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lunes, 30 de septiembre de 2024

Evangelio del día


 

Libro de Job 1,6-22.

El día en que los hijos de Dios fueron a presentarse delante del Señor, también el Adversario estaba en medio de ellos.
El Señor le dijo: "¿De dónde vienes?". El Adversario respondió al Señor: "De rondar por la tierra, yendo de aquí para allá".
Entonces el Señor le dijo: "¿Te has fijado en mi servidor Job? No hay nadie como él sobre la tierra: es un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal".
Pero el Adversario le respondió: "¡No por nada teme Job al Señor!
¿Acaso tú no has puesto un cerco protector alrededor de él, de su casa y de todo lo que posee? Tú has bendecido la obra de sus manos y su hacienda se ha esparcido por todo el país.
Pero extiende tu mano y tócalo en lo que posee: ¡seguro que te maldecirá en la cara!".
El Señor dijo al Adversario: "Está bien. Todo lo que le pertenece está en tu poder, pero no pongas tu mano sobre él". Y el Adversario se alejó de la presencia del Señor.
El día en que sus hijos e hijas estaban comiendo y bebiendo en la casa del hermano mayor,
llegó un mensajero y dijo a Job: "Los bueyes estaban arando y las asnas pastaban cerca de ellos,
cuando de pronto irrumpieron los sabeos y se los llevaron, pasando a los servidores al filo de la espada. Yo solo pude escapar para traerte la noticia".
Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: "Cayó del cielo fuego de Dios, e hizo arder a las ovejas y a los servidores hasta consumirlos. Yo solo pude escapar para traerte la noticia".
Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: "Los caldeos, divididos en tres grupos, se lanzaron sobre los camellos y se los llevaron, pasando a los servidores al filo de la espada. Yo solo pude escapar para traerte la noticia".
Todavía estaba hablando, cuando llegó otro y le dijo: Tus hijos y tus hijas comían y bebían en la casa de su hermano mayor,
y de pronto sopló un fuerte viento del lado del desierto, que sacudió los cuatro ángulos de la casa. Esta se desplomó sobre los jóvenes, y ellos murieron. Yo solo pude escapar para traerte la noticia.
Entonces Job se levantó y rasgó su manto; se rapó la cabeza, se postró con el rostro en tierra
y exclamó: "Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allí. El Señor me lo dio y el Señor me lo quitó:¡bendito sea el nombre del Señor!".
En todo esto, Job no pecó ni dijo nada indigno contra Dios.


Salmo 17(16),1.2-3.6-7.

Escucha, Señor, mi justa demanda,
atiende a mi clamor;
presta oído a mi plegaria,
porque en mis labios no hay falsedad.

Tú me harás justicia,
porque tus ojos ven lo que es recto:
si examinas mi corazón
y me visitas por las noches,

si me pruebas al fuego,
no encontrarás malicia en mí.
Mi boca no se excedió
Yo te invoco, Dios mío, porque tú me respondes:

inclina tu oído hacia mí y escucha mis palabras.
Muestra las maravillas de tu gracia,
tú que salvas de los agresores
a los que buscan refugio a tu derecha.


Evangelio según San Lucas 9,46-50.

Entonces se les ocurrió preguntarse quién sería el más grande.
Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo,
les dijo: "El que recibe a este niño en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ese es el más grande".
Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: "Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros".
Pero Jesús le dijo: "No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes".


Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

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Bulle

San Gregorio Magno (c. 540-604)
papa y doctor de la Iglesia
Morales sobre Job, XIV (SC 212. Morales sur Job, Cerf, 1974)


La Iglesia humildemente, en la verdad

“Aunque fuera verdad que cometí un error, mi error me concierne sólo a mí” (Jb19,4). Lo propio de los heréticos es llenarse de vana arrogancia por su ciencia, despreciar la simplicidad de una fe recta y juzgar sin mérito la vida de los humildes. La santa Iglesia, al contrario, ante toda verdad que llega a su verdadera sabiduría, abaja humildemente su pensamiento, huyendo de la suficiencia de la vana ciencia, la fatuidad de la búsqueda sobre los misterios, la presunción de sondar los problemas que son más allá de sus fuerzas. Le es más útil aplicarse a ignorar lo que no puede sondear, que a definir frontalmente lo que ignora.
Se dice que está con nosotros el que está por nosotros e, inversamente, no está con nosotros el que está contra nosotros. Ya que el herético se envanece con su propia ciencia y los fieles se humillan en el sentimiento de su ignorancia, el bienaventurado Job puede decir en su nombre, pero también en acuerdo con la Iglesia universal: “Aunque fuera verdad que cometí un error, mi error me concierne sólo a mí”. Es como decir claramente a los heréticos: Su ciencia no está con ustedes porque ella está contra ustedes, porque los endurece un loco orgullo. Pero mi error, mi ignorancia, está por mí, porque lejos de tener el orgulloso atrevimiento de hacer una encuesta sobre Dios, me mantengo humildemente en la verdad.    (EDD)

Oración

NOVENA
AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS 

Padre Pío

Oh, Jesús mío, que dijiste: "En verdad os digo, pedid y obtendréis, buscad y encontrareis, llama y os abrirán" -He ahí porque yo llamo, yo busco, yo pido la gracia: (mencione el favor que desea)

Padre Nuestro,
Ave María y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, confío en Ti.


Oh, Jesús mío, que dijiste: "En verdad os dijo todo aquello que pidiereis en mi nombre a mi Padre, El os lo concederá" -He ahí porque al Eterno Padre, en Tu nombre, yo pido la gracia...

Padre Nuestro,
Ave María y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, confío en Ti.


Oh, Jesús mío, que dijiste: "En verdad os digo, pasarán los cielos y la tierra, pero mis palabras jamas" -He ahí que basándome en la infalibilidad de tus santas palabras, yo pido la gracia...

Padre Nuestro,
Ave María y Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, confío en Ti.

Oración final

Oh, Sagrado Corazón de Jesús, al cual es imposible no sentir compasión por los infelices, ten piedad de nosotros pobres pecadores y concédenos las gracias que pedimos por medio del inmaculado, Corazón de María, tu y nuestra tierna Madre.

San José, Padre Putativo del Sagrado Corazón de Jesús, ruega por nosotros.

Dios te salve...




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