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jueves, 6 de mayo de 2021

Evangelio del día

 

ChristianArt 
 
Juan 15:9-11 Permanezcan en mi amor
 
 

El peregrino de la cruz al final de su viaje (estudio para la serie La cruz y el mundo)
Pintado por Thomas Cole (1801-1848), Pintado en 1848 Óleo sobre lienzo © Smithsonian American Art Museum, Nueva York

Jesús dijo a sus discípulos "Como el Padre me ha amado, así os he amado yo. Permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os lo he dicho para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría sea completa".

Comentario


Bulle

San Alfonso María de Ligorio (1696-1787)
obispo y doctor de la Iglesia
Hablar a Dios con confianza y familiaridad (Manière de converser avec Dieu, Le Laurier, 1988), trad. sc©evangelizo.org


“Permanezcan en mi amor” (Jn 15,9)

Crean que no existe en el mundo ni amigo, ni hermano, ni padre, ni madre, ni esposo, ni novio que los ame más que su Dios. La gracia divina es ese tesoro de gran valor, ese tesoro infinito del que habla el Sabio. Del momento que nos valemos de ella, nos hace partícipes de la amistad con Dios (cf. Sb 7,14). Delante de Dios, somos sólo débiles creaturas, pobres servidores. Pero he aquí que devenimos los amigos, los amigos muy queridos de nuestro Creador.
En vista de hacernos confiar en él, se anonadó (Flp 2,7), abajándose hasta hacerse hombre, para conversar familiarmente con los hombres (cf. Ba 3,38). No era suficiente: se hizo niño, se hizo pobre, por decreto de justicia se dejó poner a muerte delante de todo el pueblo, sobre una cruz. Más aún, va hasta situarse bajo las especies de pan para hacerse nuestro compañero de cada día y unirse, con unión íntima a cada uno de nosotros: “El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él” (Jn 6,56). Se diría que tiene amor sólo por ustedes, tanto los ama.
Por eso, deben amarlo a él y a nadie más. De él ustedes pueden y deben decir: “Mi Amado es a mí y yo soy a Él” (Ct 2,16). Mi Dios se ha dado sin reservas y sin reservas me doy a él. Fui elegido por él como objeto de su ternura. Él entre miles, entre todos, blanco y bermejo (Cf. Ct 5,10), amable y amante, elegido de mi corazón, el único que quiero amar. (EDD)

Oración

Dios nuestro, cuya gracia nos transforma de culpa-
bles en justos, de infelices en dichosos, no dejes de
favorecernos con la acción de tu gracia y con tus
dones, y concédenos a los que hemos alcanzado ya
la justificación por la fe la fuerza necesaria para per-
severar siempre en ella. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo.





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