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sábado, 27 de julio de 2024

Especialmente para los que NO suelen ir a Misa los Domingos: Para que descubran lo que están perdiendo

Aquí podemos ofrecer sólo unos cuantos aspectos d
e las mil maravillas de la Santa Misa

Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

Nosotros nos alimentamos con el pan de la vida, y deleitamos siempre nuestra alma con su preciosa sangre, como si fuera una fuente. Y, sin embargo, siempre estamos ardiendo de sed. Y Él mismo está presente en los que tienen sed, y por su benignidad llama a la fiesta a aquellos que tienen entrañas sedientas: "Si alguno tiene sed, venga a mí y beba" Jn 7,37

San Atanasio
Doctor de la Iglesia
Carta 5,1

Ni más tierno ni más amoroso que en la Eucaristía.

San Francisco de Sales dijo: "En ninguna obra puede considerarse al Salvador ni más tierno ni más amoroso que en ésta, en la que se aniquiló, por decirlo así, y se redujo a alimento para penetrar nuestras almas y unirse enteramente al corazón y hasta al cuerpo de sus fieles". Y dice San Juan Crisóstomo que Jesucristo, por el ardiente amor que nos profesaba, quiso unirse de tal manera a nosotros, que no fuéramos más que una sola y misma cosa.

San Alfonso María de Ligorio
Práctica del amor a Jesucristo

Inventó el modo de darse todo a cada uno de nosotros.

No bastó a su amor el haberse dado por completo al género humano en su encarnación y en su pasión, muriendo por todos los hombres, sino que inventó el modo de darse todo a cada uno de nosotros, para lo que instituyó el sacramento del altar, a fin de unirse a cada uno de nosotros, como Él mismo dijo: "El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece y yo en él" Jn 6, 57. En la sagrada comunión, Jesús se une al alma y el alma a Jesús, siendo esta unión no de mero afecto, sino muy real y verdadera.

San Alfonso María de Ligorio
Práctica del amor a Jesucristo

Amaré al hombre hasta el punto de someterme a él en todo.

Sí, sí -dice el corazón de Jesús-; amaré al hombre hasta el punto de someterme a él en todo. A la voz del sacerdote bajaré del cielo, y cuando los fieles quieran, saldré del tabernáculo. A todos aquellos de mis hijos enfermos que quieran recibirme yo visitaré gustoso, aun cuando tenga que atravesar plazas y calles. ¡Todo el honor del amor está en amar, en entregarse, en sacrificarse!

San Pedro Julián Eymard
El Don del Corazón de Jesús



¿Quién será digno?

¿De qué medio se valdrá Jesús para quedarse perpetuamente entre nosotros?

El misterio de la encarnación se realizó por obra del Espíritu Santo; el de la cena eucarística, por la virtud omnipotente del mismo Jesús, y ahora, al querer reproducir este misterio, ¿quién será digno? ¡Un hombre..., el sacerdote!

Mas la sabiduría divina dice: ¡Cómo! ¿Un hombre mortal hará encarnar de nuevo a su Salvador y Dios? ¿Un hombre mortal será el cooperador del Espíritu Santo en esta nueva encarnación del Verbo divino? ¿Un hombre mandará al rey inmortal de los siglos y éste le obedecerá?

San Pedro Julián Eymard
El Don del Corazón de Jesús

El dársenos Jesucristo en alimento fue el último grado del amor.

Hablando San Lorenzo Justiniano con Jesús, le dice: "¡Oh Dios!, enamorado de nuestras almas, por medio de este sacramento dispusiste que tu corazón y el nuestro fueran un solo corazón inseparablemente unido". Y San Bernardino de Siena añade que "el dársenos Jesucristo en alimento fue el último grado del amor, porque unión más cabal y completa no puede darse cual la que hay entre el manjar y quien lo come". ¡Oh, cuánto se complace Jesucristo en estar unido con nuestra alma! Él mismo lo dijo cierto día, después de la sagrada comunión, a su querida sierva Margarita de Iprés: "Mira, hija mía, la hermosa unión que entre nosotros existe; ámame, en adelante permanezcamos siempre unidos en el amor y no nos separemos ya más".

San Alfonso María de Ligorio
Práctica del amor a Jesucristo

"Te lo recibiré como tú quisieras que fuese"

Cuando te acerques a comulgar, desea tener en tu corazón todo el amor que se puede encerrar en él, que yo te lo recibiré como tú quisieras que fuese.

Nuestro Señor a Santa Matilde



La prenda mayor que podía darnos de su amor.

"Sabiendo Jesús que era llegada su hora de pasar de este mundo al Padre, como hubiese amado a los suyos, los amó hasta el extremo" Jn 13, 1. Sabiendo nuestro amantísimo Salvador que era llegada la hora de partir de esta tierra, antes de encaminarse a morir por nosotros, quiso dejarnos la prenda mayor que podía darnos de su amor, cual fue precisamente este don del Santísimo Sacramento.

San Alfonso María de Ligorio
Práctica del amor a Jesucristo


Para llegar a la perfección.

Dos clases de personas tienen que comulgar con frecuencia: los perfectos, por hallarse bien dispuestos, y los imperfectos, para llegar a la perfección.

San Francisco de Sales
Doctor de la Iglesia
Filotea


Confiar todo a la misericordia divina.

Acércate a la comunión aun cuando te sientas tibio, fiándolo todo de la misericordia divina, porque cuanto más enfermo se halla uno, tanta mayor necesidad tiene del médico.

San Buenaventura




La Eucaristía nos libra de la voluntad de pecar.

Si Jesucristo nos libró con su pasión de la esclavitud del pecado, con la Eucaristía nos libra de la voluntad de pecar.

S.S. Inocencio III


Quien come de este pan vivirá para siempre.

..."Quien come de este pan vivirá para siempre", dice el Señor. Pero has de comerlo con la disposición debida, no sea que se te convierta en veneno un manjar tan provechoso y divino. Para esto cuidarás bien de curar tus dolencias, con una saludable penitencia, y lavarte a menudo en la celestial piscina de una buena confesión, para que tu vida sea graciosa a los ojos del celestial Esposo de las almas. ¡Oh!, si así lo haces, ¡cuán amable serás a Jesucristo! ¡Cómo se enamorará de ti, y tú te enamorarás de Él! Entonces, podrás decir con verdad: "Mi Amado es todo para mí, y yo toda para Él"; entonces el buen Jesús se te dará a conocer, se te hará siempre presente, y tú no dejarás nunca de mirarle con una fe vivísima, y tal vez con los brillantes resplandores de la contemplación.

San Antonio María Claret
Ejercicios Espirituales de
San Ignacio de Loyola Explicados

¡Comulga, pues, con frecuencia!

La frecuencia de confesar y comulgar. Porque dime, alma mía, ¿viviría mucho tu cuerpo sin alimento? ¿creerías que para hacerlo vivir le bastaría tomarle una, dos o tres veces al año? Y aunque fuera posible que así viviese ¿estaría muy fuerte y muy robusto? ¿Y querrás que tu alma viva la vida de la gracia sin tomar a menudo el pan divino y sobresustancial de la Eucaristía? ¿Te figuras que le es menos necesario que el material para el cuerpo? No, te engañas tontamente; ni quieras milagros sin necesidad. Como Dios te ha dado el pan material para alimentar a tu cuerpo, así te ha dado el pan eucarístico para mantener y aumentar la vida espiritual de tu alma: comulga, pues, con frecuencia, como te lo aconsejan los santos y te lo persuade tu propia necesidad espiritual, y vivirás eternamente...

San Antonio María Claret
Ejercicios Espirituales de
San Ignacio de Loyola Explicados

La comunión compensa todas las pérdidas espirituales del alma.

La comunión, con tal que se reciba en estado de gracia, compensa todas las pérdidas espirituales del alma. Si, cuando arrastrado por la vehemencia del amor de mi Corazón, entro por la comunión en un alma que no tiene pecado mortal, la colmo de bienes.

Nuestro Señor a Santa Gertrudis



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