Invitamos a los matrimonios y a personas interesadas en una familia feliz, a leer y asimilar pasajes de la Exhortación pontifical 'Amoris laetitia' del Papa Francisco.
Realidad y Desafíos de las Familias
(continuación)
Descenso demográfico, debilitamiento de la fe
42.
«Asimismo, el descenso demográfico, debido a una mentalidad antinatalista y
promovido por las políticas mundiales de salud reproductiva, no sólo determina
una situación en la que el sucederse de las generaciones ya no está asegurado,
sino que se corre el riesgo de que con el tiempo lleve a un empobrecimiento
económico y a una pérdida de esperanza en el futuro. El avance de las
biotecnologías también ha tenido un fuerte impacto sobre la natalidad»[18]. Pueden agregarse otros factores como «la
industrialización, la revolución sexual, el miedo a la superpoblación, los
problemas económicos. La sociedad de consumo también puede disuadir a las
personas de tener hijos sólo para mantener su libertad y estilo de vida»[19]. Es verdad que la conciencia recta de los
esposos, cuando han sido muy generosos en la comunicación de la vida, puede
orientarlos a la decisión de limitar el número de hijos por motivos
suficientemente serios, pero también, «por amor a esta dignidad de la
conciencia, la Iglesia rechaza con todas sus fuerzas las intervenciones
coercitivas del Estado en favor de la anticoncepción, la esterilización e
incluso del aborto»[20]. Estas medidas son inaceptables incluso en
lugares con alta tasa de natalidad, pero llama la atención que los políticos
las alienten también en algunos países que sufren el drama de una tasa de
natalidad muy baja. Como indicaron los Obispos de Corea, esto es «actuar de un
modo contradictorio y descuidando el propio deber»[21].
43.
El debilitamiento de la fe y de la práctica religiosa en algunas sociedades
afecta a las familias y las deja más solas con sus dificultades. Los Padres
afirmaron que «una de las mayores pobrezas de la cultura actual es la soledad,
fruto de la ausencia de Dios en la vida de las personas y de la fragilidad de
las relaciones. Asimismo, hay una sensación general de impotencia frente a la
realidad socioeconómica que a menudo acaba por aplastar a las familias [...]
Con frecuencia, las familias se sienten abandonadas por el desinterés y la poca
atención de las instituciones. Las consecuencias negativas desde el punto de
vista de la organización social son evidentes: de la crisis demográfica a las
dificultades educativas, de la fatiga a la hora de acoger la vida naciente a
sentir la presencia de los ancianos como un peso, hasta el difundirse de un
malestar afectivo que a veces llega a la violencia. El Estado tiene la
responsabilidad de crear las condiciones legislativas y laborales para
garantizar el futuro de los jóvenes y ayudarlos a realizar su proyecto de
formar una familia»[22].
De
la Exhortación ‘Sobre el Amor en la Familia (Capítulo II: REALIDAD Y DESAFÍOS
DE LAS FAMILIAS
)
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