El conocido milagro de la licuefacción de la sangre de San Genaro suele ocurrir tres veces al año: el primer domingo de mayo, en la fiesta del santo (19 de septiembre) y el 16 de diciembre.
En esta ocasión, el cambio de estado de la reliquia se constató el sábado 30 de abril, antes de iniciar la célebre procesión por Nápoli.
¡Se repite el milagro! La sangre de San Genaro se licúa por primera vez en el año
Aquí puedes ver el video del milagro de la licuefacción de la sangre
El arzobispo Domenico Battaglia, quien cada año evalúa la licuafacción de la sangre, dijo en la homilía previa a la procesión que “¡La sangre todavía fluye! Fluye en nuestra Europa” y ninguno “de nosotros puede darle la espalda”.
“No somos indiferentes al hecho de que la guerra en Ucrania -añadió- ha irrumpido de algún modo en el corazón de dos pueblos cristianos y que muchas veces las palabras de fe son tergiversadas y utilizadas para motivar o encubrir las razones de uno en detrimento del otro cuando el Evangelio tiene una sola palabra nueva y esencial, que ha gritad siempre al corazón de los hombres: ¡paz, paz, paz!”, expresó.
Luego continuando con la homilía del milagro de la licuefacción de mayo, el arzobisó agregó “la pandemia debió enseñarnos que nadie se salva solo, que solo juntos se puede construir una sociedad renovada en el amor. En cambio, una hemorragia individualista parece apoderarse de nuestra sociedad”.
Los “malos augurios” que trae la no licuefacción
Si bien el milagro no es reconocido oficialmente por la Iglesia, es conocido y aceptado localmente. Se considera una buena señal para la ciudad de Nápoles y su región de Campania. En cambio, se cree que la falta de licuefacción de la sangre indica guerra, hambruna, enfermedad u otro desastre.
Mucha gente cree que cuando el milagro de la sangre de San Genaro no ocurre es porque está por ocurrir alguna catástrofe. Y no es de extrañar, algunos hechos de la historia contribuyen a este miedo.
En septiembre de 1939 la sangre no se licuó y Alemania invadió Polonia, iniciando la Segunda Guerra Mundial. En septiembre de 1943, la sangre no volvió a licuarse y los nazis estaban en auge en Europa. 1973 fue el turno de la terrible epidemia de cólera en Nápoles. Y en 1980, sin la licuefacción del 19 de septiembre, se produjo el gran terremoto en Irpinia el 23 de noviembre.
¡San Genaro, ruega por nosotros!
ChurchPop
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