La madurez es clave para el matrimonio. ¿Cómo puedo saber si él o ella están preparados?
La idea de casarse es un paso importante en la pareja. Significa que hay una voluntad de estar unido a la otra persona y de que compartir la vida juntos.
Sin embargo, ese planteamiento necesita que haya madurez real para que el matrimonio funcione.
¿Cómo saber que mi novio o novia están preparados para casarse? El doctor Fernando Sarráis, psiquiatra, es autor del nuevo libro «Familia en armonía» y en él apunta 13 claves para que la pareja pueda considerar que está lista para emprender el vuelo en el matrimonio.
Las dos cualidades de la persona madura
La clave de esa preparación se llama madurez. Según Sarráis, a una persona madura se la distingue por dos cualidades:
- Capacidad para conocer con sinceridad la realidad propia y del entorno.
- Capacidad de controlar las propias funciones psíquicas (percepción, memoria, imaginación, afectividad y pensamiento) y controlar la propia conducta.
El rasgo principal que define a una persona inmadura es, en cambio, «el predominio de la afectividad sobre las demás funciones psíquicas y, en consecuencia, sobre el comportamiento de la persona».
Por ejemplo, sería un planteamiento inmaduro:
- querer casarse porque el día de la boda es un sueño.
- querer casarse con una mujer porque es muy guapa y eso supondría un triunfo social.
- querer casarse pero dejar abierta la puerta a las relaciones sexuales fuera del matrimonio.
- querer casarse pero no estar dispuesto a tener hijos.
- querer casarse por los deseos abrumadores de ser madre por encima del amor al hombre que sería el padre.
¿Cómo sé que mi novio o novia es una persona madura para casarse?
Estos son 13 puntos que retratan a la persona madura y que conviene observar antes de dar el sí para siempre. Mira si tu pareja los cumple:
SINCERIDAD
VALENTÍA
CONSTANCIA Y PERSEVERANCIA (FIDELIDAD)
LABORIOSIDAD, ORDEN Y PUNTUALIDAD (DILIGENCIA)
MEDIDA Y MODERACIÓN EN SU ACTUACIÓN (TEMPLANZA)
ALEGRÍA, OPTIMISMO Y ESTABILIDAD DE ÁNIMO (AFECTIVIDAD POSITIVA)
TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN Y BUENA CAPACIDAD DE SUFRIMIENTO (RESILIENCIA)
CAPACIDAD DE DIÁLOGO Y COMUNICACIÓN ÍNTIMA Y AFECTUOSA (CONFIANZA)
CAPACIDAD PARA PERDONAR A LOS DEMÁS Y A SÍ MISMA, Y PARA PEDIR PERDÓN (HUMILDAD)
HABITUAL INTERÉS Y AMOR POR LOS DEMÁS Y POR LAS COSAS BUENAS DEL MUNDO (EXTROVERSIÓN)
ACTITUD HABITUAL DE AYUDA DESINTERESADA (ALTRUISMO)
SERENIDAD, CALMA Y SEGURIDAD EN SÍ MISMA (EQUILIBRIO PSICOLÓGICO)
TOLERANCIA Y CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN A LOS CAMBIOS (FLEXIBILIDAD MENTAL)
Vea también Magisterio de la Iglesia sobre la Sexualidad, el Matrimonio, La Familia - Catequesis de San Juan Pablo II
No hay comentarios:
Publicar un comentario