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jueves, 14 de marzo de 2024

Cinco virtudes que no pueden faltar en una familia católica

 

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¿Te imaginas alcanzar la santidad con tu familia? ¡Es posible! Hay un Cielo que espera por cada integrante de la familia y para lograrlo es necesario crecer en virtud

Cada familia, sin importar que tan grande o pequeña sea, esta llamada por Dios a gozar del cielo; y para dar testimonio de ello, existen familias santas que nos dejan su ejemplo -como la familia de Santa Teresita del Niño Jesús o la de san Bernardo de Claraval- que, con sus huellas, marcan el camino para alcanzar esa gran meta a la que todos estamos llamados… y mejor si es en familia. 

Actualmente, las familias atraviesan tiempos difíciles en donde son atacadas; el mal ha intentado dividir a las familias por medio de los malos hábitos que después se convierten en vicios. Por ello, es necesario vencer al mal con el bien, creciendo y ejercitando la virtud. Todo aquel que desee formar una familia debe tener presente su salvación.

El padre Georges Chevrot en su libro Las Pequeñas Virtudes del Hogar comparte cinco esenciales virtudes que no pueden faltar en un hogar. Descubre cuales son:

1
CORTESÍA

San Francisco de Sales escribió en una de sus cartas: «cortesía, pequeña virtud, más prueba evidente de otra mucho mayor».

El padre Georges añade que, aunque esta sea una virtud silenciosa, es la pequeña virtud que potenciará a las demás. El ser educados en el trato a los demás agrada y hace un ambiente familiar más sano.

2
HUMILDAD

GRATITUDE

Esta es una virtud evangélica, misma que nos invita a continuar con el ejemplo de María Santísima, pues ella es modelo total de humildad.

Si nos fijamos en los Evangelios, ella siempre se mantuvo en silencio, guardando todo en su corazón. En el Evangelio de san Lucas es donde más escuchamos de ella, sobre todo al convencer a su Hijo para que obrara un milagro en las Bodas de Caná.

La humildad en el hogar es importante al momento de hablar sobre temas importantes, al momento de pedir perdón, si es necesario, y al momento de ver por el otro. 

3
GRATITUD

Ser agradecidos con nuestros padres y hermanos -así como con nuestro cónyuge- es una virtud que nos permite tener presentes los actos de servicio que el otro hace por nuestro bien y demostrarles que sus detalles y esfuerzos tienen un gran valor para nosotros.

Por ejemplo, cuando una madre prepara la comida para todos; o un que padre trabaja y busca a toda costa el bien de su familia; y que decir que nuestros hermanos, quienes comparten la vida con nosotros. ¡Cada detalle se puede agradecer! No olvides reconocer a tu esposo o esposa, que te ofrece lo mejor de sí

4
SINCERIDAD

«Decid, sí, si es sí, y no, si es no. Ésta es la regla que Jesús impone a sus discípulos. Él quiere que nuestra palabra sea digna de crédito».

El Evangelio es muy claro al invitarnos a ser honestos en todo momento y a decir siempre la verdad. En la familia se debe tener esa confianza y, sobre todo, hablar siempre con sencillez y humildad al ser sinceros. Dice el padre Georges que «es propio de la sinceridad, no querer decir más que cosas verdaderas».

5
DISCRECIÓN

En esta virtud se nos invita, como familia, a ser discretos al hablar con el otro y tener un sano discernimiento.

Esta virtud, por más pequeña que parezca, «contribuye poderosamente a la paz del hogar». 

Karen Hutch, Aleteia

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