Entradas populares

viernes, 26 de abril de 2019

Respuesta a los argumentos de los ateos

Resultado de imagen para Ateos y respuestas

DINESH D'SOUZA

Primero, varios ateos sostuvieron que no puede hacerse una comparación real entre los delitos de los regímenes cristianos del pasado y los de regímenes ateos del siglo veinte.

Un representante de la American Humanist Association advirtió que los niveles de población eran mucho más bajos durante la Inquisición que, digamos, durante el período en que ocurrieron las purgas de Stalin o Mao. Este fue un tema que señalé en mi artículo original. Sin embargo, nuestro amigo humanista también advirtió que la tecnología del homicidio es mucho más letal en una era de armas de destrucción masiva. No importa que ni Stalin ni Mao hayan utilizado esas armas. Contaban con técnicas primitivas para matar, como por ejemplo, reasentamientos forzados, trabajo forzado e inanición forzada. Además, las advertencias de nuestro colega humanista difícilmente modifiquen los cálculos globales. Las mejores estimaciones indican que entre 5.000 y 10.000 personas murieron en manos de la Inquisición española, en comparación con los 100 millones de personas que fueron asesinadas en las purgas ateas del siglo veinte. Cien millones de personas es en verdad una cifra baja, dado que tiene en cuenta las modestas estimaciones que sólo incluyen a la cantidad de personas que asesinaron Stalin y Mao y dejan afuera a un grupo de tiranos menos ateos, tales como Pol Pot y Enver Hoxha. Aún así, basándonos en esta estimación conservadora, si hacemos un cálculo rápido llegamos a la conclusión de que los regímenes ateos asesinaron diez mil veces más personas en el espacio de unas pocas décadas que las que la Inquisición española consiguió asesinar durante un período de más de dos siglos.

En segundo lugar, varios escritores ateos sostuvieron que los crímenes de Stalin y Mao no pueden atribuirse al ateísmo ya que el ateísmo no es en verdad una creencia, sino que la ausencia de una creencia.

Como lo dice un autor, líderes tales como Stalin y Mao persiguieron a grupos religiosos, no en un intento de expandir el ateísmo, sino que como una manera de centrar el odio de la gente en aquellos grupos para consolidar su propio poder. Desde ya que estoy de acuerdo en que los regímenes sangrientos, ya sean cristianos o ateos, en general buscan fortalecer su posición. Si consideramos que los regímenes cristianos son responsables de los delitos cometidos en nombre del cristianismo, los regímenes ateos también deben considerarse responsables de los delitos cometidos en nombre del ateísmo. ¿Quién puede negar que Stalin y Mao, sin mencionar a Pol Pot y muchos otros, cometieron atrocidades en nombre de la ideología comunista que era explícitamente atea? ¿Quién puede discutir que cometieron esos actos sangrientos arguyendo que estaban instituyendo una utopía del hombre nuevo y sin religión? Aquellos fueron asesinatos en masa que se llevaron a cabo con el ateísmo como núcleo de su inspiración ideológica, no se trató de asesinatos en masa a cargo de personas que simplemente resultaron ser ateas.

Tercero, muchos ateos insistieron con ira en que Hitler no era ateo, ¡que de hecho fue cristiano durante toda su vida! (Todos los días se aprende algo nuevo.)

Desde 1937, las políticas del gobierno de Hitler se volvieron abiertamente y cada vez más antirreligiosas. En particular, repudiaban lo que percibían como valores cristianos de igualdad, compasión y debilidad y ensalzaban las nociones ateas del superhombre de Nietzsche y de una nueva sociedad basada en la voluntad de poder.
Aquí descubrí que los ateos estaban hurgando en varios sitios de Internet ateos que parecen haberse preparado en el tema Hitler. Una carta decía que Hitler había sido criado como católico romano. Otra citaba un discurso de Hitler a principios de la década del treinta en el que manifestaba que estaba cumpliendo con la obra del Señor. Otra ofrecía un extracto de uno de los discursos de Hitler elogiando a Cristo como un valiente opositor de los judíos. El mensaje de los ateos era que Hitler no era uno de ellos, sino que uno de los nuestros.

??La pobreza del argumento ateo se hace evidente tras un breve análisis. ¿Qué prueba nos aporta decir que Hitler fue criado como católico? Stalin fue criado en la Iglesia ortodoxa. Mao fue criado como budista. Mucha gente repudia su crianza religiosa. Hitler rechazaba vehementemente el cristianismo tradicional en el que fue criado. Durante el período de su ascenso al poder, necesitaba el respaldo de los alemanes, la mayoría de los cuales eran cristianos, principalmente luteranos, y algunas veces utilizaba la retórica habitual de que estaba cumpliendo con la obra del Señor para intentar asegurar ese respaldo. Esta retórica, debe destacarse, es un dispositivo retórico común entre los autores ateos. Nietzsche, por ejemplo, solía compararse con Jesús, y hasta incluso llegó a ponerle a una de sus obras el título de Ecce Homo (aquí tienen al hombre, una referencia bíblica a Cristo). Sin embargo, ningún lector inteligente de Nietzsche puede dudar de que era un ateo feroz, al igual que Hitler. Uno no debería confundir oportunismo político con convicción personal. No resulta sorprendente que Hitler haya invocado la muerte de Cristo en manos de los judíos para captar el respaldo de los cristianos en pos de su empresa antisemita (secular y racial, pero no religiosa).

??Sin embargo, una vez que Hitler y los Nazis subieron al poder denunciaron al cristianismo y emprendieron un despiadado camino para dominar y debilitar al cristianismo tradicional. Desde 1937, las políticas del gobierno de Hitler se volvieron abiertamente y cada vez más antirreligiosas. En particular, repudiaban lo que percibían como valores cristianos de igualdad, compasión y debilidad y ensalzaban las nociones ateas del superhombre de Nietzsche y de una nueva sociedad basada en la voluntad de poder. Los asesores principales de Hitler, como Goebbels, Heydrich y Bormann, eran ateos salvajemente hostiles con la religión. Varios de sus asociados sostenían que las visiones personales del Führer eran profundamente anti-cristianas. Una vez más, la hostilidad de Hitler con la religión en general, y con el cristianismo en particular, no era inherente a la violencia que caracterizaba a su régimen. Era parte de la ideología nazi, una ideología secular que deificaba a la raza por sobre el credo y ayudaba a justificar los horrores de la exterminación y del holocausto. Como Stalin y Mao, Hitler ilustra el tema que plantearon Dostoievski y antes John Locke: cuando se excluye a Dios, no ha de sorprendernos que se sacrifique la moralidad propiamente dicha en el proceso y se desate el caos y el horror en el mundo. Eso fue lo que sucedió en nuestro tiempo y todas las estratagemas que utilizan los ateos de hoy no pueden cambiar lo que sus colegas antirreligiosos hicieron, no pueden modificar los hechos nefastos de la historia.




Preguntas de un ateo  y la respuesta



No hay comentarios:

Publicar un comentario