en Australia, sus creencias y hábitos
Philippa Martyr es una veterana estudiosa de sondeos y estadísticas sobre la Iglesia Católica en Australia, de la Universidad de Notre Dame Australia, con sede en Sídney. Suele escribir con estilo divulgativo en los distintos digitales católicos del país, a veces también sobre temas de Psicología, pero más a menudo sobre la sociología de los católicos.
En Australia y otros países, al contrario que en España, la Iglesia encarga detallados sondeos sobre las creencias y prácticas de los creyentes o la población en general. (España es un país especialmente raro, al tener muchas universidades católicas, unas diez, pero que casi nunca estudian a los fieles ni a la sociedad: los pastores españoles, para conocer a las ovejas, dependen de los datos dudosos que dan entidades con líderes hostiles, como el nada fiable CIS del activista socialista José Félix Tezanos).
Philippa Martyr, al oír que el Centro Nacional [católico australiano] de Investigación Pastoral dedicará dos años a estudiar por qué los católicos en Australia "no asisten a misa", adelanta en el Catholic Weekly algunas cosas que ella considera que son bien conocidas.
Una doctrina más permisiva no atraerá a nadie
La primera es que los que se declaran católicos pero no van nunca o casi nunca a misa, no aceptan muchas enseñanzas católicas importantes (sobre sexualidad, pecado, etc...) y declaran que la Iglesia debería cambiar su doctrina, "pero nunca dicen que volverán a misa si la Iglesia cambia".
Con su estilo humorístico, la experta analista bromea: "¿Creen ustedes que podríamos intentar pedir un contrato firmado a cada uno de ellos, diciendo que en el momento en que se cambien las enseñanzas que consideran objetables, volverán cada domingo? No soy abogado, pero sospecho que podríamos tener problemas para lograr que eso llegue a los tribunales. También sospecho que si hiciéramos los cambios deseados, encontraríamos que los católicos que hoy sí asisten a misa desaparecerían de la noche a la mañana".
Las 2 grandes razones ya se conocen
Luego explica las dos razones por las que los católicos australianos no van a misa (estudiadas en sondeos de 1996 y 2007):
- "No creen que sea pecado faltar a misa los domingos";
- "no están de acuerdo con las enseñanzas de la iglesia en temas clave".
"Ambas razones nos indican que hemos hecho un mal trabajo en la educación de la fe de estas personas desde la infancia. Si yo fuera ellos, tampoco iría a misa", lamenta la investigadora.
La investigación busca "nuevas causas", y Martyr considera que quizá haya un par relacionada con el coronavirus.
"En mi investigación, descubrí que aproximadamente una cuarta parte de todos los asistentes a misa habían reducido su nivel normal de asistencia a misa, a pesar de que las iglesias estaban abiertas nuevamente", detalla. Es decir, de los que acudían antes, uno de cada cuatro sigue acudiendo, pero menos veces.
"Luego está el incómodo asunto de que los católicos mayores simplemente hayan muerto en los últimos cinco años. Creo que las muertes naturales representan aproximadamente una cuarta parte de las personas que hemos perdido desde 2016", añade.
Los que creen, pero están enfadados
Por último, Martyr ha repasado los cuestionarios del sondeo Católicos en Australia 2022, donde aparecen 100 católicos "poco o nada practicantes" que en una sección de comentarios detallan sus razones para estar enfadados con la Iglesia (que no es lo mismo que razones para no ir a misa, pero tiene relación).
"No puedo encontrar un patrón claro en sus respuestas. Por ejemplo, alrededor del 14 por ciento de ellos menciona el abuso sexual del clero y alrededor del 12 por ciento menciona el papel de la mujer [en la Iglesia]. Mencionan estas razones como razones por las que no les gusta la iglesia o están enojados con ella. Muy pocos dicen: “por eso ya no voy a misa”. En cambio, hay algunas historias muy personales de por qué algunas personas dejaron de ir a misa".
"Algunas de ellas se basan en trágicos malentendidos de las enseñanzas de la iglesia. Algunas personas dicen que han trabajado para la Iglesia y han visto cosas que les han horrorizado. A veces es algo tan sencillo como que hayan elegido un nuevo párroco que no les gusta", detalla, enumerando la casuística.
"El grupo más interesante para mí hasta ahora es el de aquellos que parecen bastante conservadores en sus creencias, pero que perdieron la esperanza y dejaron de ir a misa. No estoy seguro de que nadie supiera de ellos antes de ahora", añade.
"Creo que es importante que sepamos más sobre los católicos que ya no van a misa. También creo que no debemos engañarnos pensando que podemos recuperar a estas personas reorganizando el mobiliario de la iglesia. Se necesitará mucha apertura, paciencia y voluntad para explicar claramente las enseñanzas de la iglesia a cada uno de ellos, posiblemente por primera vez. Se necesitarán disculpas y perdón por ambas partes. Tenemos mucho por qué disculparnos. También será necesario que se enamoren nuevamente de Jesús Sacramentado. Pero esta vez tendrá que ser el verdadero Jesús", afirma la analista.
P.J.G., ReL
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