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jueves, 25 de julio de 2019

Si confiara en Dios mi vida sería diferente (Un bello testimonio)


Confianza en Dios


En ocasiones me escriben lectores contándome las situaciones tan difíciles que están atravesando.  Te he contado que no soy bueno dando consejos, pero descubrí un secreto que me ha servido mucho, lo he comprobado, funciona… y ahora lo comparto contigo:
“Si confiara más en Dios, todo sería diferente”.
Piénsalo, tienes un problema muy serio, no sabes cómo solucionarlo y buscas soluciones donde no debes, ni te conviene. Llega un momento que te va tan mal que instintivamente diriges la mirada al cielo y clamas a Dios. Él, que es todo bondad y misericordia, no se hace esperar y te responde: “Aquí estoy”.
Esta semana que transcurrió me pasó algo que no esperaba y por momentos me dejó en una encrucijada. Apareció un problema muy serio y no lograba hallar una salida. Honestamente, no sabía qué hacer. De pronto recordé aquellas extraordinarias palabras de Jesús, plasmadas en la santa Biblia. “si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Desplázate de aquí allá”, y se desplazará, y nada os será imposible.”(Mateo 17, 20)
No tienes idea la paz y la tranquilidad y la paz que me dio. Sentí que recuperaba mis fuerzas. Tenía una salida, mucho mejor que la que yo estaba buscando.
Pensé: “Las fuerzas humanas no han servido de nada, ahora le toca a Dios.  Debo tener fe y perseverar en la oración, esa es la clave para salir adelante. Iré en un rato al sagrario que tienen en un hermoso oratorio de la Iglesia de San Francisco de la Caleta, para hablar con Jesús”.
Cuando necesito algo, siempre acudo a Él. Es mi mejor amigo y siempre escucha y responde nuestras inquietudes. Esta vez le pediré como sus apóstoles: “Auméntame la fe”.
Estoy seguro que con un poquito más de fe, vería el mundo diferente, estaría confiado “sabiendo” que Dios es mi padre y que para Él: “NADA ES IMPOSIBLE”.
Debo poner de mi parte y rezar con fervor, insistente, sin cansarme de pedir, con la seguridad que recibiré lo que anhelo, ese poquito más de fe que tanto necesito para lograr el santo abandono en la voluntad de Dios, que es perfecta.
Es lo  que puedo compartir contigo. No te desanimes. No te rindas. Todo saldrá bien.
¡Ánimo! Dios te bendiga!
cfr Claudio de Castro, Aleteia 



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