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domingo, 2 de mayo de 2021

Evangelio del día

Si no puede participar en la Santa Misa, además de meditar en familia las lecturas del Domingo, participe con ella contemplando una Santa Misa en las redes sociales

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Juan 15:1-8 Yo soy la vid, vosotros los sarmientos
 
 

© Beda College Roma

Jesús dijo a sus discípulos

Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el viñador.

Todo sarmiento que en mí no da fruto lo corta, y todo sarmiento que da fruto lo poda para que dé más.

Vosotros ya estáis podados, por medio de la palabra que os he dicho. Haced vuestro hogar en mí, como yo hago el mío en vosotros. Así como el sarmiento no puede dar fruto por sí solo, sino que debe permanecer en la vid, tú tampoco puedes hacerlo si no permaneces en mí.

Yo soy la vid, vosotros los sarmientos.

El que permanece en mí, conmigo en él, da fruto en abundancia; porque separados de mí no podéis hacer nada. El que no permanece en mí es como un sarmiento desechado: se seca; esos sarmientos se recogen y se echan al fuego, y se queman.

Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, podréis pedir lo que queráis y lo obtendréis. Para gloria de mi Padre, debéis dar mucho fruto, y entonces seréis mis discípulos".

Comentario


Bulle

Santa Gertrudis de Helfta (1256-1301)
monja benedictina
Ejercicios IV (SC 127, Œuvres spirituelles, Cerf, 1967), trad. sc©evangelizo.org


“La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante” (Jn 15,8)

Suplico tu inmensa misericordia, Padre Todopoderoso, misericordioso, clemente, bueno, compasivo, que ganas a la malicia con tu bondad. Por mí, rama seca, que no aprovechó el tiempo de la poda cuando me plantabas en santa religión, sino que pasé en la total esterilidad el tiempo de la vida. Te suplico, en nombre de esa bondad innata en ti, en nombre de tu querida Madre, nuestra gloriosa protectora, la Virgen María (…): dirige hoy hacia mí tu mirada de misericordia y caridad. Que yo reverdezca tomando toda mi fuerza en ti y reflorezca, santificado en la verdad.
Concédeme tener el culto verdadero de la santa religión y ser fiel a los deberes de la vida espiritual. Que por ti que me amas, porte los frutos de la virtud y la santidad. Con el fin que en el momento de la vendimia, el día de mi muerte, al aparecer ante ti, sea encontrado en plena madurez y consumación de la perfección religiosa. Amén (EDD)

Oración

Dios nuestro, que nos has enviado la redención y concedido la filiación adoptiva, protege con bondad  a los hijos que tanto amas, y concédenos, por nuestra fe en Cristo, la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.






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