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jueves, 11 de julio de 2024

La «primera conversa» del Renacimiento Eucarístico: la gran marcha en cruz «ha cambiado mi vida»

Marina Frattaroli, expresbiteriana, es una de las miles que peregrinan
en EEUU junto a la Eucaristía

Marina Frattaroli, peregrina de la Ruta Santa Isabel Ana Seton
de la Peregrinación Eucarística Nacional, camina a sus 26 años
en una procesión eucarística en el centro de Cincinnati,
el pasado 6 de julio.










Decenas de miles de católicos cuentan las horas para la celebración del Congreso Eucarístico Nacional del 17 al 21 de julio en Indianápolis, Estados Unidos. Es el décimo que se celebra en el país y el primero en 83 años. Un evento considerado "histórico" para el que los católicos estadounidenses se preparan con una peregrinación de cifras grandiosas: desde el 18 de mayo, más de 100.000 peregrinos están recorriendo el país en cuatro grandes columnas en forma de cruz (María, Elizabeth Ann Seton, Juan Diego y Junípero Serra) a lo largo de 6500 kilómetros que confluirán en el Congreso Eucarístico.

Tanto la peregrinación como el Congreso son parte del llamado Renacimiento Eucarístico, una iniciativa surgida en junio de 2022 en el seno de los obispos estadounidenses para potenciar la devoción e interés por la Eucaristía.

A raíz de este  Renacimiento están surgiendo multitud de iniciativas, desde el estreno el mes de junio de la película Jesus Thirsts: The Miracle of the Eucharist a estudios sociológicos sobre la creencia y devoción eucarística, destacando el elaborado por la Coalición Presencia Real, impulsada por destacadas personalidades católicas como los obispos Athanasius Schneider y Joseph Strickland o el exorcista Chad Ripperger, entre otros.

La peregrinación eucarística de Estados Unidos.

El recorrido de la marcha, resultando en una gran cruz trazada por miles de peregrinos en Estados Unidos. 

Y junto con las iniciativas, también aparecen los frutos de fe.

La "primera conversa" del Renacimiento Eucarístico

En el caso de Marina Frattaroli, se considera la "primera conversa" del Renacimiento Eucarístico Nacional.

A sus 26 años, es una de las peregrinas de la ruta Elizabeth Ann Seton que caminan a Indianápolis.

Pero hasta hace no mucho, para Frattaroli el catolicismo no tenía mayor importancia en su vida que la de ser la cuna del arte gótico y acudir a alguna misa esporádica.

Criada en Dallas como la menor de tres hermanas de una familia presbiteriana, el único contacto que tuvo con la Eucaristía fue acompañar a su abuelo a misa cuando le visitaba la familia a Carolina del Sur y haber respondido a una pregunta sobre la transubstanciación en un examen del colegio sobre los motivos de la llamada reforma protestante.

Pero la teología e historia cristianas le interesaron desde pronto, especialmente por su pasión por el arte.

Fascinada por el gótico

Cuenta a OSV que su primera introducción al mundo católico tuvo lugar en la universidad, "aunque no lo reconocía".

A Frattaroli le fascinaban las iglesias góticas, pero para ella solo eran muestras del cristianismo medieval.  

Tras inscribirse en un curso de historia de la Iglesia primitiva, esperaba reconocer en sus estudios su propia experiencia como presbiteriana, pero lo que encontró fue para ella "extraño e incómodo", llamándole la atención la importancia de la Virgen para los Padres de la Iglesia o las referencias a tomar la carne y sangre de Cristo. Al concluir las clases, le perseguía "un sentimiento de inquietud" al respecto.

Algunas imágenes de la gran peregrinación eucarística:

Mientras, le invadían las dudas ante las posturas de otros cristianos sobre la moral sexual. Buscando  respuestas, comenzó a leer la Biblia, lo que retomó durante la pandemia de Covid.

Descubriendo la fe, la Eucaristía y la transubstanciación

Encerrada con su familia y sumergiéndose en las redes sociales, descubrió conversaciones y debates católicos en X -entonces Twitter- que motivaron su reflexión sobre la relación entre la tradición, la interpretación de las Escrituras y la autoridad de la Iglesia.

La joven estudiante hilaba sus nuevos descubrimientos con lo que ya sabía del gótico y el cristianismo primitivo cuando, tras toparse con el "renacimiento eucarístico", dio con una página que explicaba las enseñanzas de la Iglesia sobre la Eucaristía.

Sorprendida, pensó que la Eucaristía era el concepto de transubstanciación del que había oído hablar, pero nunca lo había visto tratado en un contexto devocional hasta que descubrió su importancia crucial en el catolicismo.

Frattaroli tuvo una serie de revelaciones en las que pensó: "De eso hablaban los antiguos cristianos. Por eso se acusaba a los antiguos cristianos de ser caníbales, porque decían que comían la carne de Jesús. Por eso las catedrales góticas son tan asombrosas, no solo porque son hermosas casas de culto, sino porque, de hecho, eran casas que se estaban construyendo para Dios".

Marina Frattaroli.

Marina Frattaroli se describe como la `primera conversa´ del Renacimiento Eucarístico Nacional en Estados Unidos. 

"¿Cómo he podido perderme esto?"

Su viaje intelectual culminó en su lectura de la Biblia, al llegar al relato de la última cena.

"Fue un poco aterrador. He sido una cristiana que ama a Jesús… y he tenido momentos muy íntimos con Dios. Me pregunto, ¿cómo pude haberme perdido esto, si es tan cierto? ¿Tengo que dejar mi iglesia? ¿Voy a emprender este gran viaje que, si me hubieran preguntado, probablemente habría dicho, 'No', porque no lo estaba buscando?", se planteó.  

Convencida de las enseñanzas católicas sobre la presencia real, empezó a acompañar a su abuelo a misa con más intención, se sorprendía al verlo arrodillarse y reconocía el gesto como reverente a la Eucaristía, comprendiendo que la fe católica era también parte de la herencia de su familia.

Cuando en 2020 se mudó a Nueva York para estudiar Derecho, dio con la autobiografía espiritual de Santa Teresa de Ávila, lo que renovó su inquietud. No tardó en acudir a los apostolados católicos del campus universitario de Columbia. Y la primavera siguiente, decidió hacerse católica.

Uno de los días más felices de su vida

Dos años después, en diciembre de 2022, "la catequesis más maravillosa, profunda y desafiante que se puede obtener" impartida por el sacerdote Roger Landry, al cargo del apostolado universitario e impulsor del Renacimiento Eucarístico Nacional le haría decidirse de forma definitiva.

Aún recuerda su primera comunión como "uno de los días más felices" de su vida.

Frattaroli no había cumplido un año como católica cuando el Renacimiento Eucarístico Nacional abrió el plazo de inscripción para la peregrinación, en la que fue admitida.

Hoy, la joven de 26 años lleva semanas caminando junto a la Eucaristía, en una peregrinación que percibe "como si Dios estuviera desplegando la alfombra roja".

Ya ha pasado por Connecticut, Nueva York, Nueva Jersey, Pensilvania, Maryland, Columbia, Virginia Occidental, Ohio e Indiana, restando prácticamente horas para su llegada a Indianápolis el 14 de julio tras 1600 kilómetros de marcha.

Aunque reconoce que le queda mucho por aprender, su experiencia ya ha supuesto "estar en mas adoraciones que en toda la vida".

"Al principio del viaje, tuve que replantearme totalmente mi noción de lo que era rezar delante de la Eucaristía. Pasé de `quiero profundizar en este misterio´ [a saber] que lo que necesito es simplemente descansar, descansar con Dios, confiar más profundamente en Él", confiesa.

"Me ha cambiado la vida"

"Este evento ha cambiado mi vida", comenta al evocar el "nuevo capítulo" de su recorrido espiritual que tendrá lugar al concluir el Congreso Eucarístico.

Hoy, para Marina Frattaroli, la Eucaristía "es un misterio precioso y alucinante. Soy una pensadora y me sorprende cuando intento pensar en ello de manera concreta. Esta cosa que parece pan es Dios. Jesús está aquí, en esta camioneta, conmigo. Jesús me está alimentando con su propia carne: cosas obvias, pero alucinantes. Lo único que puedes hacer es descansar en su presencia. Los misterios son demasiado grandes para comprenderlos y el regalo de su presencia es demasiado bueno para dejarlo pasar", concluye.

José María Carrera, ReL

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