Cada Misa tiene un valor infinito.
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Cada Misa tiene un valor infinito, inmenso, que nosotros no podemos comprender del todo: alegra toda la corte celestial, alivia a las pobres almas del purgatorio, atrae sobre la tierra toda suerte de bendiciones, y da más gloria a Dios que todos los sufrimientos de los mártires juntos, que las penitencias de todos los santos, que todas las lágrimas por ellos derramadas desde el principio del mundo y todo lo que hagan hasta el fin de los siglos.
Santo Cura de Ars Sermón sobre la Santa Misa |
Juntamente con su alma y su divinidad.
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Inmediatamente después de la consagración existe bajo las especies de pan y vino el verdadero cuerpo y sangre de Nuestro Señor, juntamente con su alma y su divinidad, y ciertamente el cuerpo bajo la especie de pan y la sangre bajo la especie de vino en virtud de las palabras de la consagración.
Concilio de Trento |
Desde Él, hasta nuestro tiempo y hasta su venida.
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El sacerdote profiere las palabras; pero allí está la virtud y la gracia de Dios. Dice el sacerdote: Esto es mi cuerpo, y esta palabra transforma el pan y vino ofrecidos, y así como aquellas palabras: Creced y multiplicaos y llenad la tierra sólo una vez fueron dichas, pero dan en todo tiempo fuerza a nuestra naturaleza para la procreación de los hijos, así también esta voz, proferida una sola vez, hace el sacrificio perfecto en las iglesias en todos los altares desde Él hasta nuestro tiempo y hasta su venida.
San Juan Crisóstomo Doctor de la Iglesia |
Perciben la palabra de Dios y se hace Eucaristía.
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Mezclado el cáliz y hecho el pan perciben la palabra de Dios y se hace Eucaristía del cuerpo y sangre de Cristo.
San Ireneo |
Se convierte en seguida en el cuerpo del Verbo.
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El pan, como dice el Apóstol, es santificado por la palabra de Dios y la oración, el cual se convierte enseguida en el cuerpo del Verbo, como Él mismo dijo: Esto es mi cuerpo.
San Gregorio de Nisa |
Así lo mandó Jesús mismo.
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Los apóstoles en sus comentarios, que son llamados Evangelios, nos transmitieron que Jesús así lo había mandado, esto es, que Él, habiendo tomado el pan y dado gracias, dijo: Haced esto en memoria de mí: esto es mi cuerpo; y que tomando igualmente el cáliz y dando gracias , dijo: Esta es mi sangre.
San Justino Mártir |
Siempre la misma fórmula.
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La fórmula de consagración, habiendo sido observada por Cristo, usóla siempre la Iglesia Católica.
Catecismo Tridentino | |
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