siempre que sea posible" y de hablarlo todo, pero sin gritos ni ironías.
Casada, doce hijos… y miles de seguidores y lectores esperando sus consejos: así es Mar Dorrio, una empresaria casada con Javier hace 25 años y que en 2008 decidió volcar su experiencia en su propio blog, Why not twelve. Desde entonces, su formación y transmisión de contenidos en torno a la familia y el matrimonio ha sido imparable: también está en Instagram, donde le siguen más de 8.000 personas y ha publicado dos libros de orientación familiar, el último de ellos, Cocinar con sobras después del `Sí, quiero´" (EUNSA).
Recientemente ha participado en el canal El Rosario de las 11 pm de Belén Perales, donde ha destacado algunos puntos de su último libro y ofrecido 13 útiles consejos para que los matrimonios "tengan unidos su segunda edición mejorada" y que, lo que en algún momento pueden parecer "sobras de asado que den pereza recoger" se transformen "en unas maravillosas croquetas". ¿El secreto? "Cariño, tiempo y dedicación".
1º Apaga tu fuego interior
La escritora menciona la importancia de "apagar los fuegos interiores" para que el amor continúe presente en familias y matrimonios. "Todos los problemas tienen solución mientras se quieran solucionar", explica.
Pero para ello, hay que querer y poner medios cuando llegan las discusiones: "Cuando te vas con la memoria a los buenos momentos engañas al cuerpo y resurgen las hormonas de ese buen momento. Para estar feliz y encantada con tu marido, tendrás que ir con la imaginación donde te convenga, en una excursión con tu marido o a un momento maravilloso, no pensar en la próxima bronca".
2º Un potente radar… que solo tienen ellas
"Nosotras tenemos un radar para captar todo lo que pasa alrededor. No es que ellos no quieran darse cuenta, es que no tienen ese radar", comenta. Por eso, explica a mujeres y madres que cuando los hombres "no se dan cuenta de que estáis tristes o dicen algo que os ha sentado mal no es que no os quiera o sea egoísta, es que no tiene ese superpoder".
3º Conocernos más para sufrir menos
También explica la importancia de conocer los lenguajes del amor. Muchas veces, explica, "los hombres son los que hacen actos de servicio, por ejemplo pasando la ITV del coche de su mujer, pero se olvidan de darle una felicitación de San Valentín y ella piensa que su marido no se acuerda de ella". Por eso, también invita a apreciar los actos que "marido y mujer hacen por el otro y que no se están valorando": "¿Cuántos enfados hay por no conocernos más?".
4º El matrimonio, un ring de boxeo… para bien
Dorrio considera que el matrimonio debe ser como un ring de boxeo, pero para bien, buscando siempre devolver golpes de entrega y felicidad. "Mi felicidad es secundaria, lo primero es la suya, que el otro esté contento. Si no te casas para hacer feliz a la otra persona, mejor no te cases, pero si aplicas esta receta, será el antídoto que nos curará incluso de nuestro propio dolor".
5º Dar la vuelta a la tortilla con los suegros
Para la escritora, la familia política es uno de los elementos que más familias pueden romper y es necesario "darle la importancia que merece". A veces, explica, parece que tenemos que estar felices con la familia política, pero el problema no es la suegra, es la reacción a los posibles ataques de la suegra o de la familia política: "Si vamos a una cena familiar, debemos tener un protocolo en el que cuando la suegra compare a los niños, el marido tenga una sonrisa en su cara y la mujer venga en su rescate".
Con este ejemplo, aplicable a cualquier otro momento, Dorrio se muestra convencida de poder "dar la vuelta a la tortilla" y que a partir de situaciones complicadas, los matrimonios "puedan salir más unidos y fuertes que nunca y superar cualquier batalla".
6º Hablarlo todo, pero con cuidado
"En el matrimonio tenemos que hablarlo todo, pero escogiendo las palabras, el tono, el sitio… Cuando quieras corregir tienes que cuidar las palabras sin convertirlas en un cristal, para poder hablarlo todo y decir cualquier cosa, siempre que no utilicemos ironías o gritos", añade.
7º Pierde todas las batallas que puedas
La escritora llama la atención sobre la importancia de "ceder en todo lo posible" a la hora de tomar decisiones y "perder todas las batallas posibles" en las discusiones.
Para tomar decisiones, cuenta que "lo mejor es no tener un comité de expertos y consultar a toda la familia: solos tu y yo".
"Para los `qué más da´, cede, cede y cede. Y cuando no puedas ceder porque son decisiones que afectan para toda la vida, hay que ver qué le importa más a la otra persona y si es posible, ceder. Pero cuando ceder, asumes la decisión del otro y si sale mal, no lo echamos en cara. Si uno toma la decisión ya no es suya, es de los dos y nos tienen que ver como una muralla firme que nadie pueda romper", añade.
8º Sin acuerdo de protección de datos
Dorrio comenta que en el matrimonio no solo hay que ser fiel: "También hay que ser leal. Por eso no tenemos que firmar ningún documento de protección de datos, porque si te casas conmigo tu mal humor de los lunes por la mañana está a salvo conmigo". El escenario ideal, añade, es "que acabemos queriendo los defectos de nuestra persona favorita a la que hemos decidido hacer feliz el resto de nuestras vidas".
9º Si es un accidente, no es un problema
También explica que "el 80% de los problemas del matrimonio no son causados con mala intención, y lo que no tiene mala intención no tiene categoría de problema". Y en caso de que si haya un problema, "cuando la persona que te tendría que proteger te ha hecho daño", Dorrio es firme en su postura: "Perdona, perdona y perdona, siempre".
10º No hace falta un burofax para perdonar
Sin embargo, aunque siempre hay que perdonar, también hay muchas formas de expresarlo y hay que estar atentos a ellas: "Hay gente incapaz de verbalizar el perdón literalmente, pero son capaces de recoger algo que no recogerían nunca, hacer un recado por ti que no haría en la vida… No necesitamos un burofax [para entenderlo]".
11º No consueles a princesas que no sean de tu reino
En una sociedad que nos lleva en dirección contraria al sentido común y a una familia fuerte y unida, Dorrio considera que hay que ser conscientes de las propias debilidades. Así, al igual que el hombre debe saber que su órgano sexual es el ojo, el de la mujer es el oído: "Lo que él ve aunque sean dos segundos permanecerá mucho en su memoria y un piropo puede producir un shock a una mujer".
Por ello, se dirige a las mujeres para que cuiden su vestuario y formas tanto dentro como fuera del hogar, en el trabajo o en reuniones, y a los hombres para "que no consuelen a princesas que no sean de su reino". La única intimidad, añade, se reduce al acrónimo MMHH: madres, mujeres, hijas y hermanas.
12º Ellas se desahogan hablando, ellos apartándose
También destaca la complementariedad que debe marcar la actitud de hombre y mujer ante los problemas, pero también que ambos son "meridianamente opuestos": "Las mujeres necesitamos desahogarnos y eso significa descarga completa, que escuchen nuestro problema las veces que haga falta. ¿Y cuándo la descarga es completa? Cuando la mujer puede cambiar de tema. Y si no lo hace, acabará sintiéndose poco escuchada y querida, la peor termita para el matrimonio".
Un caso distinto al de los hombres, que según su carácter "hacen algo que implica no hablar ni dar explicaciones. Los caballeros tienen que escuchar y las mujeres dejarles que encuentren su fórmula para desahogarse. Y cuando él vuelva, sin preguntas ni distracciones, ya que lo que para nosotras es un desahogo, para ellos es una lata".
13º La guinda del pastel: el matrimonio es cosa de tres
Como consejo final y de mayor relevancia, menciona que "si el matrimonio es cosa de tres, el marido, la mujer y Dios, siempre funciona".
"Si metes a Dios en tu vida tiene un efecto diálisis. Cuando estéis enfadados, te tomas un café con Dios y la Virgen, les cuentas todo y el enfado se transformará en ternura, en perdón y en todo lo que necesites para salir adelante. Cada vez que te tomes ese café lo irás notando y te irás transformando", concluye.
José María Carrera, ReL
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