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martes, 19 de enero de 2021

Evangelio del día

 

ChristianArt 
 
Marcos 2:23-28 ¿ No habéis leído nunca lo que hizo David?
 
 

Ahimelech dando la espada de Goliat a David, Pintura de Aert de Gelder (1645-1727) Pintado en los años 1680,
 Oleo sobre lienzo © John Paul Getty Museum, Los Angeles

SUCEDIÓ que un sábado Jesús atravesaba un sembrado, y sus discípulos, mientras caminaban, iban arrancando espigas.

Los fariseos le preguntan:

«Mira, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?».

Él les responde:

«¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre, cómo entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes de la proposición, que solo está permitido comer a los sacerdotes, y se los dio también a quienes estaban con él?».

Y les decía:

«El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado».

Comentario


Bulle

León XIII (1810-1903)
papa 1878-1903
Encíclica «Rerum novarum», 32


“Recuerda el día del sábado para santificarlo.” (Ex 20,8)

La vida del cuerpo siendo tan valiosa y apreciada no es el fin último de nuestra existencia. Es un camino y medio para llegar, por el conocimiento de la verdad y del amor al bien, a la perfección de la vida del alma. Es el alma que lleva impresa la imagen y semejanza de Dios. En ella reside esta soberanía del hombre que le fue concedido cuando recibió el mandato de someter la naturaleza inferior y de poner a su servicio la tierra y los mares (cf Gn 1,28)... En este sentido, todos los hombres son iguales. No ha diferencia alguna entre ricos y pobres, amos y siervos, gobernantes y súbditos: “Todos sirven al mismo Señor” (cf Rm 10,12).
Nadie puede violar impunemente esta dignidad del hombre que Dios mismo respeta ni impedir el progreso del hombre hacia esta perfección que corresponde a la vida celestial y eterna...
De ahí se desprende la necesidad del reposo y la interrupción del trabajo en el día del Señor. El descanso, por otra parte, no debe entenderse como un tiempo dedicado a la ociosidad estéril y menos como una holgazanería que provoca vicios y malgasta los salarios, antes bien como un tiempo de reposo santificado por la religión...Esta es la característica y la razón de este descanso del séptimo día, prescrito por Dios en uno de los principales artículos de su ley: “Recuerda el día del sábado para santificarlo” (Ex 20,8). El mismo Dios dio ejemplo de este reposo cuando descansó después de la creación del hombre: “...y cesó en el día séptimo de toda la labor que hiciera” (Gn 2,2). (EDD)




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