple (A simple path)


“Amaos los unos a los otros, como yo os he amado.”

Yo digo siempre que el amor comienza en la propia casa. Primero está vuestra familia, luego vuestra ciudad. Es fácil pretender amar a la gente que está muy lejos, pero mucho menos fácil, amar a los que conviven con nosotros muy estrechamente. Desconfío de los grandes proyectos impersonales, porque lo que cuenta realmente es cada persona. Para llegar a amar a alguien de verdad, uno se tiene que acercar de veras. Todo el mundo tiene necesidad de amor. Cada uno de nosotros necesita saber que significa algo para los demás y que tiene un valor inestimable a los ojos de Dios.
Cristo dijo: “Amaos los unos a los otros, como yo os he amado.” (Jn 15,12) También ha dicho: “(...) cuando lo hicisteis con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.” (Mt 25,40) Amamos a Cristo en cada pobre, y cada ser humano en el mundo es pobre en algún aspecto. Dijo: “Tuve hambre, y me disteis de comer... estaba desnudo y me vestisteis.” (Mt 25,35) Siempre recuerdo a mis hermanas y a nuestros hermanos que nuestra jornada está hecha de veinticuatro horas con Jesús. (EDD)

Oración

Letanías de la humildad

¡Jesús manso y humilde de corazón!
Del deseo de ser estimado, líbrame, Señor.
Del deseo de ser alabado, líbrame, Señor.
Del deseo de ser aplaudido, líbrame, Señor.
Del deseo de ser consultado, líbrame, Señor.
Del temor de ser humillado, líbrame, Señor.
Del temor de ser despreciado, líbrame, Señor.
Del temor de ser reprendido, líbrame, Señor.
Del temor de ser calumniado, líbrame, Señor.
Del temor de ser puesto en ridículo, líbrame, Señor.
Del temor de ser injuriado, líbrame, Señor.
Concédeme, Señor, la gracia de desear
Que otros sean más amados que yo.
Que otros sean más estimados que yo.
Que el valor de los demás sea reconocido y el mío no.
Que otros sean alabados por sus obras y de las mías no se haga caso.
Que a los otros se les ponga en cargos de especial relieve
Y que a mí se me juzgue por inútil.
Que otros sean preferidos a mí en todo.
Que los demás sean más santos que yo,
Con tal que yo sea todo lo santo que pueda.
































No hay comentarios:

Publicar un comentario