y ahora la policía deberá indemnizarla con 13.000 libras.
Hace dos años, daban la vuelta al mundo las imágenes de varios efectivos policiales británicos arrestando a Isabel Vaughan-Spruce por rezar mentalmente, sola y sin pronunciar palabra, a las puertas de una clínica donde se practicaban abortos. Ante la falta de pruebas, el juez la absolvió de todos los cargos, pero semanas después seis nuevos agentes volvieron a arrestarla por el mismo motivo.
Es por ello que hoy Isabel Vaughan celebra la reciente condena recaída sobre la policía de West Midlands (Reino Unido), por la que tendrá que indemnizar en concepto de 13.000 libras (más de 15.000 euros) a la provida británica por una violación de sus derechos. ADF International es la parte defensora de Vaughan, habiendo obtenido otros relevantes éxitos judiciales en la causa provida.
Vaughan-Spruce, ha señalado al conocer que va a ser indemnizada, que “la oración en silencio no es un delito. Nadie debería ser arrestado simplemente por los pensamientos que tiene en la cabeza”.
A su entender, “no hay lugar para la 'policía del pensamiento' de Orwell en la Gran Bretaña del siglo XXI”. Sin embargo, añade, que “a pesar de esta victoria, me preocupa profundamente que esta violación pueda repetirse a manos de otras fuerzas policiales”.
Vaughan-Spruce considera que “nuestra cultura está cambiando hacia una represión de la diversidad de puntos de vista, y el pensamiento y la oración cristianos están cada vez más amenazados por la censura”.
Asimismo, ha denunciado la próxima entrada en vigor de una ley de buffer zones o zonas de exclusión en torno a los abortorios, "cuyo lenguaje es inherentemente poco claro y probablemente conducirá a más violaciones de la libertad de rezar, conversar pacíficamente u ofrecer ayuda cerca de los centros de aborto".
"Policía del pensamiento orwelliana"
La definición que hace Vaughan de "policía del pensamiento" de Orwell y la existencia de los llamados "crímenes mentales" son cada vez más reales. La prueba se encuentra en la misma transcripción del diálogo mantenido durante el arresto, cuando quedo patente que el único motivo de la detención no era la acostumbrada acusación de hipotético acoso a mujeres o al centro, sino la oración mental.
- Usted ha dicho que está enfrascada en oración, que es el delito - dice el policía.
- Oración silenciosa - responde Isabel Vaughan-Spruce.
- Aún así estaba enfrascada en oración, que es el delito -insiste el policía.
[-You’ve said you’re engaging in prayer, which is the offence.
- Silent prayer.
- You were still engaging in prayer, which is the offence].
Para arrestar a la mujer, que estaba quieta, tranquila y rezando silenciosamente, en oración mental, han acudido seis policías.
ReL
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