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jueves, 21 de enero de 2021

Cardenal Sean O’Malley: Por ética, todos deberíamos vacunarnos

 


Un tema muy debatido en la actualidad: ¿Un cristiano debe vacunarse contra el coronavirus?

El día de ayer se llevó a cabo, desde México y Chile, la Conferencia Internacional “Los cristianos frente a la vacuna COVID-10”. Convocada por la Academia de Líderes Católicos de Latinoamérica, con la participación del cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston; Katarina Le Blanc,, inmunóloga clínica del Instituto Karolinska de Estocolmo; y Enrique García Rodríguez, ex presidente de CAF Banco de Desarrollo de América Latina.

Con la asistencia virtual de 4.500 personas en sala, más de 2.000 seguidores en el Canal de YouTube de la Academia y la retransmisión realizada por otros canales.

El moderador de la Conferencia, José Antonio Rosas (presidente y fundador de la Academia de Líderes Católicos) estimó una asistencia cercana a las 10.000 personas que escucharon, con atención, los puntos de vista sobre un tema muy debatido en la actualidad: ¿Un cristiano debe vacunarse contra el coronavirus?

Arma contra la pandemia

El cardenal arzobispo de Boston (Estados Unidos), Sean O’Malley, presentó, de manera extensa, la posición de la Iglesia católica frente a las vacunas. “Estoy aquí hoy para asegurarles a mis hermanos y hermanas católicos que la Iglesia está observando con mucho cuidado las implicaciones éticas de esta vacuna y quiere asegurarnos a todos que la decisión de vacunarse es una decisión ética, y que debemos alentar a la gente a hacer uso de esta arma tan importante en la lucha contra la pandemia”, aseveró el purpurado estadounidense.

Y agregó:

«El Papa Francisco, desde el comienzo de su pontificado, ha enseñado muy claramente que Dios nos ha puesto en esta tierra para cuidarnos unos a otros. A veces esto significa que tendremos que poner la otra mejilla, caminar la otra milla, dar nuestro manto junto con la túnica. En un mundo que es tan individualista y competitivo, las demandas del amor nunca parecen razonables, pero si no nos cuidamos unos a otros muy bien, el paciente morirá, de hecho, el planeta morirá».

Aunque es voluntario, tiene consecuencias para todos

Para el cardenal O’Malley –en sintonía con el Papa Francisco— todos debemos ser muy conscientes de que, aunque vacunarse es una elección personal, «tiene consecuencias que afectan no solo al individuo, sino que también afectan de manera más amplia a nuestros vecinos más vulnerables».

«Hay personas que no pueden recibir la vacuna o que aún no tienen acceso a ella que aún pueden verse afectadas por quienes se niegan a vacunarse. El principio general del bien común se reduce a la benevolencia, el amor, el cuidado de los demás, el establecimiento de prioridades personales para el servicio de los demás».

Con la vista en el bien común

Para la doctora Katarina Le Blanc, existe un hecho incontrastable: que el virus se ha propagado a todos los rincones del mundo a pesar del confinamiento, por lo que la vacunación es la única forma de detener la pandemia.

«Pero, dado que aún no sabemos qué tan efectivas resultan las vacunas, y dado que aún no sabemos si todas las personas con diversos trastornos subyacentes pueden vacunarse de manera segura, es importante seguir siendo cuidadosos y mostrar consideración a otros. Esto significa protegerse y con ello se protegerá a los demás».

Entre tanto, Enrique García Rodríguez recordó que América Latina ha sido la región del mundo con mayor impacto sufrido en la pandemia. Desde su posición de ex jefe de una banca de desarrollo, estimó que la caída del Producto Interno Bruto de la región será del nueve por ciento en 2020; en ese año, se sumaron 29 millones de personas a la pobreza extrema.

Con este panorama y con una región que carga con la peor distribución de la riqueza en el mundo, García Rodríguez hizo un llamamiento a los líderes católicos: “Es hora de impulsar los organismos multilaterales; es hora de la solidaridad”.

Nuestra esperanza es Jesucristo

Para despedir la Conferencia, el moderador, José Antonio Rosas, dijo: “Desde luego que todos esperamos la vacuna para el bien común de la humanidad; sin embargo, nuestra esperanza, más fuerte que el sufrimiento y la muerte misma, no reside en una vacuna. Sino en Jesucristo que nos acompaña de forma viva y está al lado de todo ser humano que sufre”.

La Conferencia fue seguida por líderes católicos en Latinoamérica y diversos países de Europa, e incluso en África. Al finalizar, la Academia de Líderes Católicos realizó una encuesta en la que el 92 % de los asistentes cumplió sus expectativas; 74 % dijo que sí se iba a vacunar, 22 % aún tiene dudas y solamente 4 % no lo hará.

Finalmente, el 85 % de los asistentes manifestó sentirse tranquilo tras haber escuchado los criterios católicos sobre la vacuna contra el coronavirus y sus dimensiones éticas, sociales y de bien común.

Jaime Septién, Aleteia 

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