Invitamos a los matrimonios y a personas interesadas en una familia feliz, a leer y asimilar pasajes de la Exhortación pontifical 'Amoris laetitia' del Papa Francisco.
Jesús
recupera y lleva a su plenitud el proyecto divino
64.
«El ejemplo de Jesús es un paradigma para la Iglesia [...] Él inició su vida
pública con el milagro en la fiesta nupcial en Caná (cf. Jn 2,1-11)
[...] Compartió momentos cotidianos de amistad con la familia de
Lázaro y sus hermanas (cf. Lc 10,38) y con la familia de Pedro
(cf. Mt 8,14). Escuchó el llanto de los padres por sus hijos,
devolviéndoles la vida (cf. Mc 5,41; Lc 7,14-15),
y mostrando así el verdadero sentido de la misericordia, la cual implica el
restablecimiento de la Alianza (cf. Juan Pablo II, Dives in misericordia, 4). Esto aparece claramente en los
encuentros con la mujer samaritana (cf. Jn 4,1-30) y con la
adúltera (cf. Jn 8,1-11), en los que la percepción del pecado
se despierta de frente al amor gratuito de Jesús»[57].
65.
La encarnación del Verbo en una familia humana, en Nazaret, conmueve con su
novedad la historia del mundo. Necesitamos sumergirnos en el misterio del
nacimiento de Jesús, en el sí de María al anuncio del ángel, cuando germinó la
Palabra en su seno; también en el sí de José, que dio el nombre a Jesús y se
hizo cargo de María; en la fiesta de los pastores junto al pesebre, en la
adoración de los Magos; en fuga a Egipto, en la que Jesús participa en el dolor
de su pueblo exiliado, perseguido y humillado; en la religiosa espera de
Zacarías y en la alegría que acompaña el nacimiento de Juan el Bautista, en la
promesa cumplida para Simeón y Ana en el templo, en la admiración de los
doctores de la ley escuchando la sabiduría de Jesús adolescente. Y luego,
penetrar en los treinta largos años donde Jesús se ganaba el pan trabajando con
sus manos, susurrando la oración y la tradición creyente de su pueblo y
educándose en la fe de sus padres, hasta hacerla fructificar en el misterio del
Reino. Este es el misterio de la Navidad y el secreto de Nazaret, lleno de
perfume a familia. Es el misterio que tanto fascinó a Francisco de Asís, a
Teresa del Niño Jesús y a Carlos de Foucauld, del cual beben también las
familias cristianas para renovar su esperanza y su alegría.
66.
«La alianza de amor y fidelidad, de la cual vive la Sagrada Familia de Nazaret,
ilumina el principio que da forma a cada familia, y la hace capaz de afrontar
mejor las vicisitudes de la vida y de la historia. Sobre esta base, cada
familia, a pesar de su debilidad, puede llegar a ser una luz en la oscuridad
del mundo. “Lección de vida doméstica. Enseñe Nazaret lo que es la familia, su
comunión de amor, su sencilla y austera belleza, su carácter sagrado e
inviolable; enseñe lo dulce e insustituible que es su pedagogía; enseñe lo
fundamental e insuperable de su sociología” (Pablo VI, Discurso en Nazaret, 5 enero 1964)»[58].
De la Exhortación ‘Sobre el Amor en la Familia’ (Capítulo III: Vocación de
la Familia)
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