Evangelio según San Juan 15,1-8.
Jesús dijo a sus discípulos: |
«Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. |
El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. |
Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié. |
Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. |
Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. |
Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. |
Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. |
La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.» |
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
San Cirilo de Alejandría (380-444) |
«El que permanece en mi y yo en él, da mucho fruto»
El Señor, para convencernos de que es necesario que nos adhiramos a él por el amor, ponderó cuán grandes bienes se derivan de nuestra unión con él, comparándose a sí mismo con la vid, y afirmando que los que están unidos a él e injertados en su persona, vienen a ser como sus sarmientos y, al participar del Espíritu Santo, comparten su misma naturaleza (pues el espíritu de Cristo nos une con él). |
En él y por él hemos sido regenerados en el Espíritu para producir fruto de vida, no de aquella vida caduca y antigua, sino de la vida nueva que se funda en su amor. Y esta vida la conservaremos si perseveramos unidos a él y como injertados en su persona; si seguimos fielmente los mandamientos que nos dio y procuramos conservar los grandes bienes que nos confió, esforzándonos por no contristar, ni en lo más mínimo, al Espíritu que habita en nosotros, pues, por medio de Él, Dios mismo tiene su morada en nuestro interior. |
Pues, así como la raíz hace llegar su misma manera de ser a los sarmientos, del mismo modo el Verbo unigénito de Dios Padre comunica a los santos una especie de parentesco consigo mismo y con el Padre, al darles parte en su propia naturaleza, y otorga su Espíritu a los que están unidos con él por la fe: así les comunica una santidad inmensa, los nutre en la piedad y los lleva al conocimiento de la verdad y a la práctica de la virtud. (EDD) |
Oración
Dios Padre, gracias por mostrarme cómo es el verdadero amor. Por favor, perfeccioname en Tu amor mostrándome las partes de mi vida que no están en línea con Tu Espíritu Santo. Muéstrame dónde soy egoísta, y donde me enojo fácilmente, para que pueda entregarte esas cosas y permitirte reemplazar esos rasgos con Tu amor desinteresado. Transfórmame en alguien que ama a los demás como tú me amas. En el nombre de Jesús, Amén.
Una oración por bondad
Dios, gracias por mostrarme continuamente Tu misericordia y amor inquebrantable. ¡Tu eres muy bueno! Señor, con frecuencia me siento fácilmente enojado, herido u ofendido. Por favor, cambie mi forma de pensar y comportarme. Es a través de Tu Espíritu que soy perdonado y empoderado. Así que hoy te invito a que me guíes, me dirijas y me muestres cómo mostrar bondad a los demás como tú has mostrado bondad hacia mí. En el nombre de Jesús, Amén.
(blog.youversión)
No hay comentarios:
Publicar un comentario